Vamos a ver si me explico y se me entiende en este culebrón:
Cuando me opongo tan visceralmente a valorar la intensidad pluviométrica para catalogar la severidad de una tormenta es porque, precisamente, uno de los ases que guardan esas tormentas (las severas) bajo la manga es la evaporación de la lluvia que cae a través de un estrato relativamente seco, produciéndose un acusado enfriamiento del aire del entorno y, por consiguiente, una pérdida de flotabilidad de la parcela, que se desploma hacia la superficie en forma de violentas rachas de viento (uno de los posibles ingredientes severos), levantando el aire más cálido y menos denso que hay en capas bajas y forzando un ascenso que produzca más condensación y más precipitación la cual, al evaporarse de nuevo, enfriando y desplomándose el aire, termina por cerrar el circuito, que vendría a ser como un mecanismo de retroalimentación positiva que perpetúa y da vigor a la tormenta.
En una tormenta con tan intensas y persistentes corrientes ascendente y descendente, las partículas heladas que haya entre ambas subirán y bajarán como en un tiovivo creciendo exageradamente hasta dar lugar a colosales piedras de granizo, otro de los tres ingredientes severos.
Por supuesto, aparte de otros factores de índole puramente dinámica (helicidad, etc. ), una supercélula necesita para la perpetuación y crecimiento de su mesociclón de la existencia de violentas corrientes descendentes que, sin evaporación y consiguiente merma en el potencial de lluvia que caería, simplemente no existirían, careciendo por tanto la estructura de las FFD y la RFD, no siendo, por tanto, una SP propiamente dicha.
Con esto no quiero decir que el mesociclón no pueda generarse únicamente por el
enderezamiento que sufre la vorticidad horizontal preexistente a causa del empuje ascensional de la
updraft, sino que, una vez agotada la energía de ésta, el mesociclón moriría de no ser por la convergencia de más aire cálido motivada por el forzamiento dinámico que provoca el frente de racha, el cual solo puede existir si el aire ha sufrido un intenso enfriamiento evaporativo a causa de la lluvia.
He aquí el resumen del porqué de la importancia de esa pérdida de potencial lluvia por evaporación para dotar de severidad a la tormenta, y de por qué, desde el punto de vista de la convección, no puede aquélla catalogar la severidad de una tormenta.
Aunque severidad y eficiencia van contrapuestas, se pasa de un extremo al otro del espectro convectivo sin solución de continuidad, de modo que podemos tener tormentas severas que a su vez sean muy efectivas pluviométricamente hablando, o tormentas que ni sean severas. ni sean efectivas (pudiendo tener, no obstante, un espectacular aparato eléctrico... o ni eso).
Podemos jugar a ser dioses y ver todo esto con dos ejemplos:
Imaginemos que creamos dos situaciones atmosféricas proclives a la convección completamente distintas, modificando a nuestro antojo el perfil aerológico de la troposfera.
-En la primera (experimento hipotético), no va a haber cizalladura de ningún tipo: la velocidad del viento va a ser nula a todos los niveles.
Además, el aire va a estar saturado de humedad a cualquier cota, coincidiento la curva de estado y la Tª de rocío.
-En la segunda, va a haber un acusado cambio en velocidad y dirección del viento entre capas bajas y altas, resultando una acusada cizalladura. No sé... igual 25 m/s entre 0-6 km podría valer.
Además, pese a estar las capas bajas muy húmedas, a niveles medios (¿unos 600 hPa?) habría un estrato de aire muy seco.Por supuesto, en ambos sondeos habría una CAPE suficientemente acusada para elevar el aire hasta la tropopausa y mecanismos de disparos acordes.
Pues bien, en el primer ejemplo lo que tendríamos sería una tormenta muy efectiva, en la que no se perdería lluvia por evaporación, resultando una enorme intensidad horaria de la precipitación, pero nada de fenómenos severos: al no haber enfriamiento evaporativo y encima al caer la precipitación frenada en cierto modo por la
updraft (recordemos que no hay cizalladura y las corrientes no están desacopladas), careceríamos de frentes de racha, granizo grande (e incluso pequeño) y mesociclones que pudiesen dar lugar a tornados. Sería una tormenta muy eficiente, sí, con lluvias catastróficas, pero no severa, porque la convección, esto es, el intercambio de calor por medio de los movimientos verticales del aire, no estaría llevada a la máxima expresión en forma de violentas corrientes verticales y los fenómenos que de estas se desprenden (pedrisco, golpes de viento, tornados... ).
Sin embargo, en el segundo caso, la evaporación en ese estrato seco (en detrimiento de la lluvia que caería más abundantemente de no haberlo) y el no haber una
updraft contrarrestando hacia arriba, potenciaría la violencia de la
downdraft, que a su vez forzaría dinámicamente al aire cálido de superficie a ascender, potenciando a la
updraft para que alimentase a su vez con su generación de precipitaciones a la descendente.
Aquí sí estaría la convección llevada al extremo en forma de violentas corrientes verticales y apareciendo los fenómenos característicos consiguientes: pedrisco y/o golpes de viento y/o tornados.
Como muestra de esa contraposición entre severidad y eficiencia tenemos que las zonas de Europa donde a menudo se producen las tormentas severas (tornados,
bow-echoes, derechos... ) no coinciden con aquéllas en las que se registran las mayores intensidades horarias/diarias de precipitación: las primeras (las severas) estarían sobre la Europa transpirenaica, sobre la gran llanura europea, mientras que las segundas (las eficientes) se hallarían sobre la cuenca mediterránea.
Asimismo, las tormentas que en el mundo dejan los grandes diluvios monzónicos en el SE asiático o Centroamérica son mucho menos severas (si llegan a serlo) que las del Medio Oeste de Norteamérica, y éstas son mucho menos efectivas pluviométricamente hablando que las anteriormente citadas de las zonas intertropicales y subtropicales.
Perdón por el tocho.