Hay algo con lo que no habíamos contado: el viento del noroeste.
Los noroestes, al menos en el centro de España, al sur de las cordilleras, se llevan la convectividad de las nubes, la Sierra rompe en jirones estas y el resultado es cielo medio gris, nubes como escualos, ... nubes que a veces prometen pero que no tienen espesor, ni en altitud, ni en longitud en dirección al viento, mínimas de 5 0 6 grados y máximas entre 12 y 16. Es decir, ni chicha ni limoná. Las danas se van deshaciendo y la diferencia de potencial en altura se va disolviendo. Los noroestes, al menos por estos lares, son propicios para el viento, poco más. El responsable es el morro de nuestro viejo amigo al azoreño, que le gusta acercarse también por aquí.