Ya prácticamente se ha dicho todo sobre la situación de Molina de Aragón, pero a continuación me gustaría describir más o menos la situación de la comarca que ya ha nombrado ReuWen (el Rincón de Ademuz), de donde es mi familia y vive mi padre (en Torrebaja) y voy a menudo. Que cómo ya ha dicho se alcanzan temperaturas extremadamente bajas, sin ir más lejos, estos días atrás en Ademuz (a poco más de 700 metros) se han llegado a los 3ºC (y 4ºC en varios días), llegando a los 30ºC de máxima en el mismo día (sólo en uno de ellos). Mi padre, ha llegado a registrar en Torrebaja 2.2ºC, situado a algo más de altura, pero más cerca del río que la garita del I.N.M. en Ademuz (que ya lo está bastante).
A grandes rasgos, El Rincón presenta un clima mediterráneo pero de influencia continental, con unas caracteríticas que lo aproximan más al del entorno aragonés o castellano que al de gran parte del teritorio valenciano. Se trata de un clima duro, debido a los acusados gradientes térmicos anuales y diarios (diferencia entre el día y la noche o entre estaciones), bajas temperaturas en invierno y cálidas en verano, y la reiterada presencia de fenómenos como las heladas. Pero esta caracterización general no oculta unas pronunciadas diferencias intracomarcales especialmente acentuadas entre el valle central y las áreas montañosas. Se distingue así dos pisos bioclimáticos: uno supramediterráneo con ombroclima subhúmedo en las zonas elevadas y otro mesomediterráneo seco, este último marcdo por la aridez en la extensa franja central. Además se completa con una reducida presencia de oromediterráneo, más frío y característico de altitudes elevadas, en la zona del Alto de las Barracas.
La base de este clima comarcal y sus matices zonales se encuentra enuna serie de factores como son la latitud-longitud, la altitud media, la distancia del mar y la configuración orográfica. De ellos, la primera no presenta influencia local, puesto que coincide con al de áreas del entorno. La elevada altitud media sí que influye en tanto que, la práctica totalidad de la comarca se encuentre por encima de los 700 metros y en una notable porción sobrepasa los 1.000 metros. Por su parte, la lejanía del mar y de su acción suavizadora incide sobre las precipitaciones procedentes de éste como sobre las marcadas oscilaciones térmicas.
Pero resulta decisivo, el relieve dado que la existencia de barreras montañosas en los límites occidental, oriental y también en menor grado meridonal influye respecto a las vías de penetración exterior y por ello en la pluviometría. En este sentido, destaca la Sierra de Javalambre, auténtica pantalla hacia el este y, por tanto, actúa como dique respecto a la influencia del litoral. Al sur la Sierra de Tortajada y, de forma más matizada, el gran altiplano de El Pinar aíslan la comarca por el sur y limitan la penetración de las corrientes que ascienden por el valle del Turia y cuyos efectos son aún apreciables en gran parte de la comarca de La Serranía. Finalmente, la mayor apertura es apreciable hacai Aragón por donde penetran los vientos del norte. Por el oeste, el papel de pantalla lo desarrollan la Sierra del Santerón y la Muela del Royo, si bien, éstas más atenuadas por las menores dimensiones de estos accidentes geográficos. Esta alineación occidental provoca una elevación y psoterior acelerado descenso de los vientos de poniente hacia el valle del Turia, incluso desde 1.500 a 700-800 metros, con la consiguiente elevación de temperatura y disminución de humedad que caracteriza el efecto Foehn.
La temperatura media anual llega hasta los menos de 9ºC en los municipios más montañosos. Las máximas medias mensuales del mes más cálido, en verano rebasan los 30ºC en el valle, con circunstanciales máximas absolutas que alcanzan o superan los 35ºC, mientras se reducen a los 24ºC en las franjas elevadas. Julio es el mes más caluroso, al igual que sucede en otras zonas privadas de influencia marina, con medias entre 19º y 21ºC. Por el contrario, la media mensual de los meses más fríos, entre los que destaca enero, baja incluso de los 3ºC. Esto último convierte a parte del Rincón junto con una franja de Els Ports y otra de La Serranía en las áreas más frías de la Comunidad Valenciana. Las heladas son frecuentes a lo largo de una gran parte del año, desde el otoño hasta ya entrada la primavera, lo que supone un problema para la agricultura.
La situación del valle del Turia, "hundido" entre montañas, favorece las elevadas temperaturas veraniegas producidas por el recalentamiento del aire, la llegada de vientos secos y cálidos de poniente y el aislamiento de las brisas marinas. Por el contrario, la configuración del valle da lugar a inversiones térmicas, comunes en todo el curso del Turia hasta Teruel y frecuentes en las noches despejadas y calmadas. Se manifiestan mediante el descenso de temperaturas, más acusado en las zonas bajas que en las altas y están motivadas por el enfriamiento originado por la pérdida de radiaciones nocturnas (inversión por irradiación) y el descenso de corrientes frías desde el entorno (vientos catabáticos, inversión de subsidencia). También en los meses fríos y vinculado a las inversiones, destaca la reiterada presencia de nieblas favorecidas por el enfríamiento de las capas bajas y la falta de corrientes de aire, lo que incide sobre las bajas temperaturas. Estas nieblas influyen en la disminución de la insolación media anual de la comarca que oscila entre unas 2.500 horas de sol al año en la franja central (valle) y 2.600 horas en las áreas más elevadas, los valores más reducidos del territorio valenciano.