Te has ido en silencio, como sin avisar, como sin querer hacer ruido ni molestar. Pero como comprenderás, el hueco que has dejado no va a ser fácil de llenar. Más bien imposible.
Las mismas lágrimas que he llorado de risa leyendo tus intervenciones en el foro y compartiendo unos licores en Canfranc, esta mañana se han convertido en lágrimas de tristeza y amargura.
Tu corazón era demasiado grande como para que te haya jugado esta mala pasada.
No puedo decir mucho más. Esto es demasiado duro.........
Cuando llegues al paraíso de los meteolocos, recuérdales a todos los buenos ratos que nos has hecho pasar. A buen seguro que seguirás haciendo reír a los que haya a tu alrededor allá donde vayas. Ese es mi Samán.
No creo que vuelva a mirar al cielo de la misma forma que lo hacía antes.
Adiós, amigo.