Lleva razón ilex, la procesionaria es una plaga cíclica, como todas las que existen. El problema es que su incidencia se ve muy favorecida por las repoblaciones de pinos, especialmente aquellas donde la densidad es exagerada, ya que los pinos jóvenes son mucho más sensibles a la voracidad de la oruga y muchos no resisten hasta el año siguiente. ¿Qué ocurre? Pues que cuando el bicho ha devorado toda la masa repoblada y ha alcanzado niveles poblacionales muy altos, entonces se pasa a la masa forestal y se convierte en un grave problema.
De todos los métodos utilizados por esta zona, el que mejores resultados ha dado ha sido el de las trampas de feromonas. Pero aún así, su control es difícil y tendremos que aprender a convivir con ellas.