El Kilimandjaro surge dominante sobre el horizonte, mientras, en primer plano, en la sabana, la estación seca deja sentir ya sus efectos. La hierba alta agostada sirve de escondrijo a los depredadores. En el centro de la imagen, abajo, podemos apreciar cómo un viejo Ñú, abandonado por la manada, observa impávido el monte totémico africano, junto a una joven acacia que padece los efectos de esta dura estación. En el extremo izquierdo, un bulto sospechoso delata quizá a "Simba", la leona que hemos estado observando las últimas semanas, acercándose sigilosa hacia una presa fácil. En unos segundos asistiremos a una escena de supervivencia desgarradora....
PD: Como siempre, estupendas fotos ventrosa. Desde luego que tenemos unas montañas preciosas de las que estar orgullosos, y unas cuantas cimas con mucha personalidad y características peculiares, de las que tú nos pones imágenes preciosas cada semana. Saludos