Después de una semanita de voluntario exilio burgalés exento de tecnologías y demás artilugios infames, me reincorporo a la lectura del SIN a ver qué me he perdido, como siempre, mucho y bueno, estos últimos días, claro, tocaba hablar de vientos y de orillas inundadas...
Acabo de llegar a Soria desde los Juarros burgaleses, y, como tenía tiempo y ganas, he decidido venirme por rutas alternativas, esto es, siguiendo la cara sur del Mencilla por carreteras secundarias hasta desembocar en Salas de los Infantes. La temperatura era más que grata, 12ºC, lo que, unido a la humedad rezumante y la luz de la tarde me ha hecho disfrutar de un colorido impresionante, impropio de enero. Los hojas marcescentes de los robles con un rojo fuego poderoso, refulgente, contrastado por un verde azulado casi fosforescente, aportado por los numerosísimos líquenes que colmaban troncos y ramas. El suelo, de un verde tan luminoso que ofendía. Las sierras de Mencilla y Villamiel, si bien sus cumbreras tapadas de nubes, presentaban un abanico de colores que no recuerdo de otros muchos viajes anteriores, ni siquiera en otoño. Tantas tonalidades distintas de rojos y de verdes por todas partes cautivaban, eso, unido a la carencia total y absoluta de tráfico (no me he cruzado con nadie hasta alcanzar la nacional en Salas), me ha permitido ir despacio y parar cuando me plazca, como a mí me gusta.
Luego, más abajo, he podido ver in situ los desbordes que acusan las riberas del Pedroso y el Arlanza, que no son broma, por cierto, los sotos están anegados por aquella zona. La carreterucha por la que transitaba se veíoa amenazada en algunos puntos bajos por el agua.
Como suele pasar, y más con fotógrafos de pacotilla como yo, he intentado tirar alguna foto, pero la luz, aunque muy bella, no era la mejor para la cámara, y, como soy cutre con ésto, pues no se aprecian en mis fotos los tonos como los veían mis ojos. Además no tengo forma de descargarlas ahora, así que he pensado tratar de describiros lo que he disfrutado con el paisaje, y describirlo lo mejor que pueda, para que cada cual se lo imagine a su antojo, como en las radio-novelas. Un saludo