Tercera estación meteorológica
Es un caso singular en Gipuzkoa. A las ya existentes en la Central y en Oiangu se suma la estación de Areta DV. Al día de hoy existen en la localidad, tres estaciones meteorológicas. La más veterana, manual, que lleva instalada, desde hace más de 20 años, en el depósito central de la calle Egutera Bidea, frente a la Residencia San José, de la que se encarga Emilio Alvarez, Facheti.
La segunda en el parque de Oiangu (automática sinóptica; es decir, se emplea tanto para estudios climáticos como para hacer predicciones), y la tercera (automática climatológica), puesta en marcha este mismo mes, muy cerca de la primera, en concreto, sobre el depósito de Areta.
La primera y la tercera, están adscritas al que fuera Instituto Nacional de Meteorología, ahora Agencia Estatal de Meteorología, y la segunda a la Agencia Vasca de Meteorología; Euskalmet.
El ordiziarra José Luis Sebastián es el encargado de la infraestructura y mantenimiento de la red de la Agencia Estatal de Meteorología, en la delegación territorial del País Vasco.
Sebastián, subraya, de entrada, «que pocas localidades disponen de semejante equipamiento. En la Comunidad Autónoma, como en algunas otras, existe una doble red de atención meteorológica, aquí, la del Gobierno Vasco y la estatal. Y a veces, estaciones instaladas por los consorcios de aguas, la cuencas hidrográficas, incluso por aficionados. Dependientes de la administración central, apunta, en Gipuzkoa existen 8 estaciones manuales, 11 climatológicas, y 5 sinópticas, ambas automáticas».
Las estaciones climatológicas como la de Areta, envían, vía satélite, la información recogida, cada cuatro horas, información que vuelcan en un ordenador central. Datos que, fundamentalmente sirven para estudiar el clima más que para realizar los correspondientes pronósticos meteorológicos, labor para la que se utilizan la información que envían los satélites, los radares, las estaciones sinópticas, etc, datos que se aplican a modelos matemáticos.
En el territorio histórico guipuzcoano, la Agencia Estatal dispone de los datos recogidos en el observatorio de Igeldo, el más importante, más los que brinda la Oficina Meteorológica Aeronáutica (OMA) del aeropuerto de San Sebastián-Hondarribia ambos con personal fijo, y luego están las estaciones automáticas y las manuales. «En cualquier caso los datos de estas estaciones de superficie, se suministran a quien nos pide, a menudo, consorcios de seguros, etc», comenta Sebastián.
Estación automatizada La estación más reciente, terminada de instalar este mismo mes, es la que se ubica en el depósito de aguas de Areta. Es una estación climatológica automática. Y es la ampliación, continuación de la situada en la Central. Incorpora sensores de dirección y velocidad del viento (anemocinemómetro y anemómetro, respectivamente), de temperatura y humedad (termohigrómetro) y de lluvia (pluviómetro). Está equipada con comunicaciones GPRS y dispone de una placa solar que le suministra la energía suficiente para su funcionamiento. En cualquier caso cuenta, a su vez con la correspondiente conexión a la red eléctrica, necesaria para poder derretir la nieve y el hielo que se puede acumular en el pluviómetro en el periodo invernal.
Dejando a un lado esa circunstancia, tiene un consumo cero, ya que la placa solar es suficiente para hacer funcionar toda su instrumentación.
Como señala, «cada cuatro horas, 6 veces al día, manda los datos a un ordenador central, que depura la información porque determinadas circunstancias, la proximidad de una fábrica, etc, han podido alterar las mediciones. Información final que se almacena en una base de datos que servirá para estudiar el clima».
«Son equipos que funcionan perfectamente. A más equipos, más datos y a más datos sabemos mejor lo que pasa», y subraya que «buscar acomodo a una estación meteorológica, no resulta una tarea sencilla, menos en Gipuzkoa».
Atendiendo a los consejos de la Organización Meteorológica Mundial, las condiciones idóneas reclaman una zona llana, mejor dicho una gran llanura, sin ningún tipo de obstáculo, ni natural ni artificial. La única zona que en el territorio histórico cumple con estos requisitos es el aeropuerto de Hondarribia. En toda la Comunidad Autónoma, la mejor; la más limpia, es la de Foronda (Vitoria), eso sí, la de la cabecera de pista. Antes había otra junto a la torre de control y en este caso el edificio le afectaba.
A partir de ahí te las apañas, sobre todo, con lo que te dejan.
«La de Ordizia representa, en Gipuzkoa, la undécima estación de estas características, con lo que podríamos decir que tenemos cubierta la información a nivel básico. Hemos mirado ubicaciones como la depuradora de Legorreta o la presa de Ibiur en Baliarrain, pero se trata de valles muy encajados y por lo tanto no resultan aptos. Entendemos que tenemos un hueco por cubrir en Tolosa» comenta Sebastián.
Tema popular donde los haya, cuando no determinante, personalmente, Sebastián asegura que «considero que la meteorología afina, y en eso estamos, cada vez más, pero nunca va a ser una ciencia exacta, en el sentido ortodoxo del término, menos aquí donde la orografía lo complica todo».
«Y si de datos hablamos una curiosidad sobre todo a la vista de la fuerte borrasca del pasado 24 de enero. Los sensores de estas estaciones meteorológicas no registran vientos de más de 180km/h, y si lo hacen la medición no es fiable» concluye.
Precisamente mañana, finaliza, asistimos al Día Meteorológico Mundial.
Texto plagiado íntegramente de:
http://www.diariovasco.com/20090322/tolosa-goierri/tercera-estacion-meteorologica-20090322.html
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