Desde Lunada, nuevamente la sierra caliza de la que sobresalen Peña Lusa y el Alto de Imunía.
La vertiente cántabra del Portillo de Lunada es mucho más pendiente. A unos dos kilómetros desde el puerto, está el Mirador de Covalruyo desde donde se observa el serpenteante discurrir de la carretera y las estribaciones del Castro Valnera, la ultima montaña de la Cordillera que por esta zona oriental de la misma ssupera los 100o metros (exactamente su altura es de 1717 m)
La cabecera del rio Miera, que nace aquí mediante la unión de muchos arroyos, fué en su tiempo un enorme circo glaciar. Aún se pueden ver las morrenas y la forma en "U" de éste característoco valle, jalonado en sus extremos por cumbres imponentes, como la del Picón de los Lastreros:
La carretera desciende por San Roque de Riomiera hasta los valles inferiores. Cerca de Liérganes la mole caliza del Pico Levante se asoma a la orilla del camino:
Siempre me han gustado las carreteras con árboles a los lados. Forman una estupenda sombra y un bonito techo vegetal:
Llegamos por fin a Lérganes donde no puede faltar la visita al puente romano. A lo lejos, las cimas de Miramón y Cotillamón, las famosas "Tetas de Liérganes":
Junto al rio Miera se haya el monumento a Francisco de la Vega y Casar, el famoso Hombre-Pez de Liérganes. Su leyenda hizo que éste bello pueblo cántabro fuese conocido en medio mundo.
Finalizamos el recorrido ante la casa más fotografiada de Liérganes 8y éso que en ésta ocasión no había tantos geranios como otras veces)
Bien...pues nada más. espero que os haya gustado el reportaje.