Artículo publicado en el cuaderno cultural "Utielanías" por PedroR.Febré.
DE LA RUINA A UN PROYECTO CULTURAL Y TURÍSTICO CONSISTENTE
Pedro R. Febré López
La primera vez que accedí a las bodegas subterráneas de la calle
Puerta Nueva, lo hice trepando por un montón de escombros y
atravesando un orificio en el terreno de apenas 40 cm de diámetro.
Curioso que para bajar a una bodega subterránea tuviéramos que subir,
teniendo la sensación de que habíamos ascendido a una primera planta.
Esto se debía a que la cantidad de terreno desprendido y de escombro
vertido había rellenado todo el espacio que ocupaba la bodega. Los
peldaños de la escalera estaban varios metros por debajo de nuestros pies.
El abandono de estas bodegas era notable. A pesar de que las
viviendas en las que se encontraban habían sido adquiridas por el
Ayuntamiento de Utiel entre los años 2005 y 2007, con la intención de
realizar una rehabilitación del conjunto como se ha hecho en la
actualidad, nunca se llegó a abordar el proyecto salvo un fallido intento
de rehabilitación en la bodega que se encuentra a nivel de suelo, por
donde hoy se accede a las recientemente inauguradas bodegas
municipales. Por problemas que ya no vienen al caso, no se finalizó dicha
rehabilitación, y así quedó en estado de abandono durante al menos 6
años.
En 2015 la A.C. Serratilla plantea al actual consistorio la
rehabilitación del conjunto de bodegas de Puerta Nueva. Pocos eran
conocedores si quiera de la existencia de estas bodegas y mucho menos
del potencial que podían tener. El planteamiento de la asociación fue
recibido con agrado, casi entusiasmo diría yo tanto por el Alcalde,
Fernando Benlliure, como por las concejalías de cultura y turismo. Prueba
de ello es que unos meses después, el Ayuntamiento hizo suyo el
proyecto, y tras acometer unas urgentes medidas estructurales, estudió
posibles vías de financiación y finalmente se ejecutó, inaugurando los
subterráneos en 2017. Al fin y al cabo, ni más ni menos que lo que la A.
C. Serratilla pretendía cuando en 2015, en el salón de plenos, planteó su
idea.
No son los mismos tiempos lo que rigen la vida cotidiana de los
vecinos que la lenta maquinaria administrativa. A cualquier ciudadano
que nos pregunten, solucionamos los problemas de todo el Estado en
apenas media hora de tertulia en cualquier cafetería. La realidad es que
en el plazo aproximado de cuatro años, contaremos en Utiel con las
bodegas de Puerta Nueva, la bodega que se encuentra bajo el salón de
plenos del Ayuntamiento, las dos bodegas situadas en la Puerta del Sol
que en estos días se encuentran en periodo de rehabilitación y el refugio
de la guerra civil de la calle Beato Gálvez. Esto va a suponer un cambio
drástico en la oferta turística y cultural de nuestra ciudad. De la ruina, a
lo que puede ser un proyecto turístico y cultural consistente.
Llegados a este punto, falta dar el paso definitivo. Una vez recuperada
una pequeña muestra del subsuelo utielano, se debe apostar por lo que
puede ser una de las salidas a una complicada situación no sólo de Utiel,
sino de muchos municipios de interior y población media. Por suerte, el
enoturismo está de moda. Uno no tiene más que ver el desarrollo
turístico y cultural de las zonas tradicionales vitivinícolas alrededor de
aquello que las identifica, el vino. Una apuesta segura donde sin olvidar
la esencia del producto y del territorio, se abren a nuevas vías de ingresos.
La dinamización de las bodegas recuperadas es tanto o más importante
que la propia rehabilitación. Dotarlas de vida es básico para la
perdurabilidad del proyecto. Ofrecerlas para actos, eventos,
presentaciones, y tantas otras actividades que seguro los entendidos en la
materia pueden desarrollar con mayor acierto. El diálogo con las bodegas
pertenecientes a la Denominación de Origen Utiel-Requena y con cualquiera que
pueda promocionar nuestras bodegas subterráneas es esencial.
Más complicada es la otra pieza que debe sustentar esta idea.
Debemos tener en cuenta que la gran mayoría de las bodegas
subterráneas están bajo viviendas privadas. Muchas de ellas además, en
el casco histórico, incluidas por tanto en zona de protección arqueológica.
Las ventajas de rehabilitarlas son varias: además de la obvia contribución
a la conservación del patrimonio, se unen la mejora en las condiciones de
humedad de la vivienda y la ganancia de un nuevo espacio con multitud
de usos en el ámbito privado o por qué no, en el público. Quedan muchas
por recuperar, y se debe desde las instituciones públicas facilitar y
fomentar dicha recuperación. A pesar de lo destruido, estamos a tiempo
de contar con uno de los conjuntos subterráneos más amplios e
interesantes de toda España. Cualquier persona que invierta su tiempo
y su dinero en recuperar una bodega, debe contar con el apoyo de la
administración. Todos, nos guste o no, estamos sujetos a la Ley de
Patrimonio Cultural Valenciano, una ley que en mi opinión deja mucho
que desear, o al menos, su aplicación. En Utiel, esta ley ha contribuido a
destruir más patrimonio que a conservarlo. El coste económico y la
demora que se ha producido en la mayoría de las ocasiones, ha
ocasionado el miedo de los propietarios a algo que debería ser motivo de
orgullo, como es el hallazgo y la comunicación de un espacio valioso.
Cuando una ley que pretende conservar el patrimonio lo que ocasiona es
su destrucción, algo se estará haciendo mal.Veremos por donde va la
nueva ley que parece saldrá en los próximos meses y derogará la actual.
Las soluciones pasan por el estudio de lo que se está haciendo en
otras localidades que cuentan con un patrimonio parecido. No vamos a
la vanguardia en temas de protección y recuperación de patrimonio, pero
precisamente esto nos permite conocer como se ha hecho en otros
lugares y “copiar” las medidas adoptadas (¿Arqueólogo municipal?
¿Oficina de tramitación de expedientes ante la Dirección General de
Patrimonio? ¿Subvenciones?). Habrá que buscar la solución más
satisfactoria para que ningún propietario se sienta perjudicado por hacer
aquello que el sentido común dicta.
Si entre todos somos capaces de superar estos obstáculos que todo
proyecto ambicioso encuentra en su camino, quizá en un futuro se
recuerde esta fecha en la que en Utiel se dejó de destruir lo propio para
empezar a conservarlo y valorarlo.