EMPORDÀ (I): Monestir de Sant Pere de Rodes

Entre otras funciones, era un lugar para leer, escribir, meditar, jugar pero sobretodo actuaba como distribuidor de las estancias que usaban los monjes en la vida cotidiana.

La portería era el espacio que conectaba la vida claustral del monasterio con el mundo exterior.

Lo que hoy es la plaza fue hasta el siglo XII lugar de enterraminetos privilegiados. Con la construcción del nuevo claustro, se cubrió el espacio funerario para convertirlo en esplanada.

A partir de la edad media los monjes dejaron de hacer vida comunitraria según la regla de san Benedicto, hasta el punto que en el siglo XVIII cada monje tenía su propia casa en la zona del sobreclaustro.

La torre tenía una función defensiva: no disponía de puerta de entrada en la planta baja y se accedía a través de las aperturas del primer piso.

Igual que el ampanario, la torre de defensa mide 27 metros de altura.

Arriba del edificio restan los matacanes que sostenían un balcón de madera desde donde los monjes i otros refugiados se defendían y observaban sin peligro cuando el monasterio era saqueado.

El campanario es una de las obras que se hicieron durante la gran ampliación del siglo XII.

Es una estructura de planta cuadrada y tres pisos. Los dos primeros tienen ventanas de medio punto, simples y sin decoración.

En el tercer piso podemos obserbar la característica decoración de estilo lombardo presente a la mayoría de campanarios catalanes del siglo XII:

Por detrás del campanario se accede al deambulatorio superior de la iglesia.

En algunos lugares del monasterio se puede obserbar la construcción en opus spicatum o en espiga.