Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.

Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« en: Sábado 01 Septiembre 2012 16:19:08 pm »
Buenas gente.

Recuerdo que hace un par de años alguien rescató un repor mío sobre el Pamir. Os dejo yo ahora el relato de nuestra expedición al GII, en uno de los peores años de mal tiempo que se recuerdan en el Karakorum.

Un abrazo desde Beirut.

Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.


2012. Uno de los peores años de mal tiempo que se recuerdan en el Karakorum.
Un grupo de alpinistas y buenos colegas. Poca suerte. Muchas desventajas.

Esta es la historia de nuestra expedición al Gasherbrum II (8.035 m), uno de los
ochomiles llamados “modestos” (seguramente por personas que no han subido
jamás un ochomil) que este año, no deseaba ser escalado.



Llegamos a Islamabad y una oleada de calor y olores nos asaltan al bajar del avión. Necesitamos un par de días para hacer las últimas compras y todo el papeleo administrativo que necesitan este tipo de expediciones. Nos damos toda la prisa que podemos para huir cuanto antes del sofocante calor que asfixia la capital pakistaní en estas fechas. En dos días, estamos montados con todo el material en el transporte terrestre que, a través de la Karakorum Highway, nos llevará a las zona norte del país, la región del Balistán.

La Karakorum Highway, junto con la Carretera de la Muerte boliviana, una de las carreteras más espectaculares y peligrosas del planeta, discurriendo paralela al cauce del bravo y enorme río Indo.





Y al poco tiempo, en la mañana del segundo día de viaje, aparece antes los ojos del expedicionario otro de los grandes colosos del planeta. El Nanga Parbat (8.125 m), la montaña asesina.




En esta zona, además, se encuentra un singular punto geológico de la Tierra. Es el punto donde se unen de manera majestuosa el Himalaya, el Karakorum y el Hindu Kush, las tres cordilleras más poderosas del planeta.





Y en este desierto continental de roca, allí donde se ha conseguido canalizar el agua del Indo, pequeños vergeles rompen la monotonía cromática del paisaje salpicando de vida estas escarpadas laderas de roca.





Hasta que finalmente llegamos a Skardu, ciudad norteña en la que preparar las cargas y empezar, tras un último día de todo terreno hasta Ascole, el trekking del glaciar Baltoro.







Camino de Ascole





Iniciando el trekking. Inmenso valle del río Braldo.







Porteadores. Vendrán con nosotros hasta el campo base, porteando tiendas, comida, material, combustible… Todo lo necesario para abastecer la expedición durante el mes que está previsto permanecer en el glaciar. Gente dura…







Recorreremos el espectacular glaciar Baltoro y alcanzaremos el campo base de los Gasherbrum en seis días, atravesando descomunales morrenas y maravillándonos con el espectáculo que supone discurrir por estos parajes. Os dejo unas fotos.

Las Torres Trango y las Catedrales de la Tierra, vistas desde el campo Pallu, aún en el vale fluvial.





Atravesando las descomunales morrenas del Baltoro





Glaciares secundarios tributando en cada valle lateral









El Baltoro desde la peña de Urdukas





Porteadores con la Torre sin Nombre al fondo





Cae la noche en Urdukas





Seguimos nuestro camino, con el imponente Gasherbrum IV (7.925 m) de fondo







Cumbre del GII, nuestro objetivo, tras el GIV





El Masherbrum, o K1 (7.821 m), otro de los grandes sietemiles del Karakorum





Seguimos el avance camino de Concordia, punto de reunión de los glaciares que bajan del Broad Peak (8.047 m), K2 (8.611 m), GIV (7.925 m) y valle de los Gasherbrum. Según aquellos que lo han contemplado, uno de los lugares más espectaculares del planeta. Sin embargo, el mal tiempo, que entrará todos los días a excepción de muy pocos, no nos dejará ver nada durante el cruce de Concordia





(Foto de Pepe Saldaña)


Al llegar a nuestro siguiente campo, Goro II, una tormenta de nieve y fortísimo viento nos da la bienvenida mientras montamos como podemos las tiendas. Tras esta, el cielo comienza a despejarse por la parte baja del glaciar, y Pepe Saldaña y yo decimos bajar para intentar ver el K2. No llegamos hasta Concordia, pues no había tiempo, pero sí pudimos ver el coloso del Karakorum

Desandando camino hacia Concordia





K2 (8.611 m)







Broad Peak (8.047 m)





Volvemos a Goro II con las últimas luces







Iniciamos al día siguiente nuestro último día de aproximación al base. Viento en altura sobre el Chogolisa (7.665 m)





Ferrán Latorre con la espectacular Torre Muztagh (7.276 m) al fondo





Seguimos nuestros camino hasta llegar al fin al campo base (CB) de los Gasherbrum, a 5.100 metros de altitud. Nuestro hogar para los próximos 37 días… Una morrena glaciar donde será imposible mantener los pies calientes y bastante incómoda por lo estrecha y alargada, y un relieve muy ondulado







Gasherbrum I (8.068 m) visto desde el CB





Al día siguiente nos dedicamos a preparar las primeras cargas, los primeros porteos de tiendas, gas y material, pues en la siguiente madrugada saldremos para arriba. Por la tarde, algunos de los expedicionarios nos adentramos en el glaciar para ver al fin nuestro objetivo, que no es visible desde el CB. Al fin apareció ante nosotros el Gasherbrum II (8.035 m).También conocido como K4 o Moravi II, las regulares líneas de su pirámide cimera nos impresionan y fascinan





Este día nos enteramos de que el glaciar que lleva desde el campo base (5.100 m) al campo 1 (C1, 5.900 m) está muy roto y abierto, y de las 3 horas que solían tardarse en años anteriores en subir del CB al C1, este año son necesarias de 7 a 10 horas para completar el recorrido (dependiendo de la aclimatación, la carga que llevas, etc.). Es el primer duro golpe que nos llevamos, pues realizar este recorrido, además de muy peligroso por las enormes y abiertas grietas que plagan el glaciar, nos desgastará mucho. Es por eso que el primer día sólo subiremos hasta unos 5.800 m, donde haremos un depósito de material y será al día siguiente, cuando volvamos a subir y lleguemos entonces al C1.

Atravesando la zona de la rompiente



(Foto de Pepe Saldaña)


Saltando grietas (a las dos semanas esta grieta será tan grande que se colocarán dos troncos de bambú para poder pasarla, y más tarde habrá que buscar una peligrosa ruta alternativa. El glaciar se rompe a pasos agigantados)





Superando muros de hielo





(Foto de Pepe Saldaña)


Llegando a la parte alta del Glaciar, bajo la sombra de GI





Alcanzando el circo de los Gasherbrum (Gasherbrum II, III, IV y V al fondo)









El Baltoro Kangri (7.312 m) al fondo. Una gigantesca mole de hielo





Vamos equipando la ruta con banderines. La zona de la rompiente y la cascada de hielo es un auténtico y caótico laberinto de bloques y grietas.





Vamos superando las rimayas de las grandes grietas que se abren en la parte del circo. Gasherbrum IV al fondo





Hasta que finalmente, tras una agotadora y peligrosa jornada de glaciar, se llega al campo 1, a 5.900 m



(C1 cuando todavía había otras expediciones en la montaña…)


Os dejo aquí la ruta de ascenso del GII por la cara sur





Al día siguiente, y ya que las previsiones daban buen tiempo y en el Karakorum hay que aprovechar cualquier oportunidad, decidimos, a pesar de ser tan sólo el tercer día en la montaña, portear tiendas y material al campo 2, a 6.500 m. Un ascenso meteórico con una aclimatación bastante pobre, pero temprano al día siguiente, salimos decididos a escalar lo que se conoce como “banana ridge”, una arista muy vertical y vertiginosa que lleva desde la base del glaciar hasta las cercanías del campo 2.







Escalando la espectacular arista





Una vez en la cumbre de la arista, hay que bajar y volver a subir hasta llegar definitivamente a emplazamiento del C2







Cumbre de la arista vista desde el C2 (6.500 m). En la base, dos tiendas de una expedición coreana que el viento arrancaría en los días venideros… Al fondo, el glaciar y la morrena del campo base





Tras pasar una noche no del todo mala bajaremos de nuevo al campo 1 donde pasaremos otra noche para seguir con nuestro proceso de aclimatación, antes de bajar al fin al campo base a descansar. Un primer contacto con la montaña bastante intenso...

Campo base y glaciar de entrada al circo de los G







GI desde el base. 3.000 metros de pared frente a nosotros…





Cae la noche en el base, en una de las pocas noches estrelladas que tuvimos





PRIMER INTENTO A CUMBRE

Tras unos días de descanso en el base, y con noticias de que una ventana de buen tiempo se acerca, decidimos hacer nuestro primer ataque a cima llevando apenas 8 días en la montaña. Ello supondría escalar un ochomil en 12 días desde la llegada al base, algo un poco precipitado pero factible, en principio.

Tercer paso por el larguísimo y duro glaciar…





Fotografiando todo…



(Foto de José E. Carboné)


Me río pensando “os vais a enterar con el repor, jsjs”. No habrá quien se lo lea!!!



(Foto de José E. Carboné)


Cruzando el laberinto de grietas, hasta el C1…



(Foto de José E. Carboné)


(Foto de José E. Carboné)


Fernando con la cumbre del GII al fondo





Al día siguiente, subida de nuevo al C2 por la banana y los seracs previos a la arista





Vistas desde la tienda en el C2





Una tienda menos de los coreanos… El viento ha empezado a hacer de las suyas





Campo 2 (6.500 m)





Atardece…







Al día siguiente tenemos previsto subir al C3 (7.050 m), pero esa misma noche cambian las previsiones de tiempo y recibimos los partes. Entra el viento en altura. Vientos de 60-80 km/h y en aumento que barren la cumbre y los campos 3 y 4… Todo el esfuerzo y el porteo sirve para poco, aunque dejamos comida y combustible que no tendremos que portear la próxima vez. A la mañana siguiente, enormes penachos de ventisca indican que no es posible subir. La montaña no nos deja opción esta vez; hay que retirarse, pues se espera además que el viento en altura dure bastantes días…











Vuelta de nuevo al base, vuelta a cruzar el glaciar…



(Foto de Pepe Saldaña)


Por delante, días de mal tiempo en los que poco se puede hacer. Muchas horas dentro del saco intentando que los pies entren en calor…







SEGUNDO INTENTO A CUMBRE

Tras varios días de mal tiempo y partes meteorológicos que no anuncian más que viento del suroeste que trae humedad, y esta la nieve, aparece la noticia de una posible ventana de un par de días. Tras el primer intento, algunas expediciones se retiraron. Ahora, tan sólo dos quedamos en el GII para intentar la cumbre. Tenemos que aunar esfuerzos en un glaciar muy roto, en una montaña cargada de nieve y sin cuerdas fijas en la parte superior. Es por eso que a pesar de que la ventana de buen tiempo prevista para dentro de algunos días es bastante incierta, salimos para arriba con la esperanza de alcanzar esta vez la cumbre.

Es la cuarta vez que subimos por este glaciar… Cansancio, dureza y peligrosidad se van acumulando durante las interminables jornadas de ascenso del CB al C1…







Al día siguiente, y con partes meteorológicos que anunciaban sol, empezamos a escalar la banana ridge bajo amenazantes nubes que no hacían más que evolucionar a peor





A mitad de la banana y quedándosenos a todos cara de “dónde está mi maleta” (un abrazo José!!! jsjs), recordad que los partes daban sol para ese día, se desata una tormenta de nieve y viento que nos acompañará hasta el C2 donde montamos una tienda como podemos y nos refugiamos en la que ya teníamos que no hemos podido reparar (las plataformas de nieve de las tiendas se van deformando mucho y es imposible encontrar la horizontal para dormir…)





Ferrán y yo en un respiro de la tormenta



(Foto de Pepe Saldaña)


Llega la noche y la nieve sigue cayendo, acumulándose ya muchos centímetros sobre la demás nieve caída la semana pasada. Además, como siempre hace mal tiempo, no hay días de sol que ayuden a transformar la nieve, por lo que la montaña se iba cargando de nieve fresca no transformada, elevando el peligro de avalanchas y convirtiendo el C2 en una auténtica ratonera. Muy peligroso tanto subir, como bajar. A la mañana siguiente, con nieve aún cayendo, comenzamos nuestra segunda retirada abriendo una peligrosa huella de descenso hacia el C1. Vamos asegurando al primero y fijando tramos de cuerda en zonas muy expuestas antes y después de la arista. Será un descenso muy duro y arriesgado, viendo además como nuestro ánimo y nuestras fuerzas se hunden poco a poco tras cada paso, tras cada copo de nieve que nos cae encima, tras cada vez que nos hundimos hasta la ingle y nos cuesta la vida salir












Además, sabemos que la expedición que intentaba con nosotros la cumbre se retira definitivamente, por lo que nos quedamos solos en la montaña. Un puñado de alpinistas y amigos solos ante un ochomil virgen, con cuerdas fijas enterradas o sin ellas en la parte superior, repleto de nieve que no transforma y azotado por fortísimos vientos en altura. Es inevitable pensarlo, a pesar de que jamás perdí el buen humor y el ánimo, pero va a ser casi imposible escalar el GII este año.





Es duro renunciar a tantos intentos, a tantos meses de entrenamiento y tantos años escalando montañas por todo el mundo, como duro es subir y bajar por este maldito glaciar. Hay que mantener la calma, ser paciente, pues por mucho que tú pongas, si la montaña no se deja, poco se puede hacer. Y pareciera como si el GII tuviera vida propia y estuviera jugando con nosotros, cuales pequeñas hormigas, mostrándonos la posibilidad de buen tiempo, arrebatándonosla en las narices cuando hemos hecho ya mucho esfuerzo, haciéndonos renunciar y hundiéndonos a cada intento frustrado. Lo ha conseguido con todas los demás expediciones…

Volvemos por el glaciar hacia el CB cuando deja de nevar. El sol cae hacia cielos de poniente







De vuelta en un base vacío, vemos como la nieve y el viento persisten, y los partes no nos traen ninguna mejoría. Pasamos los días como mejor podemos, saliendo a tomar el sol las pocas veces que éste hace presencia,







Acompañando a nuestros cocineros en su música  y costumbres baltíes





Viendo como el potente viento en altura, coletazos del jet stream, hacía imposible es ascenso cuando las condiciones de humedad mejoraban.  Siempre era la misma dinámica; maldito viento suave del suroeste que traía humedad y con ella nubes y nieve. Y si el viento aumentaba y retiraba las nubes, con una componente más oeste, era tan fuerte que hacía inviable acercarse siquiera al campo 3.



(potentes vientos en altura sobre el GI)


ATAQUE DEFINITIVO A CUMBRE

Aquella vez, fueron 8 días en el campo base esperando un poco de buen tiempo, viendo como día tras día las nevadas acumulaban más y más nieve en la montaña, como las cuerdas fijas se irían enterrando, como los fuertes vientos amenazaban con arrancar nuestras tiendas como ya hicieron con las dos de la expedición coreana. Estábamos ya llegando a nuestro límite de tiempo en el campo base. De tiempo, de alimentos, de material, de ánimo, de fuerzas… Y los partes meteorológicos que nos enviaban desde España no daban más que maldito viento del suroeste, y maldita humedad. Cada día al despertarte en tu tienda, veías esa luz blanquecina que te susurraba al oído, “vuelve a estar nublado… Vuelve a nevar…”. Y nieve y más nieve, que borraba la huella que tanto nos había costado abrir en el anterior ataque, cargado la montaña y haciéndola peligrosa por avalanchas, hundiendo nuestros ánimos poco a poco.

Decidimos entonces, tras una semana nevando y con una ligera mejoría de tiempo, que ese sería nuestro ataque definitivo a cumbre. Pasara lo que pasara, teníamos que subir al C2 (6.500 m) a por las tiendas y material, junto con todo lo acumulado en el C1. A las malas, subiríamos a recoger nuestras cosas y nos largaríamos de esta maldita montaña que este año no nos había permitido nada; ni el más mínimo resquicio de bondad u opciones de cumbre.

Quinta vez que subimos por este glaciar, en el que las grietas han cambiado, se han hecho enormes, se han abierto por todos lados. En cada trayecto metes la pierna varias veces en grietas, te desequilibras muchas otras, te hundes, te desgastas. Curiosa sensación al hundirte con una pierna en la nieve, e intentar clavar los crampones en la pared de la grieta viendo como la pierna bascula en el vacío sin encontrar ninguna resistencia y te sabes, sobre un puente de nieve que cubre una gigantesca grieta.

Pero hay que seguir avanzando, quemar nuestras últimas naves; no tenemos más opciones. El viento en altura nos da la bienvenida cuando alcanzamos a ver el circo de los Gasherbrum…





Seguimos hacia el C1





En el cual ya no se encuentra nada más que nuestras tiendas, cubiertas de nieve y soledad







Soledad que recorre este circo empujada por la suave brisa que lo barre al atardecer… Montañas enormes cargadas de nieve, para nosotros solos…





Sin duda, poder escalar en GII en estas condiciones es todo un contratiempo, pero también un lujo. Pocas veces puedes tener un ochomil para ti solo, aunque de primeras eso no sea para nada una buena noticia. Estamos escalando sin huella, con cuerdas enterradas, con riesgo de avalanchas, sin nadie que nos pueda ayudar arriba si hay algún contratiempo, y con tiempo inestable y malo. Hay que asumir muchos compromisos, que afrontamos con determinación. Si alguien tiene un problema allí arriba, será muy difícil prestar algún tipo de ayuda…

Al día siguiente, subimos de nuevo al campo 2 donde nuestras tiendas han aguantado bien. Es una escalada dura abriendo huella en la banana ridge, que hoy es más vertical y vertiginosa que en ninguna otra ocasión…









Cae el sol sobre el GI…





A la mañana siguiente, sigue el viento en altura aunque disminuyendo a niveles razonables para poder escalar. Es cuando por fin, tras 30 días desde que llegamos a CB, conseguimos superar los 6.500 m; el campo 2. Un mes de trabajo, frustraciones, cansancio… Al fin nos adentramos en lo desconocido, donde verticales y largas paredes de hielo vivo nos hacen sufrir y machacar nuestros gemelos, que no tienen ningún hueco donde apoyar todo el pie y poder así descansar







Vamos alcanzando los 7.000 metros y el cansancio empieza a hacer mella, aunque vamos decididos, contentos por haber llegado al fin al C3 (7.050 m)









Este día hemos subido cargados 550 metros de desnivel, desde 6.500 m hasta 7.050 m, habiendo abierto huella desde el campo base dos días antes. Hemos llegado al C3 por la mañana y, debido al poco tiempo que nos queda y que los partes anuncian un empeoramiento (aún más) del viento y la nubosidad en un par de días, decidimos prescindir del campo 4, a 7.400 m, y atacar esa misma noche la cumbre desde el C3. Será un ataque largo con nieve mala y sin huella, pero estamos dispuestos a intentarlo.

Cae la tarde sobre el C3…







A las diez de la noche, después de haber intentado descansar y haber preparado agua y la comida de ataque, salimos para cumbre. Confiábamos en que el camino entre el C3 (7.050 m) y el C4 (7.400 m) sería fácil, pero tramos de mixto muy sucio y cuerdas rotas y empalmadas de otros años nos quitaron esa idea al primer contacto con ellos.  Recuerdo la confusión debida a la altura, nueva para mí que jamás había estado por encima de 7.100 m, y las chispas que soltaban los crampones al escalar sobre la roca, la oscuridad, la extenuación y el frío mientras ascendíamos los duros pasos de mixto con roca descompuesta y poco estable.

Cuando empezó a amanecer íbamos recorriendo la enorme travesía bajo la pirámide rocosa de la cumbre, y el viento volvió a aparecer.





Destrozando aún más mis manos, saqué mi cámara y me decidí a inmortalizar aquellos momentos cuando la luz del amanecer bañaba todo el Karakorum. Sabía que en poco tiempo entrarían como siempre las nubes, y lo taparían todo…

Y a unos 7.600 metros, superando ya la zona de la muerte, el sol comenzó a bañar el Karakorum dibujando un universo infinito de cimas heladas…



(Gasherbum I)










A medida que subía el sol, el viento aumentaba su fuerza. La ventisca levantaba la nieve por las durísimas palas por las que escalábamos hacia la brecha que da acceso a la cara este. Por supuesto, escalamos sin oxígeno artificial y sin porteadores de altura o sherpas, en un estilo puro y limpio como ya es difícil de ver en el himalayismo, cada vez más colmado de expediciones comerciales.









Poderosos vientos en altura…





El GII no desea ser escalado.

Cruzando la brecha hacia la cara este el viento casi nos arrancaba de la montaña, por lo que decidimos resguardarnos en una zona protegida y esperar a que amainara un poco. Estamos a 7.750 metros, una cota muy peligrosa en la detenerse. Además, habíamos preparado el agua necesaria para atacar la cumbre y volver y no podíamos hacer más al no llevar gas ni sales para aportarle a la nieve derretida, por lo que cada hora que pasaba nos íbamos deshidratando, la altura nos iba machacando, y la somnolencia debida a la hipoxia iba en aumento…

Vertiente china al llegar a la cara este, más despejada y protegida que la vertiente pakistaní





Nubes entrando por el Karakorum





El viento no daba tregua y no dejaba opción alguna, por lo que decidimos esperar una mejora en las condiciones





Llevo las botas destrozadas de cramponazos de esta y otras expediciones, que no ayudan a mantener los pies calientes





Y cuando las nubes se abrían un poco hacia la vertiente china e india, un paisaje abrumador surgía ante nosotros bajo el constante azote del viento sobre nuestras cabezas







Si nos asomábamos a la vertiente sur, hacia el Karakorum, nubes y potentes vientos del suroeste no dejaban opción alguna de cumbre.







En este panorama, las posibilidad de sufrir un edema cerebral o pulmonar se incrementan mucho, por lo que tras 7 horas de espera, ya apenas sin agua y muy tarde ya, la 1:30 p.m., (tener en cuenta que un ochomil se debería alcanzar por la mañana, para estar a medio día en la seguridad de algún campo de altura) decidimos hacer un intento desesperado a pesar de que el viento seguía aullando en la cara sur. Eso, o bajarnos definitivamente.

No puedo decir que estuviera convencido de que íbamos a hacer cumbre, pero sí sabía que siempre tienes la opción de hacer un último intento. Y eso es lo que íbamos a hacer. Tras convencernos todos y motivaros para este último asalto, comenzamos a aproximarnos hacia las pendientes vírgenes que defendían la cumbre del GII.



(Foto de Ferrán Latorre)


Es extraño verte escalando verticales palas de nieve virgen, sin huella, cuerdas fijas o seguros (nadie había llegado hasta allí), con tiempo incierto, muy tarde y bajo los efectos de la hipoxia y la deshidratación.







Cuando superamos el nivel de las nubes, miré hacia la derecha y volví a ver China despejado, lo que me animó.





Hacia la izquierda, un enorme mar de nubes cubría todo el Karakorum sobre el cual, comenzamos a escalar al sol. Por encima de nuestras cabezas, enormes cortinas de ventisca surgían de la arista cimera, avisando de que en cumbre, el viento sería feroz…





Muy cerca de la arista, superando ya la barrera de los ochomil metros…





Y al fin accedimos a la arista cimera, la cual es un auténtico filo de navaja con patios de varios millares de metros de caída a ambos lados… Mucho más vertiginosa y afilada de lo que hubiéramos pensado.





Arista que cabalgar, en la que sentarse a horcajadas, con una pierna en cada vertiente…





La ventisca es soportable arriba, así que asegurando al primero, equipamos la arista





(José E. carboné con el Broad Peak y el K2 al fondo)


Van llegando los demás compañeros





Y así, contra todo pronóstico, habiendo afrontado muchos problemas, malas condiciones meteorológicas y siendo ya muy tarde, comenzamos a dar nuestros últimos pasos en nuestro ataque a la cima del GII.  Habíamos apostado muy alto, y asumido el compromiso bajo condiciones críticas. Pero somos alpinistas; para eso vamos a las montañas. Peleamos como leones, y el 31 de julio a las 5 de la tarde conseguimos al fin la cumbre del GII, a 8.035 m.







Es difícil expresar con palabras qué se siente al llegar a una gran cumbre como esta, y más aún al haberlo conseguido como lo hicimos. Estar a las 5 de la tarde en la cima de un ochomil supone para muchos un intento de suicidio, pues asumes un arriesgado y terrible descenso por la noche, pero nosotros no tuvimos más opción que renunciar a la cumbre, o pelear como verdaderos alpinistas.

Desde la cumbre, y bañados por la luz anaranjada del atardecer, surgían los demás ochomiles de esa zona del Karakorum (K2, Broad Peak, Gasherbrum I), con toda la vertiente pakistaní cubierta de nubes y China e India más despejado…











El K2…





China





Vamos llegando todos, cabalgando la arista





A esta cumbre afilada y pequeña que hemos deseado y peleado tanto y durante tantos días…





Es el reino de la hipoxia, del agotamiento, de la confusión y la felicidad…









El sol bajaba cada vez más, proyectando la sombra del GII sobre el mar de nubes que cubría el Karakorum, el mar al que en breve, deberíamos comenzar a bajar





La luna ya sube por el horizonte. Es hora de empezar el descenso; el verdadero ascenso





El descenso, tal y como estaba previsto, fue muy duro y frío, pues al poco tiempo de comenzar a bajar el sol se puso y la oscuridad comenzó a bañarlo todo. Rapelando la brecha hacia la cara sur, la noche era ya total. Sufrimos mucho hasta llegar al campo 4 (7.400 m) donde una tienda llena de nieve y destrozada había aguantado sin embargo el envite del viento. Hasta allí habíamos porteado durante el ascenso el día anterior una botella de gas y un hornillo pequeño. Tuvimos suerte de encontrar además un sobre de algo parecido al “tang” con lo que pudimos hacer algo de agua e hidratarnos. Era ya muy tarde, pasadas las doce de la noche, y decidimos permanecer allí apretujados y machacados a que amainara el viento que ya de madrugada empezó a soplar.

En cuanto hubo algo de luz y el viento lo permitió (a pesar de que seguía soplando), comenzamos el descenso de los rápeles por la zona de mixto que conduce al C3. Nos percatamos además como el C4 es una zona desolada por el viento, repleta de jirones de tiendas arrancadas por éste… La noche anterior no pudimos observar nada de esta zona.







(C3, C2 y C1 siguiendo la ruta arista abajo)


El descenso será terrible, cargando las mochilas con todo el material que tenemos en la montaña, haciendo un depósito en el campo 1 que perderemos más tarde por ser imposible una subida posterior debido al mal tiempo, y cruzando por maldita última vez un glaciar ya muy roto y traicionero, con grietas de pánico que hay que superar, saltar, cruzar…









Pero tras dos días de durísimo descenso, con principios de congelación en dedos de pies y manos pero sin ningún riesgo, y muy consumidos tanto física como mentalmente, llegamos al fin a la seguridad del campo base donde supimos que realmente habíamos escalado el GII. Tres días de mal tiempo y fuertes nevadas fue que cubrían nuestras tiendas fue la ira del GII sobre nosotros por haber alcanzado su cumbre, pero ya poco nos importaba. Tan sólo esperábamos que llegaran los porteadores y caballos para recogerlo todo y marchar al fin, a casa…







Aquel día, a pesar de que nos nevó mucho camino de Concordia, todo era extenuación y felicidad a partes iguales. Volvemos a casa con la cumbre del GII, y menudo GII hemos escaldo este año…



(Foto de Pepe Saldaña)


El paso del Gondogoro La está cerrado a porteadores por mal tiempo y riesgo de avalanchas, por lo que nos tocará recorrer de nuevo todo el glaciar Baltoro, y hacerlo además en 3 días porque no tenemos más tiempo hasta coger nuestro vuelo internacional. Serán días durísimos, en los que exprimir nuestras últimas energías











Pero volvemos a casa, sanos, enteros y amigos.

Es ahora, después de todo lo que allí pasó, después de descansar de toda aquella tormenta, cuando empiezas a valorar y darte cuenta de todo lo que allí ocurrió. Es el momento para compartirlo con los tuyos, para disfrutar de esta expedición al fin. Es el momento para ser feliz por lo acontecido, en mi caso, una enorme experiencia personal que me hará crecer por supuesto como alpinista pero también, como persona.

Desde aquí agradecer a todos mis compañeros de expedición los buenos momentos que hemos pasado juntos y en especial a Fernando, por haberme invitado a formar parte de este grupo. Un abrazo a todos, salaos. Nos veremos en otras montañas, seguro.

Otro abrazo enorme a todos los míos que sufren mis expediciones, mi entrenamiento, mi distancia. Ahora he comprendido que la preparación de grandes montañas puede arrebatarte algo más que tu tiempo.

Y por supuesto, un abrazo a todos los que leéis esto.
Hasta otra,

Miguel Navarrete.


http://www.nevasport.com/phorum/read.php?10,2848695
« Última modificación: Lunes 03 Septiembre 2012 15:54:32 pm por Punsuly »

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #1 en: Sábado 01 Septiembre 2012 18:01:55 pm »
Espectacular reportaje Miguel, sin palabras...  :o

 Una auténtica joya para la vista de quienes somos aficionados a la montaña y a la meteorología, dos conceptos que si ya son respetables por separado, ni que decir tiene cómo se deben tener en cuenta cuando se combinan, como bien se puede ver...
 
A más de uno se nos cae la baba leyendo ese reportaje, pocas veces se ve algo así. Eso es hacer una cima de verdad, ¡enhorabuena!.
 :aplause: :aplause: :aplause:


Un saludo.  ;)
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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #2 en: Sábado 01 Septiembre 2012 18:20:46 pm »
Buffff...brutal.
Uno de los mejores reportajes que he visto en mi vida... :aplause: :aplause: :aplause: Aparte de las imágenes, está bastante bien redactado.
Gracias.
« Última modificación: Sábado 01 Septiembre 2012 18:22:49 pm por febrero 1956 »
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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #3 en: Sábado 01 Septiembre 2012 18:37:44 pm »
Bueno,bueno,bueno..... que maravilla de reportaje, de altura de verdad.
Sólo queda decir que gracias por compartirlo con nosotros.
Astillero-Santander y  Casa rural Altas Crestas en el valle de Polaciones ( Cantabria ),a 800msnm en plena C. cantábrica. www.turismoaltascrestas.es

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #4 en: Sábado 01 Septiembre 2012 18:39:06 pm »
Sin palabros, que pasada de lugares, que cojonazos, que envidia!!!...

Muchas gracias por colgar esto aquí, impresionante y pedazo de fotazas!, solo imaginar lo que te tenía que costar quitarte y ponerte los guantes para sacar fotos para que luego nosotros las veamos no tiene precio.

Impresionate!  :aplause: :aplause: :aplause: :aplause:

Me quedo con especial estupefacción con la arista cimera, dios mío, que miedo tiene que dar eso y con un viento atroz  :cold: :cold: :cold: :cold:

Desconectado Parungo

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #5 en: Sábado 01 Septiembre 2012 18:48:06 pm »
Madremía.... sin palabras, increíble, vertiginoso, alucinante... pero QUÉ SE PUEDE DECIR, ante situaciones así y repor como este.

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #6 en: Sábado 01 Septiembre 2012 19:23:12 pm »
IN-CRE-I-BLE
Me quedo con la foto de la tienda con el pico al fondo en plena noche!!!
Que suerte tener la oportunidad de subir allí arriba  :cold:, uno de mis sueños de la infancia  :sonrisa:, no pienso morirme sin ir algún día a alguno de esos montes....
Renun­ciar a unas horas de fiesta, a unas décimas de nota, decir «¡no!» a una chica, a las sábanas que se te pegan en la cara. Ponerle huevos y salir bajo la lluvia hasta que te sangren las piernas debido a los gol­pes que te has dado al caer al suelo por el barro, y levantarte de nue­vo para seguir subiendo… hasta que tus piernas griten a pleno pul­món: «¡Basta!». Y te dejen colgado en medio de una tormenta en las cumbres más lejanas, hasta la muerte

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #7 en: Domingo 02 Septiembre 2012 01:44:36 am »
¡Impresionante reportaje!. Al igual que a burgati, esa arista cimera me ha dejado impactado. Hay que tenerlos bien puestos para subir hasta allí arriba...

Enhorabuena.  ;)
Aracena (Huelva). 732 msnm. TM: 14,5º. PrecpM:1.030mm.  / Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Parque Natural y Reserva de la Biosfera.

Por las onduladas colinas vaga el viento, sin más testigo que la encina, la jara y el firmamento.
Por tus blancos pueblos el susurro del tiempo, que pareciera anclado en un transcurrir pausado y lento.
Tierra de secanos; trigo, siega, era y pan.

Antequera - Centro geográfico de Andalucía (550 msnm)

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #8 en: Domingo 02 Septiembre 2012 09:16:35 am »
Sin palabras, este tipo de expediciones me dejan sin palabras. :-X

Este tipo de experiencias, las cuales están a alcance de muy pocos mortales (ya que es necesario reunir una serie de condiciones muy especiales), creo y entiendo que te marcan de por vida.

Muchísimas gracias por semejante deleite visual, y hacer que muchas mentes nuestras sueñen.
Ibi (Alicante) a 780msnm.
"No es más quién más alto llega, sino aquel que influido por la belleza que le envuelve y le rodea, más intensamente siente." MAURICE HERZOG.

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #9 en: Domingo 02 Septiembre 2012 12:49:24 pm »
Absolutamente IMPRESIONANTE,menudas imagenes,casi parece que esta uno alli,gracias por compartir este reportaje ;).

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #10 en: Domingo 02 Septiembre 2012 13:02:42 pm »
Mi felicitación mas sincera por semejante proeza. Grande, muy grande, aunque creo que no llego a concebir la verdadera dificultad que tiene. Y que barbaridad de fotos!! La mayoría muestran montañas que parece que solo puedan existir en fantasía. Enhorabuena.
En el Valle Amblés en Ávila, a 1075 m de altura

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Re:Gasherbrum II (8.035 m). Cuando un ochomil no quiere ser escalado.
« Respuesta #11 en: Domingo 02 Septiembre 2012 13:49:09 pm »
Impresionante expedición. Me ha encantado este reportaje; es un auténtico disfrute ver esa preciosidad de imágenes.

Como a otros, me ha impactado la arista final y tantos pasos por el glacial con esas terribles grietas... uf...  :cold:

Felicidades y muchísimas gracias por compartirlo  :-*

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Madrid.