Lo mismo de antes pero bien expresado
La naturaleza caótica de la dinámica atmosférica hace inevitable que exista incertidumbre en su predicción. A pesar de ello, un adecuado control de calidad, permite su cuantificación e inclusión en la propia predicción, por ejemplo: "mañana lunes, la probabilidad de precipitación en Pedraza (Segovia) es del 90%". Esta cuantificación de la incertidumbre implica necesariamente una expresión PROBABILÍSTICA de la predicción. Además, la probabilidad expresada en la predicción, debe coincidir con la probabilidad real de ocurrencia del fenómeno meteorológico en cuestión, esto es, las probabilidades predichas deben ser fiables.
Un paso adicional en el incremento de valor añadido se consigue introduciendo información cuantitativa en la predicción: "Mañana lunes, en Pedraza (Segovia), la probabilidad de precipitación superior a 10 l/m2, es del 90%".
La especificidad local y la expresión cuantitativa, junto con el conocimiento de la incertidumbre (probabilidades fiables) asociada a la predicción meteorológica, hace posible introducir dicha predicción en el proceso de toma de decisiones de cualquier usuario, de forma consistente, permitiéndole conocer en cualquier momento, el riesgo que asume en su gestión, y el beneficio esperable de la misma. Además, la especificidad local y la expresión cuantitativa de las predicciones posibilitan un proceso de verificación y contraste de calidad claro. Las predicciones se pueden contrastar con observaciones de una estación meteorológica representativa de la localidad. Esto se traduce en la posibilidad de garantizar unos niveles de calidad en las predicciones suministradas al usuario.