La tarea fundamental de un ministro es hablar poco y ser muy preciso y cauto cuando lo hace, tonterías como ésta, pueden causar pérdidas millonarias. A los que no vivimos del campo no nos importa tanto, incluso nos cachondeamos, pero amargar a la gente que come del mismo, sin ningún fundamento es de auténtica vergüenza. Me imagino que en la próxima remodelación del gabinete la cambien.