El europeo se ha plegado de nuevo al americano ya que la baja está en Portugal, no en el océano.
Con respecto a la próxima baja atlántica también se ha ceñido bastante al americano al ubicar la baja más cerca de la península.
La cuestión, sobre la segunda baja atlántica, es su recorrido, que viene desde Norteamérica hacia Galicia empujada por un chorro descendente, que se frena a unos 300 o 400 Km de las costas gallegas para retroceder y a continuación describir una doble curva levógira hacia el Golfo de Cádiz. Qué fuerzas influyen en esa errática trayectoria no sabemos, pero tienen pinta de no ser adyacentes sino propias al pasar a formar parte de la cara sur de la dorsal de Azores, que para entonces se ha estirado mucho hacia las Británicas vía Escandinavia. Esa cara sur de la dorsal norte carece de fuerzas externas y permite a la baja independizarse y moverse por sí misma dependiendo unicamente de los cambios que ella misma produce en esa compleja mecánica de fluidos.
Rara trayectoria modelizada hoy por el europeo.
Luego será lo que sea, pero podemos ver cómo la cara sur de las dorsales de media latitud tienen una fuerza retrógrada que muchas veces se acerca a 0, cuando sus isobaras no están muy juntas, o están de paso, dejando a la baja que pulule a sus anchas. De ahí que sea tan difícil de modelizar.
Anomalías de temperaturas de la superficie oceánica en el Atlántico norte.
Tren húmedo de bastante longitud en el Golfo de León y Gerona provincia.
A largo plazo los dos modelos ven una dorsal terranovense más estirada aún de forma vertical, unida a las no tan altas groenlandesas. Esto nos dejaría en un enorme hueco de presiones con lo que diciembre podría comenzar bastante bien regado.