A raiz de los grandes datos que están dando poblaciones como Cantalojas me ha venido una cuestión a la cabeza que agradecería si alguno de vosotros tuviera algún dato o explicación adicional.
Llevo observando durante años que fuera de sitios como hoyas, dolinas o poljes muy acusados, cuando hablamos en zonas de valle o planicie y aun siendo condiciones optimas con nevadas recientes de 10 o 20 cm, el llegar a 20 bajo cero cuesta y durante la madrugada aun siendo serena la curva tiende a aplanarse teniéndose que “luchar” décima a décima.
Esto ocurre con nieve recién caída, noches más o menos propicias, incluso en parajes de altura y con isos a 850 cercanas a cero o incluso negativas.
Ahora me voy al episodio del 17 de diciembre de 1963, de los -30 en Calamocha (para ser más rigurosos en Fuentes Claras) cuyos habitantes siempre han reclamado que se debería mencionar este pueblo por estar aquella estación en ese momento en su término.
Pero a lo que vamos, parece que en aquel episodio cayó una buena nevada sobre el valle del Jiloca, pero lo que me llama la atención al observar los reanálisis del wetterzentrale (y aun a sabiendas que esos reanálisis pueden tener una precisión relativa) que a las 6h del 17 de diciembre la iso a 850 hp estaba aproximadamente en -1 o a lo más -2ºC.
En cambio las temperaturas máxima y mínima de ese día en aquel observatorio, situado en el radiofaro fueron de -11º de máxima y -30º de mínima.
Que si la mínima es de escándalo la máxima no es menos llamativa en una situación no correspondiente a una advección siberiana rigurosa ni mucho menos.
La pregunta viene a ser, hay algún factor adicional que pueda ayudar a mantener una pérdida por irradiación tan bestia como para que la temperatura caiga a semejantes niveles. Sobre todo por lo dicho al principio, tenemos ahora gracias a muchos aficionados una maravillosa red de estaciones y registradores situados en sitios especialmente propicios y vemos lo difícil que es en cualquier situación llegar a temperaturas como -25.