Los expertos no ven indicios de erupción volcánica en Canarias
Los especialistas controlan cada vez mejor sus elementos precursores, pero estos aparecen sólo con unas semanas de antelación
ANTONIO CERRILLO | Barcelona | 26/04/2010 | Actualizada a las 00:17h | Ciudadanos
Las erupciones de los volcanes siguen siendo impredecibles. Los especialistas controlan cada vez mejor sus elementos precursores (temblores, abombamiento del terreno…), pero estos aparecen sólo con unas semanas de antelación y, en cualquier caso, no permiten señalar cuándo se producirá el suceso.
La Palma o El Hierro, con más probabilidades
Las islas más occidentales de Canarias son las que tienen más probabilidades de entrar en erupción, explica José Francisco Pérez Torrado. "Lanzarote, en la parte oriental, es la isla más vieja. Tiene probabilidades de tener una nueva erupción, pero en un menor grado que LA Palma o El Hierro, que son las más jóvenes", opina. La razón es la peculiar formación geológica de las islas. Las Canarias se forman como consecuencia de una actividad volcánica producida por columnas de magma del interior de la Tierra que impulsan una energía tan brutal que rompe la corteza (continental u oceánica). Pero en este caso, la irrupción de magma se da en una zona donde se están separando las placas americana y africana, lo que provoca que esta última se mueva hacia el este, con lo cual el chorro de magma atraviesa la corteza oceánica y emerge en una zona que cada vez está situada más hacia occidente.
"Desgraciadamente, no podemos predecir el día o la hora en que se producirá la erupción de un volcán, de la misma manera que el meteorólogo no puede decir qué tiempo hará un día concreto del próximo año", dice José Francisco Pérez Torrado, vulcanólogo de la Universidad de Las Palmas. "A lo que aspiramos es a detectarlos tempranamente".
Pérez Torrado explica a sus alumnos una metáfora muy clara. Es como si una mujer acudiera al ginecólogo y le preguntara cuándo va tener un hijo, a lo que el médico contesta: "¡Antes tendrá que estar embarazada!". Es decir, primero deberán detectarse las pruebas del "embarazo del terreno", lo cual, en este caso, significa conocer la actividad sísmica, la hinchazón del terreno (prueba de la subida del magma) o si hay más emisiones de gases de lo normal, entre otros indicadores.
Por eso, el trabajo de estos especialistas es controlar o detectar los elementos precursores de la erupción. Los temblores de terreno son medidos con sismógrafos, mientras que la hinchazón del terreno se puede controlar con sistemas de GPS, explica José Luis Fernández Turiel, investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
No obstante, los avances en la vulcanología son evidentes. Los especialistas reconstruyen las características geológicas de las zonas que entraron en erupción; analizan los sustratos de cenizas o lavas, y pueden datar el carbón vegetal procedente del bosque que fue arrastrado por la lava. Y con este sofisticado retrovisor de la historia geológica pueden saber la frecuencia con la que se han dado las erupciones, la intensidad que han tenido y su potencial peligrosidad. "Pero no podemos decir cuándo será el siguiente episodio", precisa Fernández Turiel.
Con la información recogida, a lo más que se puede aspirar es a "decir que es probable que esté en camino una erupción", señala José Francisco Pérez Torrado. Estos elementos precursores pueden darse sólo con una semana o dos de antelación, o con un mes o dos meses de anticipación. En el caso del volcán islandés Eyjafjalla, el abombamiento del terreno se seguía muy estrechamente desde febrero, mientras que la erupción empezó el 20 de marzo en uno de sus flancos, aunque el gran episodio se dio entre el 14 y el 19 de abril.
La erupción del volcán islandés no ha sido demasiado explosiva y se considera de baja intensidad (en el nivel 3 de una escala de
, en línea con lo que es esperable de un volcán que (aunque tiene características especiales) surge en un límite de placas tectónicas que se separan (en este caso, en la dorsal atlántica, la fractura entre la placa de Eurasia y la de América), pese a sus efectos tan impactantes sobre el tráfico aéreo europeo.
En cambio, los volcanes que sí han sido históricamente catastróficos son los del cinturón de fuego del Pacífico (como el Krakatoa, cerca de Java, en 1993, o el Pinatubo, en Filipinas, en 1991). Este tipo de volcanes explosivos son característicos de toda la costa del Pacífico (incluidos los Andes), y se producen porque la placa oceánica se mete por debajo de la placa continental (subducción), lo que provoca una fricción del terreno que hace que, a determinadas profundidades, los materiales se fundan hasta que el magma emerge por la boca del volcán. "Los volcanes del cinturón de fuego son más explosivos que los de la dorsal atlántica, pues tienen una composición química que los hace más viscosos y más ricos en agua", señala Domingo Gimeno, profesor de la facultad de Geología de la UB. En este tipo de volcanes, el líquido es más espeso, compacto y viscoso que en los de la dorsal atlántica, debido a su diferente composición química. El magma, "como una espesa sopa de champiñones", tarda más en salir, y se va acumulando, hasta que, al final, aparece de forma violenta y explosiva, explica Gimeno.
"El volcán de Islandia no debería haber sido explosivo, pero al tener un casquete glaciar permanente encima, el magma interactúa con el hielo, que se transforma inmediatamente en vapor y se genera una enorme presión de gases", dice José Francisco Pérez Torrado. "Si la erupción se hubiera producido fuera del glaciar, incluso con el mismo magma, volumen y punto de salida, su impacto habría sido muy pequeño; sólo habría sido una curiosidad de turistas, pero no habría tenido la incidencia que ha tenido sobre el transporte aéreo en toda Europa", corrobora Domingo Gimeno.
Un tercer tipo de volcanes surge por la presencia de un gran foco térmico y la irrupción de magma desde las profundidades del interior de la Tierra. Así, surgieron las islas Canarias o el archipiélago de las islas Hawái. De hecho, en Islandia se da una situación atípica, pues el gran foco térmico y el magma del interior de la tierra está alimentando el sistema de los volcanes de la dorsal atlántica, coinciden los expertos consultados.
Dado que las Canarias se formaron por la actividad volcánica, la pregunta es obvia: ¿hay actividad volcánica actualmente en Canarias?, ¿existe riesgo de una erupción? Los expertos recuerdan que estas surgen por la actividad volcánica, con lo cual la probabilidad de que se dé una erupción existe, aunque sea pequeña. "Ahora, bien, no hay ni un solo síntoma que indique que tenemos una erupción en camino", dice José Francisco Pérez Torrado. Hoy en día se conoce muy bien la geología de las islas. Las más viejas, en la parte más oriental, tienen unos 20 millones de años, mientras que las más jóvenes son las más occidentales: El Hierro tiene 1.2 millones de años.
http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20100426/53915283195/los-expertos-no-ven-indicios-de-erupcion-volcanica-en-canarias-islandia-pacifico-universidad-las-pal.html