Esos terrales se dan, en efecto, cuando hay una situación generalizada de estabilidad en toda la Península y su entorno, de origen claramente dinámico pues las altas presiones se observan también en altura, asociadas a temperaturas relativamente altas. Lo que pasa es que en el interior ibérico la continentalidad hace que se enfríe y densifique la capa de aire superficial, que fluye entonces hacia cotas más bajas (las características brisillas del NE que tenemos en la cuenca del Tajo o los terrales que salen al mar por la boca de los ríos Ter, Ebro, Júcar, etc. ). Sin embargo, no sé yo si esos terrales se observarán tan nítidamente en las costas cantábrica y de Alborán, estando la Cª. Cantábrica y el S. Penibético de por medio.
Con todo, he leído en varias publicaciones que la Península no tiene entidad por sí misma como para generar anticiclones térmicos, capacidad que sí tienen las grandes masas continentales de Eurasia, Norteamérica, Groenlandia o la Antártida. Lo que ocurre es que las altas presiones dinámicas (azoriano p. e. ) o móviles (cuñas de altas presiones en el aire frío que hay entre depresión y depresión) se refuerzan en el interior ibérico por efecto de la irradiación, pudiendo surgir esos terrales que no sé si serán más mesoescalares que vientos con reflejo sinóptico. En cambio, la Península sí tiene entidad suficiente como para generar bajas térmicas y "monzón" en verano por sí misma.