El pino carrasco aguanta mínimas de -20 ºC y menos sin problemas. Un pino adulto y sano sufrirá daños si la exposición es prolongada, pero no la muerte. La causa de que no haya pino carrasco donde hay silvestre, por ejemplo, no es cuestión de temperaturas, sino de precipitaciones, humedad, insolación, nevadas, etc... El pino carrasco es una especie adaptada a pluviometrías escasas e irregulares (de hecho, en Requena-Utiel, a igualdad de altitud, podemos encontrarnos pino carrasco o rodeno, dependiendo de la pluviometría de la zona, ya que el pino carrasco aguanta fatal el exceso de agua); a las altas temperaturas estivales, y los incendios. Debido a esto último la presencia del pino carrasco ha aumentado de manera natural en los bosques valencianos en las últimas décadas, porque las encinas han degradado a coscojar, y las sabinas y enebros, con su lentísimo crecimiento, no han podido recuperar su espacio tras 3 décadas de reiterados incendios. También la roturación ha tenido mucho que ver, el pino carrasco crece más rápido y se ha hecho dueño de terrenos que fueron roturados para cultivo y ahora están abandonados.
En el Valle del Cabriel, al sur de Requena, y a alturas por debajo de los 400 msnm, y en zonas que apenas han sufrido la acción del hombre, ni incendios (toquemos madera), se encuentran bosques de sabina albar, robles y enebros centenarios, encinares, cipreses, y por supuesto pinos carrascos monumentales. De hecho en terrenos que llevan ya muchos años abandonados y sin roturar, van apareciendo sabinas... Si pasaran dos o tres siglos sin que ese bosque se tocara, habrían sabinares centenarios, encinares y robledales, muy extendidos, junto a pinares.
Que sequen pinos centenarios y al lado hayan pinos más jóvenes verdes no es tan extraño, porque esos pinos más jóvenes igual han nacido en mejor suelo y no acusan tanto la sequía, y el pino centenario sí, el cual a pesar de estar en peor suelo, al haber vivido tanto tiempo y con condiciones pluviométricas mucho mejores, ha alcanzado un buen porte y grosor.