El problema Dani es que entramos ya en ese período del año llamado verano donde las previsiones de calor y tiempo seco y estable nunca fallan, y se esfuma como un azucarillo la posibilidad de que aparezca una nueva situación de lluvias generales como la de marzo. Si estuviéramos en septiembre podríamos esperar un otoño lluvioso o seco, pero en estas fechas lo más normal es que empiece a hacer calor y tiempo seco, y si hay precipitaciones es debido a tormentas, que ya sabemos lo irregulares que son, y lo poco que se aprovecha esa precipitación.
Los agricultores de Requena-Utiel dan ya por perdido el cereal, pues empieza a agostarse y apenas tiene porte. La sed del suelo es bestial, y demos gracias a que llovió en marzo bastante, si no las vides, almendros y olivos estarían entre la vida y la muerte. Pero con la sequía que se arrastra, para revertir la situación y volver al ecosistema hídrico normal de esta zona deberían caer entre 800 y 1000 mm en un solo año.