No puedo enlazar la noticia, por lo que la pego:
La población de lobos en Andalucía, aún en serio peligro, frena su declive.
14/10/2007 Informativos CanalSur
La población de lobos (Canis lupus signatus) en Andalucía, aún en serio peligro de extinción, "frena su declive", iniciado a mediados del siglo pasado, y se estabiliza en unos 50 ejemplares, compuestos por entre seis y nueve núcleos familiares diversificados en el Parque Natural de Sierra de Despeñaperros (Jaén), Parque Natural Sierra de Andujar (Jaén), el Parque de Sierra Cardeña y Montoro (Córdoba) y el Parque Natural de Hornachuelo (Córdoba).
El jefe del servicio de Conservación de la Fauna y Flora de la Consejería de Medio Ambiente, Fernando Ortega, explicó que la Administració n destina desde 2003 unos 300.000 euros cada dos años al programa de actuaciones para su conservación, el cual realiza un seguimiento de la especie, asesora y conciencia a las escasas personas que están en contacto con esta especie, al tiempo que evita y minimiza los perjuicios que la especie produce sobre la ganadería.
Asimismo, apuntó que el departamento del ramo confía en que en unos diez o 15 años la especie deje de estar en peligro de extinción y se sitúe en una población media de unos 200 ó 300 ejemplares, una cifra con la que se garantizaría la permanencia de la especie en la Comunidad a largo plazo. No obstante, añadió que el crecimiento debe realizarse de "manera progresiva", ya que si se produjese una "explosión de lobos", como ocurrió en el norte de España, "ello acarrearía graves problemas sociales".
Ortega apuntó que las zonas andaluzas donde está presente el lobo suelen ser propiedades privadas dedicadas "casi exclusivamente" al aprovechamiento cinegético, con ausencia de redes de carreteras y un aumento del número de puntos de agua, lo que, según dijo, ha favorecido la creación de un territorio "propicio y óptimo" para el lobo en Sierra Morena.
Por otro lado, destacó que la Consejería de Medio Ambiente está en "permanente" contacto con los ganaderos o propietarios en general "al ser los que más sufren la presencia de esta especie". Así, para frenar los ataques al ganado, el departamento del ramo está instalando rediles, pastores eléctricos, barbacanas y repelentes luminosos que les ahuyenten. Además, desde que en 1986 la Junta lo declarase "especie estrictamente protegida", indemniza los daños producidos sobre la ganadería doméstica.
Últimos estudios
Ultimamente, la Consejería está trabajando en distintos estudios que van desde la detección de la presencia del lobo hasta el conocimiento de los problemas de conservación y mortalidad. Así, entre los estudios realizados recientemente en Sierra Morena destacan los de distribución, estima poblacional, alimentación, depredación sobre grandes ungulados, técnicas de caza, análisis genéticos, influencia de los vallados y características del hábitat, entre otras cuestiones.
Respecto a las causas de mortalidad de esta especie, el departamento del ramo baraja varias hipótesis, aunque ninguna de ellas confirmada. Entre ellas, se encuentran las enfermedades de cánidos, las enfermedades indirectas y la persecución del hombre, ya sea activa o casual. Por ello, uno de los objetivos del programa de conservación es averiguar y atajar los problemas presentes y futuros, si los hubiese.
Por otro lado, existe una colaboración estrecha con la comunidad de Castilla-La Mancha, con la que Andalucía comparte la población de lobos, así como también con otras regiones que también están inmersas en la estrategia nacional de conservación del lobo que se ha marcado como primer objetivo que la población del lobo de Sierra Morena alcance los 15 núcleos familiares y como segundo que se conecte este grupo poblacional con el resto de poblaciones de lobo en la Península Ibérica para asegurar su conservación a largo plazo.
El lobo en la Península Ibérica presenta dos poblaciones bien diferenciadas. Por un lado, la del norte, que ocupa el centro y noroeste peninsular con varios miles de ejemplares, y por otro lado, la población del sur ibérico con unas decenas de individuos. Así, mientras la primera disfruta de un buen estado de conservación, --estando autorizada su caza en algunas zonas--, la del sur, catalogada en peligro de extinción, habita en las zonas más tranquilas y salvajes de Sierra Morena, donde comparte hábitat con linces ibéricos, águilas imperiales, águilas perdiceras, buitres negros o cigüeñas negras, entre otras especies.