Por fin tras una cálida y seca primavera, el 40 de Mayo nos da precipitaciones nivosas por los tres miles. A ver si se pudieran repetir estos episodios frescos, y así no ser un año desastroso para los glaciares pirenaicos...
La nieve en verano aun ser mejor que la lluvia tampoco es buena para los glaciares tan justitos de temperatura como los del Pirineo, ya que la nieve se derrite enseguida i se comporta como si fuera lluvia. Lo mejor para ellos un clima muy soleado y seco (como mucho nubes altas), cuanto menos precipitación mejor i fresco. Seguramente condiciones que se daban siglos atrás.
http://www.magrama.gob.es/es/agua/temas/evaluacion-de-los-recursos-hidricos/informe_balance_maladeta_2011_tcm7-193119.pdf" Estos hallazgos nos llevaron a analizar con detalle los datos
meteorológicos (cuando existían), encontrando que la ablación no tenía una relación con
la termometría tan clara como “a Priori” pudiera parecer, es decir, con temperaturas
medias mensuales muy similares encontrábamos ablaciones muy diferentes. Ello nos
llevó a pensar en el factor precipitación como determinante de la ablación. En efecto, este
análisis demostró que, con independencia de las temperaturas, se daban mayores ablaciones cuando el verano resultaba seco y, más aún, a igualdad de cantidad de precipitación, se encontraban diferencias notables dependiendo del mayor o menor número de días exentos de precipitación.
Los episodios esporádicos de pequeñas nevadas resultan normales en las áreas glaciares a lo largo del periodo estival y, aunque su importancia desde el punto de vista de la ganancia de masa es mínima, la nieve nueva, por su elevada capacidad de reflexión y su baja conductividad térmica aísla el glaciar, retardando los procesos de ablación. Este fenómeno es aún más significativo cuando afecta directamente al hielo descubierto, dado
su menor albedo."