En el nivel de 300 es fascinante ver el efecto embudo al que se ve sometido el jet,
comprimido entre la enorme ola planetaria tropical con su sentido W-E y la familia de Bs polares que siguiendo el movimiento coriolano empujan todavía más la fuerza del chorro.
Con esa enorme velocidad, la inestabilidad estaba cantada; bastaba un pequeño bucle en su
cara norte para que se originase algo parecido a lo que tenemos encima.
En la foto de la Dundee se aprecia cómo el débil empuje del aire cálido que alimenta la B
islandesa, es capaz de provocar el bucle del jet como respuesta, originando la ciclogénesis actual.
Y que conste que el ciclón que arrasará la cornisa cantábrica y las costas gallegas, no hace otra cosa que reestablecer cierto equilibrio en la desaforada carrera del viento en la alta atmósfera