Cometa 17/P Holmes podrá ser visto hasta marzo de 2008
A simple vista, pero mucho mejor con binoculares y mirando hacia el norte después de las 9 de la noche, podremos apreciarlo siempre y cuando las condiciones del cielo lo permitan.
De cuando en cuando el cielo nos sorprende con la aparición de un cometa. Maravilloso astro que despliega su frondosa cabellera en los predios del Sistema Solar cercano al Sol y por este motivo es generalmente apreciable desde la Tierra.
Regularmente, hay decenas y hasta cientos de pequeños cometas deambulando por las cercanías del Sistema Solar interno, la mayoría de ellos son poco o no visibles para nosotros debido a su bajo brillo y sólo pueden ser observados con telescopios. Sin embargo, de vez en cuando se acercan grandes cometas que generan vistosas colas de gas y polvo, constituyéndose así en la delicia para los astrónomos y el público en general que los sigue con interés y curiosidad.
El pasado 24 de octubre el cometa 17/P Holmes, un viejo conocido de los astrónomos, que visita la Tierra cada 7,35 años, aumentó su brillo asombrosamente en más de 60.000 veces el habitual para este cuerpo celeste, pasó de magnitud 14.5 (extremadamente débil) a magnitud 2.6 ( fue visible con facilidad a simple vista) a finales de octubre.
Este cometa fue descubierto el 6 de noviembre de 1892 por Edwin Holmes en Inglaterra, cuando estaba observando la cercana galaxia de Andrómeda y por accidente vio una motita gaseosa muy parecida a dicha galaxia, pero en diferente posición. En aquella oportunidad también había sufrido un incremento explosivo de brillo, que lo hizo fácilmente visible, según información suministrada por la Coordinación de Programas Educativos de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía "Francisco J. Duarte" CIDA.
Cometa brillante:
En la madrugada del 24 de octubre de 2007, el español Juan Hernández reportó que el cometa estaba mucho más brillante que de costumbre, cosa que fue inmediatamente confirmada por múltiples astrónomos y aficionados en el ámbito mundial. Se trataba de un nuevo estallido de sus gases sobrecalentados y sublimados por la cercanía al sol, como el ocurrido hace 115 años.
Se cree que algunos cometas y asteroides podrían tener estructuras porosas semejantes al queso suizo o a un panal de abejas. Suponga que una de estas cavidades colapsa súbitamente, dejaría expuestas a la luz de Sol varios kilómetros cuadrados de nieves prístinas que jamás fueron expuestas desde la creación del objeto. Se produciría la sublimación furiosa de estas nieves generando mega-chorros de gas polvoriento de la cavidad, creando una nube alrededor del cometa tal como lo vemos.
Sería así la segunda cavidad del cometa que vemos colapsar, una en 1892 y otra en el 2007. El núcleo del cometa es muy pequeño, de apenas unos 4 kilómetros de extensión, y lo que vemos son las nubes de gases producto de la sublimación de las nieves cometarias y el polvo expulsado junto a ellas que reflejan la luz del sol.
El cometa actualmente es visible a simple vista y mucho mejor con binoculares en la constelación de Perseo, mirando después de las 9 pm hacia el horizonte noreste a una altura de aproximadamente 35 grados sobre el horizonte, muy cerca de la estrella Mirfak (Alfa Persei). Se ve como una estrella vaporosa, con binoculares se define su estructura gaseosa, la cual según se ha determinado, está creciendo rápidamente y actualmente ya tiene un tamaño aparente como 1/3 del diámetro lunar pero se estima que en unas semanas alcance, si sigue creciendo a este ritmo, un diámetro aparente del doble de la luna pero mucho más tenue y vaporoso, casi translúcido.
Su tamaño físico real que ocupa la nube de gas y polvo ha venido creciendo a un ritmo también acelerado, alcanzando a comienzos de noviembre un tamaño de casi medio millón de kilómetros, casi tres veces el diámetro del planeta Júpiter, el gigante del Sistema Solar. Actualmente, 17P/Holmes es el objeto más grande del Sistema Solar, ya que ha superado en volumen al propio Sol. A pesar del volumen que ocupan los restos del cometa en el espacio, el Sol continúa siendo el objeto más masivo y brillante del Sistema Solar, pues la masa del cometa Holmes apenas alcanza a la de un asteroide pequeño.