Antes de nada, tienes parte de razón. Pero tengo que decir cuatro cosas.
La encina no deja de ser un tipo de roble (Quercus).
Tiene una plasticidad ecológica increíble, es perfectamente capaz de competir/mezclarse con otras especies de Quercus y aguantar calores y fríos, lluvias y sequía, etc.
Además, la encina atlántica es Quercus ilex var. ilex mientras que la del interior es var. rotundifolia. La primera aguanta bien suelos más ácidos y grandes periodos de lluvia sin pillar hongos.
En cuanto a suelos es verdad que son calcáreos los del cantábrico pero especies como el haya no tienen problema en conquistarlos porque es indiferente edáfica. Así que la teoría del suelo pierde un poco de peso (básicamente porque debería haber hayas en algunos lugares de encinar bien drenados), yo diría que se debe mucho más a la acción humana.
Principalmente lo que tiene que ver con degradación de los bosques y ganancia de pastos.
Vamos, que lo que quiero decir es que con el mundo que tenemos hoy en día, cualquiera se fía de cómo debería ser el paisaje de tal o cual zona con respecto a su clima...