"Victoria pírrica" contra el Fracking en la Provincia de León.
León se queda fuera de mapa del ‘fracking’ tras renunciar Trofagás a la investigaciónEl debate está en plena ebullición. Las administraciones públicas, desde la Comisión Europea a la Junta o algunos ayuntamientos, apuestan por valorar el potencial antes de tomar una decisión. Mientras, muchos colectivos y partidos se movilizan cada vez más activamente en contra de cualquier intento siquiera de investigación. Pero el gas no convencional es una realidad en el escenario energético mundial en este momento. Para muchos, una alternativa de competitividad en un mercado de la energía que en países como España se estrecha y se encarece. Para otros tantos, una nueva agresión medioambiental cuyas consecuencias para el entorno y la salud plantean más dudas de las razonables para una cuestión económica. La fractura hidráulica o ‘fracking’, el sistema con el que se explota, no admite la indiferencia.
La provincia de León está (con cierto letargo, tanto social como económico) en el centro del debate. Desde sus cuencas mineras al norte a las tierras de la zona suroeste provincial, los estudios señalan reservas de gas pizarra (llamado también gas de esquisto o shale gas) que se anuncia como el petróleo de las próximas décadas. El nuevo oro, esta vez gaseoso.
Renuncia
Sin embargo, en la práctica la provincia se queda fuera del mapa del nuevo maná (o de la nueva agresión, según cómo quiera verse) energético antes siquiera de valorar sus posibilidades. Trofagás Hidrocarburos, la filial española de una de las principales multinacionales de explotación de la nueva fórmula energética, solicitó en su día cuatro permisos de investigación a la Junta de Castilla y León para realizar pruebas y sondeos en la zona sur este de la provincia, fundamentalmente.
La multinacional acaba de renunciar a los cuatro,
y centra ahora sus esfuerzos financieros e investigadores en los prometedores yacimientos de Burgos. Tras una primera fase de solicitudes masivas para intentar acaparar zonas de posible explotación, las nuevas exigencias administrativas y la oposición social, junto con las elevadas inversiones necesarias incluso para llevar a cabo las investigaciones iniciales, han desanimado a los empresarios del sector.
En total los cuatro proyectos (denominados León, y numerados del 1 al 4; y que ocupaban también términos de Valladolid y Zamora) abarcaban una superficie de 382.000 hectáreas. La multinacional había solicitado 15 de los 30 permisos de investigación de hidrocarburos con fractura hidráulica de la Comunidad. Los cuatro de León están cancelados y en otros seis han desistido.
Otras investigaciones sobre el potencial del gas en el subsuelo, que no utilizan la misma técnica del ‘fracking’, y se centran en el metano de las vetas de carbón, han quedado en el olvido o tienen su futuro en el aire por la situación de las empresas mineras.
En ambos casos han tenido tanto que ver las dificultades económicas de las empresas como la contestación social que estas intervenciones generan.
Trofagás Hidrocarburos es la filial española de la multinacional BNK Petroleum, empresa con sede en Canadá especializada en la extracción de gas pizarra mediante fractura hidráulica, que explota los pozos de gas y petróleo de la zona de Woodford Shale, en Oklahoma (Estados Unidos). En España mantiene las solicitudes de investigación presentadas en Burgos, Álava y Cantabria, aunque ha renunciado a otras, como las cuatro que había requerido a la Junta de Castilla y León y que abarcaban territorio fundamentalmente de la provincia.
BNK se define como «una compañía internacional de energía dedicada a la adquisición, exploración y producción de grandes reservas de gas y petróleo», y actualmente tiene su «enfoque estratégico» en Europa, donde cuenta con 17 concesiones repartidas por los países con más potencial en este tipo de energía, que son Polonia, Alemania y España.
BNK señala que analiza en el continente nuevos proyectos como «empresa pionera en búsqueda de oportunidades para explorar gas pizarra en Europa». En la Comunidad mantiene sus proyectos en la zona de Burgos.
El proyecto de captura de metano en veta de carbón de Sabero debe definirse en un añoLa provincia de León contó, además de los proyectos de extracción de gas con fractura hidráulica, con otras dos iniciativas encaminadas a recuperar el metano en las vetas de carbón. Concretamente en las zonas de Matallana de Torío y en las antiguas minas de Sabero.
Esta técnica de extracción de gas para su uso energético no utiliza estrictamente los mecanismos de la fractura hidráulica, que se produce a gran profundidad (a partir de 2.000 metros bajo el nivel del suelo, incluso hasta 5.000 metros); sino que trabaja a capas más cercanas a la superficie. Se trata, según fuentes consultadas, de un sondeo vertical que atraviesa las vetas de carbón y libera el gas (un sistema no muy distinto al de la minería tradicional).
Los proyectos
En el caso del proyecto de Matallana, la empresa promotora, Heritage Petroleum, anunció hace ahora un año que abanconaba el proyecto, después de esperar durante ocho años el permiso de la Junta para llevar a cabo los sondeos de investigación. El proyecto pretendía extraer el grisú en casi 13.000 hectáreas repartidas también por los municipios de Pola de Gordón, Villamanín, Cármenes, Vegacervera y La Robla. También abandonó una iniciativa similar en la zona de Guardo.
De momento sí mantiene su proyecto la empresa CBM Recursos Energéticos, cuyo mayor accionista es la Hullera Vasco Leonesa, junto con Vancast Exploración y el Ente Regional de la Energía. La sociedad se creó en el 2004 con el objetivo de estudiar, explotar y aprovechar el metano contenido en las capas de carbón de las concesiones mineras del yacimiento hullero de la cuenca de Sabero.
Este proyecto pretendía utilizar el gas, en el caso de que el resultado de la investigación fuera positivo, en motores o turbinas o bien incorporarlo a la red de gasoductos.
Sin embargo, la investigación se encuentra en este momento «bastante paralizada». El permiso concedido para este proyecto de investigación incluye el compromiso de un sondeo que debe realizarse el año que viene, durante el 2014. Sin embargo, el elevado coste de este trabajo y la situación por la que atraviesa la compañía minera ponen en duda la viabilidad final de la iniciativa.
De no llevarse a cabo este sondeo, y por tanto las conclusiones del proyecto en el plazo previsto, cabe la posibilidad de que la Administración cancele el permiso a la empresa para llevar a cabo las prospecciones.