Una gran mancha ha emergido rápidamente sobre la superficie del sol. Lo lógico sería que la actividad solar vaya más, dado que el máximo solar del ciclo 24 está previsto para 2011, teniendo en cuenta los ciclos solares matemáticos de 11 años, y parece ser que así sigue ocurriendo.
Lo inusual del cambio de ciclo ha sido el largo mínimo sin manchas, mientras lo normal de un minimo solar típico serían unos 485 días, hemos tenido desde 2004 un total 776 días sin manchas, con el sol prácticamente ausente de actividad durante los años 2008 y 2009, años en los que el ciclo solar ya debería haber arrancado.
De hecho, algunos dudaban si realmente nos encontrabamos en el ciclo 23 ó 24, o si verdaderamente el sol iba a entrar en un largo periodo sin manchas como el de la época de Edward Maunder. Sin embargo, aún en esa época pudieron datarse ciclos de 11 años, perfectamente reconocibles aunque con mucho menor número de manchas, también desconocemos si con los métodos de observación de aquella época pudieron contabilizarse algunas de las manchas que hoy en día podemos observar.
La aparición de manchas solares en latitudes más bajas son propias de un ciclo solar avanzado, ya que en un comienzo de ciclo, éstas aparecen más próximas al polo, y a medida que el ciclo avanza camino del máximo, las manchas aparecen en latitudes más cercanas al ecuador. De hecho, la polaridad de las nuevas manchas indican los comienzos de un nuevo ciclo solar.
Por lo tanto, parece ser que el sol sigue su ciclo y así lo ha venido haciendo, pero éste se ha venido desarrollando con menor número de manchas de lo que es habitual. La forma en la que están apareciendo las manchas me hace pensar que ahora nos encontremos camino del máximo solar, y que siguiendo su ciclo, en unos años vuelva de nuevo al mínimo allá por 2016. Hay multitud de artículos y teorías sobre el comportamiento de los ciclos solares. Lo que está claro es que el estudio de estos fenómenos se debe realizar atendiendo a largos periodos de tiempo, no por la mera percepción de unos pocos años.
Desconocemos si la ausencia de manchas y de actividad solar durante el largo mínimo solar haya podido tener algun efecto sobre el clima de la tierra, de igual modo que desconocemos cómo se comportará el sol en los próximos ciclos, pero deberemos construir nuestras teorías a partir de los hechos.