Vaya por delante mis disculpas por el rollazo. A pesar de lo improbable del suceso, no estar preparados para afrontar una tormenta solar muy, muy, pero que muy bestia, tiene sus consecuencias.
Una tormenta solar del tipo Evento Carrington provocaría un pulso electromagnético (PE) del tipo E3 por
inducción electromagnética.Esta alteraría cualquier campo magnético que se encuentre en su camino desde calculadoras a redes electricas y estaciones transformadoras diversas.
Lo único que se sabe sobre este tipo de fenómenos es que suelen producirse durante máximos solares, aunque desde el evento Carrington no se ha vuelto a ver nada parecido. Por lo tanto nadie puede saber si este evento sucederá o no. La ciencia no sabe ni el como, ni el cuando ni el porqué. Lo único seguro es que de producirse la única posibilidad de que un PE no nos afecte es apagar todos los campos electromagnéticos a su alcance, con la suficiente antelación.
Los efectos de un evento así sobre un mundo tan tecnificado y poco preparado como el nuestro, son muy diversos y difíciles de determinar. Sabiendo que pueden o no producirse en mayor o en ningún grado, en un futuro cercano o lejano. Nadie en el planeta Tierra puede decir con certeza si se va a producir o no.
Dicho esto, situemonos ante lo peor y pasemos a los posibles efectos.
Los primeros afectados serían los satélites viejos, que no cuentan con protección alguna contra tormentas solares. Los más modernos se desactivan cuando se recibe la alarma desde los diferentes satélites que observan el sol como el SDO o el Stereo. Los satélites podrían dejar sin cobertura telefónica, televisiva o de GPS a muchas zonas del planeta.
Algunos aviones que se vieran afectados podrían tener accidentes. Desde un simple chip quemado a dejarlos eléctricamente inutilizados. Alguno podría conseguir llegar a aterrizar planeando. Hay otros aviones que apenas planean, como los que poseen tecnología antiradar, y que necesitan ordenadores para volar. Estos caerían como ladrillos. Preveer la zona y el tiempo de afectación exacta es de momento imposible. En el peor de los casos pongamos que afecta de forma grave a todo o gran parte de un continente..
Alumbrado y semáforos podrían quedar a oscuras en muchos lugares creando más accidentes y desastres en el tráfico rodado y en el ferrocarril. También se podrían producir pequeños incendios de todo tipo.
El efecto más importante es la caída de estaciones transformadoras diversas. Suelen tener bobinas gigantes y transformadores muy caros, de los que no suele haber repuesto. Se podrían fundir dejando a oscuras una ciudad o región muy extensa. Para restablecer el suministro pueden pasar unos días en el caso de una estación. Pero si el problema afectara a muchos transformadores, no habría recambio para todos al menos en el plazo de... 2 años. El problema está en lo que cuesta fabricarlos y montarlos.
Sin luz eléctrica no hace falta decir que ni cocinar, ni calentar o enfriar la casa, ni nevera, ni mirar la tele, ni recargar gasolina, ni comprar en una tienda, ni agua corriente de segundos pisos para arriba.Cosas que damos por supuestas no se podrán hacer. Muchos no podrán ir a trabajar o a la escuela, cajeros, teles, radios ni teléfonos para comunicarse. Saqueos, falta de suministros, desde comida a gasolina, etc. En los apagones de Quebec en 2003 los primeros que tuvieron que cerrar fueron las refinerías y las estaciones de servicio...
Y en caso de malas nos podemos quedar un par de años tirados porque reconstruir las estaciones transformadoras no se hace de un día para otro.
Pero claro, si hablamos de Wallstreet o Tokio apagados aunque sea unos días, la histeria puede ser la bomba.
Por no hablar de cuando se acabe el diesel a los generadores de emergencia, desde hospitales o prisiones o a las comisarías.
Al menos por fin tendríamos la respuesta a la pregunta de si son seguras las centrales nucleares. Estas solo cuentan con 48 horas de reserva. Vamos, Fukushima a lo bestia en las centrales de todo un país o quizá medio continente que empezarían a tener serios problemas de refrigeración. Por no hablar de los problemas que puede crear la inducción electromagnética a un complejo nuclear de forma directa.
Lo peor de todo, como me hizo ver algún forero de por aquí hablando del tema, por triste y bestia que pueda parecer, es que una tormenta solar muy bestia, no mataría a la gente. Una guerra nuclear, un meteorito, o un terremoto de grado 12 matan a la gente, y los pocos que quedan disponen, o dispondrán de recursos que pillar. Las tormentas solares no matan a nadie de forma directa, por lo que en un par de días nos convertiríamos en decenas o cientos de millones de hambrientos dispuestos a todo.
Por suerte al parecer hay más posibilidades de ser destruidos por un terremoto, meteorito o bomba nuclear, que de una tormenta solar.
La buena noticia es que resulta bastante sencillo evitar todo esto. Solo hay que ingeniar sistemas de apagado automático en satélites y centrales eléctricas y quizá tambien duplicar piezas de recambio en centrales eléctricas o transformadoras. Y por supuesto garantizar el suministro eléctrico a las centrales nucleares.