Es muy probable que el hecho de que los mapas a largo plazo no acaben de cuajar como parecen indicar sea a causa de que el vórtice ha sido desplazado de lugar pero no invertido de manera total sino parcial. Es verdad que el anticiclón polar ralentiza el movimiento zonal y que los ataques cálidos en superficie dispersan el vórtice dando lugar a una expansión de las extremidades de la masa fría, pero no el agrandamiento de la masa fría. Por tanto esas extremidades frías fluirán por ciertos sectores geográficos dependiendo de la colocación de los grandes centros los cuales dependen de las posiciones que vaya tomando la serpiente zonal. Incluso a largo plazo, de no haber más calentamientos, el vórtice estratosférico tiende a recentralizarse. Con todas estas fuerzas operando claro que es difícil pronosticar a largo plazo.
Por ahora el norte europeo se va a ir enfriando de manera retrógrada a la vez que Canadá, también en proceso de gran enfriamiento, mandará sus bolsas heladas hacia Europa. El choque de masas se irá produciendo en algún lugar o del océano o en tierra europea.
Aquí, más al sur, la horizontalidad del A sur, que nos está proporcionando una generosa zonal, se va a ir acabando con la llegada para la semana de las altas americanas, verticalizadas. Esto meandrizará el chorro enviándonos una primera entrada fría noroeste con baja, o sistema de bajas incluido, que preludiará alguna otra más.
A más largo plazo tenemos pues la lucha entre el poder de retrogradación continental de la burbuja polar, demasiado septentrional para afectarnos, y el de las grandes volutas frías de los oestes canadienses.