La verdad es que estos cultivos de pino son muy adecuadas para zonas llanas pero muy poco para zonas con tanta pendiente -implica menos producción y más costes económicos y medioambientales en tala y extracción.
También esta claro que no se debe parar la industria que existe, pero... ¿No hay mejores zonas en las inmediaciones de Vinuesa y Covaleda para pinar? (Suelos agrícolas tal vez).
La solución tiene que ir por ahí: proteger las zonas más altas y con más pendiente -en las que tanto impacto estético, a la fauna y flora hay, erosión, etc- y aprovechar el resto. No es tanta zona a proteger, y no es tanto el impacto sobre la industria de la zona.
Saludos.
La verdad es que en las inmediaciones de Vinuesa y Covaleda hay muy poco suelo agrícola, los pinos ocupan tanto las zonas llanas como las pendientes. El modelo de explotación de Urbión ha permitido mantener los pueblos y la población de la zona, con cierta autonomía al tener en su propio medio la materia prima, permitiendo conservar un extensísimo bosque envidiable y envidiado.
Por otra parte, es cierto que el pino es un cultivo monoespecífico en la zona, lo que conlleva un déficit importante de biodiversidad y variedad genética, lo que siempre supone un peligro medioambiental. Sin embargo, no es como si hubieran decidido de repente poner miles de ha de soja, el pino albar es una especie autóctona (esterchamente ligada, además, a la cultura y tradición de la comarca), que protege de la erosión, crea suelo, y sirve de cobertura y hábitat a multitud de especies vegetales y animales, sin perjudicar la regeneración de robles, hayas, tejo, acebo, etc. Otra cosa es que vaya luego el hombre y se los cargue, y aquí es donde para mí está el quid de la cuestión. Por eso, fue para mí grato ver el otro día las fotos que puso Pico_Urbión, con una corta a hecho en la que se habían respetado las hayas. No sé si esa es la postura habitual o si era una excepción, pero si se tuviera siempre ese cuidado con las frondosas y con las zonas más altas, creo que estaríamos ante lo más parecido a un modelo rentable y racional.
Ahora bien, que en nombre de este modelo se talen indiscriminadamente pies maduros y valiosos de tejo, haya, acebo, roble, serbal, etc. en otras zonas como La Póveda me parece poco menos que vergonzoso, y tarde o temprano lo habremos de lamentar. Volviendo a mi sempiterna perorata que creo que he soltado ya unas cuantas veces en este foro: cada zona debería encontrar su propio modelo de desarrollo tratando de no cargarse lo que ya tiene, aprovechando sus recursos, y diversificando en lo posible sus producciones o sus actividades. Porque va a llegar un día en que no va a existir variabilidad suficiente en muchas especies como para poder adaptarse a los cambios en el medio.