Durante marzo y abril de 2018, al igual que había venido sucediendo los meses anteriores, la extensión de la banquisa ártica se ha ido situando siempre entre los valores más bajos para la fecha en la serie de observaciones por satélite 1979-2018.
Podemos observarlo en esta gráfica donde se recoge la evolución de la extensión de la banquisa ártica durante 2018 (línea roja) comparada con algunos otros de los últimos años y con las medias de las décadas anteriores, según los datos proporcionados por JAXA actualizados hasta el 3 de mayo:
En el siguiente mapa proporcionado por el NSIDC se muestra la distribución de la banquisa ártica a 3 de mayo de 2018 (en blanco) comparada con la media 1981-2010 para el mismo día (línea naranja):
Se aprecia claramente que el mayor déficit de hielo se sitúa en el entorno del estrecho de Bering, tal como ha sido habitual durante todo el invierno 2017/2018, situándose la extensión de la banquisa en este mar en los valores más bajos de toda la serie de observaciones. En el mapa podemos observar que las zonas de agua abierta ya no sólo se observan al sur del estrecho, en el mar de Bering, sino que también han comenzado a aparecer al norte del mismo, en el mar de Chukchi, junto a la costa NW de Alaska.
En el resto de mares del Ártico, el borde del hielo se sitúa en posiciones más próximas a la media 1981-2010.
A continuación, el mapa de anomalías de temperatura del aire cerca de la superficie durante el período noviembre 2017 – abril 2018, observándose las temperaturas por encima de la media en todo el Océano Ártico, destacando la zona en torno al estrecho de Bering así como al norte de las Svalbard:
A pesar del invierno cálido (con la excepción de marzo que resultó bastante frío sobre todo en el sector siberiano) hemos visto que, al margen del mar de Bering, en el resto de zonas la extensión de la banquisa ártica se sitúa en valores más cercanos a la media.
A la espera de ver si la temprana falta de banquisa en el estrecho de Bering tiene consecuencias de cara a acelerar el deshielo en los mares de Chukchi y Siberia Oriental, el otro aspecto al que habría que prestar atención es el grosor del hielo y el volumen total de la banquisa.
En la siguiente gráfica proporcionada por AWI, se observa la evolución del volumen de la banquisa ártica según las observaciones del satélite Cryosat-2 entre noviembre de 2010 y abril de 2018. He marcado en rojo la línea correspondiente al mes de abril (arriba del todo), así como dos líneas finas que marcan el máximo y mínimo en las observaciones para abril 2011-2018:
El volumen de la banquisa (y por tanto su grosor medio) se sitúa aproximadamente en la media de la última década, con valores muy similares a los de los dos años anteriores. Claramente por debajo de los máximos en abril de 2014 y 2015, pero también claramente por encima de los mínimos en abril de 2012 y 2013. En conjunto, según las observaciones de Cryosat-2, el volumen máximo invernal de la banquisa ártica entre 2011 y 2018 se habría mantenido bastante estable.
Así las cosas, de nuevo parece que las condiciones meteorológicas, de circulación atmosférica y deriva del hielo que predominen en el Ártico durante los próximos 4 meses serán el factor más decisivo (e impredecible) para ver si la extensión mínima de la banquisa al final del verano 2018 se queda en valores cercanos a la media de la última década o si, por el contrario, puede acercarse al record mínimo establecido en 2012. Lo iremos observando.
https://diablobanquisa.wordpress.com/2018/05/05/banquisa-artica-a-principios-de-mayo-2018/Saludos