Sobre los diagramas bioclimáticos: grosso modo, podríamos calcular el periodo vegetativo para el área de Logroño y ver si es semiárido o no.
Pues bien, primero quitemos la época del año en que el frío dificulta o impide el desarrollo de la vegetación: vemos que en el Valle del Ebro el periodo de helada es muy reducido, menor de 30 días (26 en Logroño en la serie 71-00), con heladas poco sostenidas (enero: 9 días, y diciembre y febrero: sólo 6 días); de modo que podríamos quitar, como mucho, dos meses por parón invernal.
Sequía estival: en junio y parte de julio la sequía se produce más por las altas temperaturas que por la falta de agua (frecuentes tormentas) ya que las medias son de 47 y 31 mm. Esto hace que, si el año no es muy caliente, no haya sequía hasta entrado julio, cosa sorprendente para un clima mediterráneo. Agosto y septiembre sí pueden considerarse plenamente secos, con 23 y 24 mm. Pongamos pues, que el periodo de aridez estival medio comprende desde mediados de junio hasta mediados se septiembre, esto es, 3 meses.
Esto nos da un periodo vegetativo medio de 7 meses, osea más de la mitad del año. De modo que no podríamos hablar de modo estricto de un clima semiárido. Sería un clima típicamente mediterráneo, pero con rasgos continentalizados (escasa precipitación pero frecuentes tormentas primaverales y estivales).
La relativamente baja insolación sería un rasgo de influencia oceánica, como el también relativamente elevado nº de días de precipitación, aspectos favorables a la presencia de bosques bien desarrollados.
Lo mismo puede decirse de las áreas de sierra contiguas del Sistema Ibérico que, con escaso volumen de precipitación total pero con una serie de factores favorables (que aquí no vienen al caso, pero sería interesante estudiar), consiguen tener ecosistemas propios de regiones pirenaicas o cantábricas muchos más húmedas.
Perdón por la parrafada...