A corto plazo la entrada noroeste por Galicia, como es normal, se diluye mucho. El medio plazo, como invención humana que es, es la antesala del largo, con lo que una vez terminado el corto, cuyos límites de acierto son muy variables, entramos en aguas movedizas. Las lluvias en el noroeste no lo son tanto por la entrada de la superbaja atlántica al oeste de Irlanda sino por el tren de nubes que lleva asociado en el tránsito sur al bajar el chorro de nuevo. Río atmosférico apuntando a Galicia. Hay que decir que aunque ha llovido mucho, una gran parte de los acuíferos se han llenado por estas últimas lluvias, no tanto por las de atrás. Hablo del interior, en las Rías van mucho mejor.
Según el modelo americano el A centropolar ya pivota el jueves hacia el norte escandinavo. Comienzan las primeras frenadas en el este con bajadas hacia el sur, como todos los inviernos, al empoderarse la masa fría euroasiática, gigantesco congelador que nos viene muy bien que esté funcionando a pleno pulmón por si la bestia cambia de signo y pasa su primera letra a mayúscula. No importa que después ese A se vaya a Asia, ya emergerá otro, la cuestión es que filtre desde esa zona.
En cualquier momento una de las entradas cálidas hacia el norte puede enlazar con el A central y mover el sistema en sentido opuesto o al menos ralentizar lo suficiente como para que los meandros se estiren de forma perpendicular al movimiento zonal.