Echando un vistazo a lo que plantean los distintos modelos, y con el pequeño pero importante cambio de ubicación del azoreño, la llegada de masas de aire del norte mucho más frías, pueden provocar sobre todo en la cuenca del Mediterráneo y Baleares, importantes precipitaciones, habida cuenta el importante gradiente térmico que se producirá entre unas aguas todavía muy cálidas, y esa atmósfera mucho más fría. No es la mejor de las situaciones para la fachada atlántica, pero el escenario que se nos plantea no deja de ser algo bastante habitual para la estación en la que estamos. Ojo a las posibles gotas frías.