LOS MODERADORES PONDRÁN ESTE TEMA DONDE ESTIMEN OPORTUNO. ESPERO TERMINARLO ALGÚN DÍA . EL PERÍODO ES UN TANTO ARBITRARIO PERO BUENO... NO TENGO DATOS PARA TODO. ESPERO GUSTE.Mucho se habla y comenta por el foro a cerca de las olas de frío. Mucho decimos respecto a si antes nevaba más o menos. Debates ha habido y seguirá habiendo.
Yo quería con este tema hacer un decálogo lo más detallado posible de los fríos intensos que han afectado a la Península durante los últimos doscientos años. La empresa es un tanto ardua pero vale la pena intentarlo.
Lo primero sería definir lo que es una ola de frío. Cuestión nada fácil. Técnicamente desconozco el asunto. Mirando en libros de meteo no siempre se encuentra una definición o no siempre esa definición coincide con otra u otras que puedes encontrar en otro momento. En cualquier caso aquí referenciaré olas de frío auténticas y otras que “científicamente” no son tal pero que sí dejaron huella por ser entradas frías muy intensas no llegando a ser una auténtica invasión polar. Advertir que muchas cosas de las que escriba pueden ser inexactas fundamentalmente por desconocimiento de muchas cuestiones que un meteorólogo dominaría adecuadamente o no erraría en ningún caso.
Don Inocencio Font Tullot escribió en 1957 un artículo para la Revista de Geofísica titulado Períodos Fríos en la Península Ibérica. Nos dice en él que “los fríos más intensos se presentan durante el trimestre diciembre, enero y febrero”. Y tienen “tres causas fundamentales; 1) Invasiones de aire polar continental, con vientos del sector NE; 2) Invasiones de aire polar marítimo, con vientos dominantes del NW; 3) Enfriamiento por radiación de la superficie del suelo, generalmente bajo condiciones anticiclónicas.
Luego hace una listado de las invasiones frías de origen continental diciendo que son en general las más intensas y de mayor duración. Siendo febrero el de más frecuencia y enero el de menor. Para el período analizado 1901 – 1956 las entradas más importantes pertenecientes a este grupo serían:
Enero de 1914 y 1945.
Febrero de 1901, 1902, 1907, 1938, 1954 y 1956.
Diciembre de 1926, 1933 y 1946.
Posteriormente y para las invasiones de aire polar marítimo establece su entrada fundamentalmente en enero.
Enero de 1910, 1927, 1935 y 1945
Febrero de 1906.
Para los períodos fríos originados por radiación establece su mayor importancia en las mesetas y en las depresiones del Ebro. Siendo los más importantes los siguientes:
Enero de 1901, 1905, 1906, 1912, 1914, 1915, 1918, 1926, 1929, 1932, 1938, 1945, 1946, 1947, 1952.
Febrero de 1917, 1935.
Diciembre de 1901, 1903, 1913, 1917 y 1920.
Como se ve se repiten años y en muchos casos la clasificación sería discutible… pero eso es como todo…
Nos dice a continuación; “los períodos de frío de radiación más intensos suelen presentrse a continuación de una invasión de aire polar continental, cuando a continuación de ella se establece un período de calmas”.
Más datos se pueden obtener de cualquier manual de meteo. Algunos ejemplos:
Guía del Clima de España de Vicente Aupí.
Climas y Tiempos de España de Javier Martín Vide y Jorge Olcina Cantos
Vayamos a lo nuestro e intentemos pormenorizar las invasiones frías desde el año 1830, para antes tengo problemas porque me faltan datos…
Empecemos.
El extraordinario temporal del
invierno 1829-1830: A partir de 1829 se inició una fase en la que los inviernos presentan importantes olas de frío (A partir de este año hay un repunte de episodios de nevadas intensas en la ciudad de Barcelona, analizado por Mariano Barriendos y Javier Martíon Vide, “Riesgos meteorológicos en Barcelona a través de los registros históricos (SS. XIV-XIX)” en Avances en Climatología Historica en España.
En el invierno 1829-1830 se dieron alguno de los elementos típicos de los inviernos más fríos de la Pequeña Edad del Hielo, entre otros la congelación del río Ebro.
La entrada de aire frío siberiano comenzó a mediados del mes de diciembre de 1829 para intensificarse a partir del día de Navidad, arreciando el frío de tal manera que el Ebro amaneció helado el día 31 de diciembre, manteniéndose así al menos durante una semana.
El frío era intenso en todo el país, en San Sebastián la temperatura alcanzaba -14.2ºC el día 28 (este dato está tomado de un libro de Relatos de Cosas Memorables ocurridas en Guipuzcoa, el dato está en grados reumeur y haciendo la traslación a centígrados da -14.2ºC, el asunto es que ni idea de dónde lo sacaron), pero incidiendo especialmente en el área Mediterránea, así se llegan a alcanzar los -6ºC en Tarragona, donde se hielan los arroyos y parece que incluso las orillas del mar (tomado del libro de Font Tullot “Historia del Clima de España”). En la Ciudad Condal nieva de forma extraordinaria el día de Navidad y lo volverá a hacer el 1 de febrero de 1830 cuando una nueva ola de frío invada la Península. Mientras, la masa de aire frío que había entrado a partir del día 20 de diciembre por el cuadrante nororiental de España, descendía por todo el arco levantino hasta alcanzar las provincias de Alicante y Murcia, siendo extraordinarias las pérdidas ocasionadas por las heladas de finales de diciembre y primeros de enero en la huerta de Orihuela, siendo las nevadas caídas en Sierra Espuña de una intensidad excepcional (Zamora Pastor, Ruth. El final de la pequeña edad del hielo en Alicante.)
En Madrid la temperatura bajó hasta -8ºC el día 29 continuando el frío durante los primeros días del año nuevo e intensificándose incluso en el mes de febrero cuando cayó una nevada intensa el día 3 bajando la temperatura hasta los -7ºC ( Font Tullot da la posibilidad de que las temperaturas hayan descendido en la capital hasta -12ºC).
Se helaron la mayoría de los ríos de la Meseta Norte. El frío y las nevadas fueron generales en toda la Península, extendiéndose también a la zona Cantábrica, sobre todo a su interior, siendo recordadas en lugares tan acostumbrados a la nieve como Reinosa y el interior de la provincia de Vizcaya, destacando no sólo la intensidad sino también y sobre todo la persistencia del temporal que por lo que parece sólo puede compararse a los temporales de nieve que azotaron la región en 1860 y posteriormente en febrero y marzo de 1888.
El
Invierno 1835-1836 fue muy riguroso en toda la Meseta Norte, el valle del Ebro, Cataluña y las regiones cantábricas.
Según relata Rico Sinoba por boca del canónigo Arce, “en el año 1835 en fin de él y en el principio de 1836, hubo en esta ciudad de Palencia y tierra tan crudas heladas que allende de estar los ríos tan cuajados que sin temor pasaban sobre ellos las bestias y carretas cargadas (…) se helaron los huevos en sus cáscaras y las cosas de medicina en sus redomas (…)” En Madrid se alcanzaron los -8.7ºC en el mes de diciembre de 1835 (tomado del libro de Font Tullot)
También fue muy frío el
invierno siguiente de 1836-1837, siendo en esta oportunidad lo más notable la ola de frío que afectó a la mayor parte de España durante el mes de enero de 1837, registrándose una temperatura mínima de -10ºC en Madrid.
Meter invierno 1838 y derrota Ejército Carlista ¿?
Finalmente el
invierno 1838-1839 se dejó sentir sobre todo a partir del mes de febrero cuando el frío hizo su aparición de forma repentina con una irrupción de aire frío continental del NE que generó importantes pérdidas en los huertos de la zona levantina y fue seguida esta entrada fría de importantes nevadas que llegaron incluso a las costas del sur de Andalucía, Murcia y Alicante.
Estaríamos ante lo que parecen cuatro entradas rigurosas de aire frío continental en un período de diez años.
Diciembre de 1844: gran nevada en la ciudad de Barcelona el día 4. Pocos datos más.
Diciembre de 1846: la nieve cayó en abundancia en la zona del Alto Ebro, en Soria se informa de “un horroroso temporal que hace intransitable los caminos”. En Madrid nieva los días 12 y 13 de forma que cubre el suelo muy ligeramente, las heladas registradas aquel mes en el Observatorio de Madrid ascendieron a 18, siendo casi la mitad de las que se produjeron a lo largo de todo el año (43).
Febrero de 1847: se registraron algunas de las nevadas más intensas de aquella década. Afectaron sobre todo a la zona centro, así en Salamanca el día 2 amanecen “con una fuerte nevada, que se aumentó por la noche”, siguiéndola “una helada de consideración”, lo cual “impedirá que se derrita en mucho tiempo”.
Similar nevada caía sobre la capital del Reino, difícil establecer sin embargo la envergadura exacta de la misma, aunque parece que fue muy importante, según algunas noticias que han llegado hasta nosotros hablan de “auténtico manto blanco que todo lo cubre”. Desde Vitoria las informaciones indican fríos, hielos y nieve desde principios de mes, esto indicaría que la nevada afectó también al norte peninsular y a la cornisa cantábrica.
Enero de 1850: toda una serie de notables nevadas azotan la Meseta, extendiéndose también por Andalucía y las costas del sur.
Todavía durante los primeros días de febrero hay noticias de “gran número de lobos” en lugares tan distantes como Roses en la provincia y Barcelona o los valles interiores de Vizcaya, todo ello como consecuencia de “las nieves abundantes en el interior”.
Febrero de 1853: en la Gaceta de Madrid se informa, “sigue el temporal de nieves y fríos en todas nuestras provincias y en La Coruña van a verificarse rogativas para que cese”. El día 13 la ciudad coruñesa de Ferrol amanecía con “sus valles y montañas cubiertos de una copiosa nieve”, haciendo años “que no sucede otro tanto, pues no es común en los puertos de mar la presencia de aquel fenómeno con tanta profusión que llegue como llegó esta vez a hacernos patente su blancura”. De ello se deduce una intensa nevada en Galicia y seguramente en Asturias y buena parte del litoral cantábrico (La intensidad del frío durante aquel mes viene reflejada en los registros del observatorio de la Universidad de Oviedo que funcionaba desde el 1 de enero de 1851 de manera oficial. La temperatura media fue de 4.0ºC y la mínima extrema de -3.2 (el 13 de febrero), los días de nieve registrados fueron 10 con una precipitación total de 179.8 mm. Estas cifras indican un frío intenso y persistente a lo largo de todo el mes y seguramente una nevada que habría alcanzado cerca del medio metro de espesor en la capital asturiana, de las mayores del siglo junto con la de febrero de 1888).
En Madrid se hacía también presente el frío y la nieve, sobre todo el día 13 cuando una gran nevada cubre la capital, “hacía muchos años que no se veía otra igual”. Y según La Gaceta del día 14, “con la circunstancia de que ha habido desde fines de enero hasta el día lo menos cinco”. Y por lo que parece además de la gran cantidad de nieve, “los copos eran de extraordinario tamaño”.
Febrero de 1854: entrada de aire frío continental, muy seco, que dejó temperaturas gélidas en todo el interior peninsular, Cataluña, Valencia y Murcia. Fue una invasión de aire frío de poca duración, aproximadamente 5 días, entre el día 12 y el 17 se vivió el momento álgido del frío.
ALGUNAS TEMPERATURAS MÍNIMAS ALCANZADAS EN MADRID EN ENERO DE 1854.
FECHA TEMPERATURA MÍNIMA
Día 12 -3.8
Día 13 -1.1
Día 14 -8.4
Día 15 -6.7
Día 16 -4.8
Día 17 -2.9
Enero de 1855: la nieve visitó nuevamente el norte peninsular, especialmente el área cantábrica, llegando la nieve a cubrir el litoral de Euskadi, Cantabria y Asturias (De Santander se ha conservado el “Resumen de las observaciones meteorológicas verificadas durante el año 1855 en el gabinete de física del Instituto de Segunda Enseñanza”, a través de este resumen se puede ver la intensidad de aquella ola de frío, apareciendo registrados 3 días de nieve y 5 de granizo, una temperatura mínima de -1.0ºC, y lo que es más ilustrativo de lo frío de aquel mes, una temperatura media de tan sólo 5.1ºC. En este resumen aparece también un dato sorprendente por tratarse de una ciudad de la costa cantábrica, es el “espesor de la capa de nieve”, que según parece alcanzó aquel mes los 13 centímetros. Los vientos dominantes fueron los del Nordeste.
En el resto del país el frío fue muy intenso llegando a registrarse -6.7ºC en el Observatorio de Madrid.
Invierno de 1856-1857: el frío fue recurrente, temperaturas muy bajas se alcanzaron en diciembre de 1856 (-6.7º C en Madrid), pero lo más destacado fueron los intensos fríos que azotaron la Península durante la segunda quincena de enero y los primeros días del mes de febrero de 1857.
En informaciones aparecidas en La Gaceta se destacaba lo crudo del invierno, “hace más de un mes que tenemos el país cubierto de nieve”, se decía desde Puigcerdá. En Vizcaya, “a consecuencia de los duros temporales y copiosas nieves que han caído en los últimos días sobre nuestro país y los inmediatos, en especial sobre las altas cumbres del valle de Carranza, se ha dejado ver en su centro mismo una fuerte manada de lobos que están causando estragos de consideración en los rebaños y otros ganados”. Noticias de preparación de batidas para combatir a los depredadores son multitud durante estos fríos días de 1857. Y noticias truculentas como aquella que informa “del hallazgo de un cuévano sobre las cabañas próximas a Valnera (jurisdicción de Soba en Cantabria), y se teme que quien lo fuese hay sido devorado por la insaciable hambre de aquellos carnívoros animales”.
La nevada alcanzaba todo el norte, desde Galicia, pasando por todas las montañas cantábricas y el alto Ebro y Duero, hasta Cataluña y el Pirineo. Una nevada especialmente intensa en toda la Cordillera Cantábrica y pueblos altos de Asturias, Cantabria y País Vasco. El día 4 de febrero la antigua provincia de Santander llevaba cerca de tres meses sin comunicaciones con el interior, los caminos y pasos a Castilla se hallaban totalmente bloqueados. “Un período tan largo de mal tiempo no le han conocido los vivientes”.
En Madrid el frío se siente con intensidad durante los primeros días de febrero, vientos del NE y NO mantienen el tiempo frío y anubarrado aunque sin precipitaciones de nieve (durante estos primeros días de febrero la temperatura descendió hasta -9.2ºC en el Observatorio de Madrid, una de las más bajas registradas aquellos años).
Febrero de 1860: gran ola de frío con grandes nevadas en el Cantábrico. El temporal se extendió a otras partes del país, así una nevada muy intensa cae el día 23 de febrero en Orihuela y su comarca.
TEMPERATURAS MÍNIMAS ALCANZADAS EN EL MES DE FEBRERO DE 1860 EN DIVERSOS OBSERVATORIOS PENINSULARES.
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Madrid Astronómico -9.6 15/2/1860
Salamanca Instituto -11.1 14/2/1860
Villaviciosa de Odón -10.7 15/2/1860
Zaragoza Universid -9.8 14/2/1860
TEMPERATURAS MÍNIMAS EN MADRID OBSERVATORIO. FEBRERO 1860.
FECHA TEMPERATURA MÍNIMA (ºC)
13 -4.2
14 -8.9
15 -9.6
16 -3.7
17 -6.1
18 -5.6
19 -3.5
20 -5.7
Noviembre de 1862: En Madrid se registró una gran nevada. “Desde el año 47 no se había conocido en Madrid una nevada tan grande como la que cayó ayer desde las primeras horas de la mañana”. De esta forma abre La Gaceta de Madrid la información sobre la nevada caída sobre la capital el día 24 de noviembre de 1862.
Y es que durante aquel mes se produjo sobre Madrid una de las nevadas más intensas del siglo XIX. Superó a la que dos años después se iba a producir durante las jornadas de Navidad de 1864. La nevada cayó durante el día 24 desde primeras horas de la mañana, la temperatura a las 6 de la mañana era de 0.2ºC, a las 9 se mantenía igual subiendo a las 12 a 1.4ºC y a las 3 de la tarde a 2.8ºC, comenzando a descender a partir de esa hora. Durante las observaciones de las 6, 9 y 12 estuvo nevando intensamente, luego siguió cubierto el cielo aunque la nevada remitió, fueron unas 10 horas nevando intensamente que dejaron según los registros del Observatorio un espesor general de 50 centímetros. El viento dominante fue del S.E.
Esta intensa nevada en Madrid no fue acompañada de una gran entrada fría en el resto del país. Sí nevó en puntos del centro y las mesetas pero nada excepcional. El viento del oeste mantuvo el tiempo ralativamente templado en buan parte del norte peninsular.
Enero de 1864: Una ola de frío siberiano afectó a buena parte de España durante el mes de enero de 1864. Esta entrada fría se desarrolló durante los diez primeros días del año, fue de intensidad moderada y las heladas afectaron sobre todo al área Mediterránea y a la zona centro peninsular.
En Madrid se alcanzó una mínima de -9.1ºC el día 5, una de las temperaturas más bajas registradas en la Villa. Las precipitaciones fueron escasas en todo el país, en el área de Madrid comenzó a llover el día 7, intensificándose la jornada del día 8, pero para aquel momento la temperatura había subido con lo cual la nieve que comenzó a caer la primera de esta jornadas se convirtió rápidamente en agua.
TEMPERATURAS MÍNIMAS ALCANZADAS EN OBSERVATORIOS PENINSULARES DURANTE ENERO DE 1864
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Albacete Instituto -13.0 5/1/1864
Badajoz Instituto -7.0 6/1/1864
Bilbao Instituto -6.0 5/1/1864
Burgos Instituto -11.3 6/1/1864
Ciudad Real Instit -10.6 5/1/1864
Huesca Instituto -15.9 5/1/1864
Madrid Astronómico -9.1 5/1/1864
Murcia Instituto -4.4 5/1/1864
Oviedo Universidad -6.0 5/1/1864
Salamanca Instituto -12.0 5/1/1864
Santiago Universid -3.9 4/1/1864
Sevilla Universidad -2.0 5/1/1864
Soria Instituto -9.5 6/1/1864
Valencia Catedral -4.2 5/1/1864
Valladolid Universi -14.5 5/1/1864
Zaragoza Universi -11.5 5/1/1864
Invierno 1864-1865: si seguimos el relato que proporciona el Resumen de las Observaciones Meteorológicas efectuadas en Madrid y en otras estaciones de la Península desde el 1 de diciembre de 1864 hasta el 30 de noviembre de 1865, podemos observar la evolución de las condiciones meteorológicas para la ciudad de Madrid a partir del día 20 de diciembre:
“Nebulosos y tranquilos como los dos o tres anteriores, fueron los días 21 y 22; medianamente nuboso, algo revuelto y frío el 23, y muy ventoso y desapacible el 24. El 25 amaneció nevando, con viento arremolinado del NE, y de un modo desusado en Madrid; y así continuó y concluyó, llegando a caer una capa general de nieve de 30 a 35 centímetros de espesor. En los días 26 y 27, muy fríos y nubosos, la nieve se congeló y apenas comenzó el deshielo; pero en los días 28 y 29 se rasgaron las nubes, y a las horas de sol la temperatura se elevó hasta 15º y 16º. Por ultimo, en los 30 y 31 volvió a entoldarse el cielo, y de nuevo comenzaron a formase densas nieblas”
Se destaca un claro empeoramiento a partir del día 20 de diciembre, que se hace más acusado durante el día de Nochebuena y culmina con una importante nevada sobre la capital el día de Navidad, nevada que deja un espesor superior a los 30 cms. y que es la segunda nevada más intensa sobre Madrid registrada en la segunda mitad del siglo XIX. Comienza en la madrugada, a caballo entre el día 24 y el 25, es intensa y constante, dejando ya sobre las calles y jardines de la villa un espesor de más de 30 cms. a las tres de la tarde del día de Navidad. En algunos puntos la capa de nieve llegó al medio metro. Por otro lado las temperaturas fueron muy bajas, dato que se aprecia perfectamente en la tabla XX, alcanzándose los -4.2ºC el día 25 y los -7.7ºC el día 29. Debido a las intensas heladas que siguen a la nevada, el manto blanco no desaparece de las calles hasta el día 3 de enero, momento en el cual “pudo darse por terminado el deshielo de la nieve”. Tenemos así un período de innovación de aproximadamente 10 días, algo que en los tiempos actuales puede considerarse como totalmente inusual entre otros factores por el gran desarrollo urbano.
La nevada no sólo afectó a la capital, siendo “la nevada general en toda la provincia, llegando en algunos puntos a interrumpir el tránsito”. Brigadas de jornaleros se afanaban por abrir el paso en los puertos de Navacerrada y Guadarrama. Por su parte en el ferrocarril del Norte, los grandes ventisqueros se habían helada teniendo que destruirlos con el uso de barrenos.
El empeoramiento afectó a buena parte de la Península, nevando el día 22 sobre Segovia y los vientos se fijan de componente norte y noreste en la mitad septentrional de España. La nevada se extiende por diversos puntos del norte de España, nevando el día 24 en Avila, Cuenca, Guadalajara, Salamanca, Segovia, Teruel, Toledo y Zaragoza. La zona centro era la más afectada, aunque también en el área Cantábrica los cielos permanecen cubiertos y con temperaturas bajas.
El día de Navidad nieva además de en Madrid, en Avila, Albacete, Guadalajara, Segovia, Toledo, Teruel y Zaragoza. Continúa nevando al día siguiente en Guadalajara, Jaén y Segovia, y según los datos telegrafiados a la Gaceta de Madrid, una “gran nevada” cubría Ciudad Real.
A partir del día 28 el tiempo mejora, no llueve ni nieva en general en la Península y las temperaturas se mantienen muy bajas en el interior peninsular, sobre todo en las dos mesetas.
Estamos por tanto ante un temporal que afectó sobre todo a la zona centro, de una duración no muy larga, no más de 3 o 4 días, pero con intensidad moderada incluso fuerte en algunas capitales de provincia como Ciudad Real, Segovia, Guadalajara, y más destacable todavía el caso de Madrid.
TEMPERATURAS MÍNIMAS Y ESTADO DEL CIELO EN MADRID EN LOS ÚLTIMOS DÍAS DE DICIEMBRE DE 1864
FECHA TEMP. MÍNIMA (ºC) ESTADO CIELO (9 h)
día 21 -0.5 cubierto - niebla
día 22 -0.5 niebla
día 23 -2.5 niebla
día 24 -2.6 despejado
día 25 -4.2 cubierto - nieve
día 26 -2.8 cubierto - nieve
día 27 -4.7 cubierto
día 28 -5.9 celaje
día 29 -7.7 despejado
día 30 -7.0 cubierto - niebla
día 31 -7.0 cubierto - niebla
DÍAS DE NIEVE Y ESTADO SUELO
CAPITALES DÍAS NIEVE ESTADO SUELO
Avila 23, 24, 25, 26 cubierto
Albacete 25, 26 cubierto
Ciudad Real 25, 26 cubierto – gran nevada
Cuenca 24, 25, 26 cubierto
Guadalajara 25, 26, 27 cubierto – gran nevada
Jaén 27
Salamanca 25 cubierto
Segovia 23, 24, 25, 26, 27 cubierto
Soria 23, 24, 25, 26 cubierto
Teruel 25, 26 cubierto
Toledo 25, 26 cubierto
Zaragoza 25, 26 cubierto – gran nevada
Una vez finalizado este episodio de nieve, los dos primeros meses del año 1865 no fueron especialmente fríos. El día 18 de enero nevó en Madrid nuevamente pero de forma muy tenue, el día 29 se vieron caer algunos copos de nieve, luego la lluvia se hizo presente con intensidad moderada. No hubo grandes heladas, ni fríos intensos, en general predominó un tiempo estable durante los dos meses, con episodios lluviosos en el tercio norte durante el primer mes del año, y con tiempo anticiclónico en febrero cuando las temperaturas fueron más bajas, sobre todo en la Meseta Norte (-9.0ºC se alcanzaron en Valladolid, -7.0ºC en Salamanca o -6.6ºC en Burgos).
Sin embargo el invierno aún no había finalizado y a la llegada del mes de marzo las condiciones meteorológicas iban a variar. Los primeros días fueron bastante tranquilos, sin embargo nieva el día 7 en Burgos, Soria, León, Logroño, Pamplona y Vitoria. Al día siguiente los vientos del norte y del noroeste arrecian sobre el Cantábrico dejando granizadas importantes en Bilbao y Santander, nieva intensamente en Soria y Burgos. En el resto del país, zona centro y sur, el tiempo se mantiene estable, cielos despejados y temperaturas no demasiado bajas.
Los vientos del NO se mantienen los días siguientes, llueve en el Cantábrico los días 10 y 11, nieva en la cuenca alta del Duero. El día 15 arrecian las nevadas en Avila, Segovia, Soria y Vitoria. A partir de este día hay una mejoría clara del tiempo, los vientos amainan y el cielo despeja en todo el territorio peninsular, sin embargo a parir del día 19 vuelven las lluvias a las costas cantábricas y Galicia, y la nieve llega a Avila, Segovia y Soria. Hasta el día 23 la nieve sigue cayendo en las capitales más altas de Castilla, especialmente en Avila, Soria y Burgos, siendo en éstas la nevada de consideración. A partir del día 24 hay un recrudecimiento de las nevadas en toda la meseta norte, con la llegada del granizo al Cantábrico, incluso llega a nevar no muy intensamente en San Sebastián y Bilbao los días 24 y 25.
Con el final del mes hay un nuevo recrudecimiento los días 27 y 28, nevando intensamente en Logroño, Segovia, Soria y Vitoria. Tambien nieva en Lugo y graniza en La Coruña. La situación del norte persiste los primeros días de abril, nevando aún en Avila y Segovia los días 3 y 4.
Los destco no tanto por lo frío si no por lo nevador que resultó ser este invierno. Una ola de frío como tal no creo que podamos entontrarla en él.
Enero de 1867 Durante los primeros días del año se prodigaron las lluvias sobre todo en las regiones occidentales de la Península, a partir del día 10 se inicia un descenso en las temperaturas y comienzan las nevadas en distintas capitales de Castilla desde el día 13. Nieva en Avila, Burgos, Lugo, Palencia, Soria, Segovia, Zamora y Salamanca, pero también lo hace en todo el Cantábrico, llegando las nevadas al área litoral, nevando en San Sebastián y también en la capital del Principado, en Oviedo. Se fijan los vientos del norte y NE, intensificándose a partir del día 14 las nevadas en todo el norte peninsular, llegando a nevar en Bilbao, Santiago, Vitoria y Logroño, también llegan las nevadas a Jaén, Cuenca y Toledo.
Las temperaturas son muy bajas en todo el país durante estos primeros días de ataque frío. El día 16 la nieve queda restringida al tercio norte, sobre todo norte de Castilla e interior del Cantábrico, nevando en Burgos, León, Oviedo, San Sebastián y Vitoria. Se generalizan e intensifican nuevamente al día siguiente cuando la nieve visita sitios poco acostumbrados al blanco meteoro como Tarragona, también nieva en Lérida. A partir del día 18 se puede dar por cerrado este episodio de nevadas, con la entrada de vientos del oeste, que mantienen un régimen de lluvias abundantes en el oeste de Castilla, Madrid, Extremadura y Andalucía Occidental.
Durante este episodio frío, las nevadas fueron bastante generales en la Península, dándose no sólo en la franja norte de Castilla y el Cantábrico, sino que llegaron a afectar a otros puntos de la meseta, el valle del Ebro e incluso Cataluña (ver apéndices).
El frío fue intenso aunque no excepcional.
Enero de 1868.: a partir del día de Navidad de 1867, se dejó sentir un descenso paulatino de las temperaturas acompañado de un giro en la dirección del viento a componente norte y nordeste. Este descenso se hizo más acusado durante los primeros días del nuevo año, persistiendo hasta aproximadamente el día 12 cuando los vientos del oeste trajeron lluvias a algunas regiones del interior peninsular y suavizaron el ambiente.
Aquellos primeros días de enero fueron intensamente fríos, de ello ha quedado constancia incluso en relatos como los que nos transmite Don Enrique Bayerri en su obra sobre la historia de Tortosa en que nos dice “fue tan intenso el frío que se dejaba sentir en tortosa, que pudo afirmarse no tener parangón sino con el del año 1829, en que se heló el Ebro”. Apreciación posiblemente un tanto exagerada pero en todo caso descriptiva de la situación de la temperie en aquellos días primeros del nuevo año.
Analizando los datos de que disponemos, acerca de las temperaturas y el estado de la atmósfera durante aquel episodio frío, se puede llegar a la conclusión que la invasión de aire fue eminentemente continental y seca, muy fría pero sin precipitaciones apenas, y las que hubo fueron en las costas cantábricas y en sus montañas, más alguna en el alto Ebro y Pirineos, siendo en todo caso en forma de nieve. Así tenemos que el día 2 nieva en San Sebastián y Vitoria, para volver a hacerlo en esta última al día siguiente, agregándose Logroño y Santander. El día 4 nieva en Oviedo y Vitoria, y lo hace el día 5 en Bilbao, Logroño, Pamplona y San Sebastián. Los días 6 y 7 las nevadas, siempre de poca intensidad, se restringen a Pamplona y Vitoria.
Todo ello nos lleva a la conclusión que estamos ante una ola de frío muy intensa, de duración relativamente corta y con un grado de humedad muy escaso, con fuertes heladas que dañaron sobremanera y de forma especial los agrios del campo levantino.
ALGUNAS TEMPERATURAS MÍNIMAS ALCANZADAS DURANTE LA OLA DE FRÍO SIBERIANO DE ENERO DE 1868
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Badajoz Instituto -5.0 6/1/1868
Huesca Instituto -14.8 4/1/1868
Madrid Astronómico -9.0 3/1/1868
Salamanca Universi -13.0 5/1/1868
Valladolid Universid -12.5 3/1/1868
Valencia Instituto -3.0 4/1/1868
Invierno 1869-1870 este invierno fue especialmente duro, desde mediados del mes de diciembre hasta finales de enero de 1870. En esas fechas la nieve y el frío recorrieron buena parte de la geografía española.
El descenso en la temperatura se inicia hacia el día 20, cuando los vientos se fijan de componente norte y noroeste, entrando lluvias por Galicia y el Cantábrico. La temperatura desciende hasta producir las primeras nevadas desde el día 23, nevando en Avila, Burgos, León, Lugo y Vitoria. El régimen de nevadas en Galicia, Cantabrico y norte de Castilla se mantiene hasta finales de año, el día más complicado es el 27, momento en el cual llega a nevar incluso en Almería, aunque parece que de forma débil, nieva también ese mismo día en La Coruña, en Bilbao y en Santander. También lo hará en diferentes momentos de este temporal en algunos capitales catalanas, como Lérida, en Huesca y Teruel, en San Sebastián (al menos durante cuatro días en esta última), y en otros muchos puntos de la Península.
Las mayores nevadas y las más persistentes se registraron en Galicia, el interior del Cantábrico, y el norte de Castilla – León. En cuanto al frío, arreció sobre todo a partir del día de Navidad, se registran temperaturas de hasta -8.3ºC el 29 de diciembre en Madrid. Los días más fríos son el 27, 28 y 29 de diciembre, a partir del día 30 las temperaturas se recuperan paulatinamente dejando la nieve lugar a las lluvias, salvo en las tierras más altas de Castilla donde sigue nevando abundantemente a principios de enero.
Durante el mes de enero el tiempo se mantiene relativamente estable desde el día 5 hasta el día 20, momento en que se produce un recrudecimiento del invierno, con descenso de temperaturas motivado por la entrada de vientos muy fríos del NE. Las temperaturas más bajas se originan entre los días 20 y 26, concretamente en Madrid se llega a -6.8ºC el día 22 y -6.0ºC el 26. Las nevadas son escasas y quedan restringidas a algunas zonas de Cataluña, la Meseta Norte y el Cantábrico; estamos ante una entrada de aire frío con mayor incidencia de los vientos continentales, así, contrariamente al temporal de diciembre, en esta ocasión las nevadas son menos generosas, aún así al final del episodio, los días 27, 28 y 29, a medida que los vientos rolan a componente oeste, se producen nevadas de cierta consideración en la zona centro peninsular, en Madrid concretamente nieva de forma débil la mañana del día 27, igualmente lo hace muy débilmente el 28 y ya más intensamente el 29, cayendo en este último 9.2 mm. de precipitación. Sin embargo el mercurio sigue subiendo y no va a permitir que la nieve se mantenga cubriendo el suelo de la capital.
A partir del día 30 de enero el episodio frío puede darse por finalizado.
TABLA XX. ALGUNAS TEMPERATURAS ALCANZADAS DURANTE EL MES DE DICIEMBRE DE 1869.
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Barcelona Universi -2.8 29/12/1869
Burgos Instituto -9.2 29/12/1869
Bilbao Instituto -4.0 29/12/1869
Madrid Astronómico -8.3 29/12/1869
Murcia Instituto -3.8 30/12/1869
Oviedo Universidad -5.0 28/12/1869
Salamanca Universi -8.4 29/12/1869
Santiago Universid -3.5 28/12/1869
Soria Instituto -11.8 28/12/1869
Valladolid Universid -12.0 29/12/1869
Invierno 1870 – 1871: aquí tenemos una de las clásicas e históricas olas de frío del último tercio del XIX. Y es que estamos ante uno de los inviernos más fríos del siglo XIX. La Península se vio invadida por masas de aire continental, muy frías, durante buena parte de los meses de diciembre y enero, registrándose algunas de las temperaturas más bajas en los antiguos observatorios de institutos y universidades.
Empezando por diciembre, en Madrid Observatorio, heló en 16 de los 31 días del mes, siendo muy frías la primera decena y la tercera. Los diez primeros días de diciembre fueron en general fríos en todo el país, con heladas moderadas en las tierras del interior peninsular, sin embargo la ola de frío continental que invadió la Península no llegó hasta las fechas próximas a la Navidad de aquel año, concretamente hacia el día 23.
El descenso en las temperaturas se hizo brusco durante la jornada navideña y comenzó a nevar con cierta intensidad ese mismo día en Avila, León, Palencia y Soria, intensificándose los días siguientes, hasta alcanzar su cenit las jornadas del 28 y 29 de diciembre, momento en el cual nieva en Bilbao, Santander, Oviedo, Gijón, León, Lugo, Donosti, Soria, Zaragoza, Huesca, Valladolid, Logroño, Cáceres, Cuenca y Guadalajara.
Como puede observarse en este listado la nieve cayó de forma muy general en todo el país (Aparecen registrados en las publicaciones del Observatorio Astronómico de Madrid, 10 días de nieve en Oviedo o 14 en Soria. Para más detalles ver apéndices.
En los archivos del INM hay registrados, 2 días de nieve en Jaén, 1 en Badajoz, 1 en Sevilla, 1 en Barcelona, 1 en Valencia y 1 en Alicante.
En Tortosa, y siempre según nos ilustra Don Enrique Bayerri en su libro sobre la Historia de Tortosa, la nevada caída el 28 de diciembre dejó sobre la ciudad una capa de 20 cms. de espesor)
Durante el día 28 nieva en Madrid de forma moderada, acumulándose un espesor de 11 centímetros. Las temperaturas en la capital son extremas, se registra una mínima absoluta el día 31 con -9.0ºC, momento en el cual el resto del país, una vez pasadas las nevadas, se encuentra con un régimen de heladas severas que dejarán algunas valores muy destacados.
TEMPERATURAS REGISTRADAS DURANTE LA OLA DE FRÍO DE FINALES DE DICIEMBRE DE 1870.
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Madrid Astronómico -9.0 31/12/1870
Oviedo Universidad -4.0 31/12/1870
Salamanca Universi -12.4 31/12/1870
Santiago Universid -3.0 31/12/1870
Sevilla Universidad -0.2 31/12/1870
Valencia Universid -2.5 31/12/1870
Valladolid Universi -18.0 31/12/1870
Finalizado el mes de diciembre, el frío intenso continuó durante toda la primera decena del mes de enero. Si fría fue la Nochevieja, en la que se registraron la mayoría de temperaturas extremas de diciembre, aún más gélido fue el primer día del nuevo año (-11.2ºC en Madrid, temperatura sólo superada durante el célebre invierno de 1890-1891).
TEMPERATURAS EXTREMAS ALCANZADAS EN ENERO DE 1871
Albacete Instituto -11.0 1/1/1871
Alicante Instituto -5.6 14/1/1871
Barcelona Universid -0.8 1/1/1871
Bilbao Instituto -3.5 1/1/1871
Burgos Instituto -14.2 2/1/1871
Ciudad Real Institu -6.6 15/1/1871
Huesca Instituto -10.0 1/1/1871
Jaén Instituto -2.8 1/1/1871
Madrid Astronómico -11.2 1/1/1871
Murcia Instituto -5.5 15/1/1871
Oviedo Universidad -5.0 1/1/1871
Salamanca Universi -8.0 1/1/1871
Sevilla Universidad -3.0 15/1/1871
Soria Instituto -12.8 2/1/1871
Valladolid Universi -15.0 1/1/1871
Fueron unas jornadas acompañadas de cielo despejado y vientos en general en calma, que produjeron heladas intensas en unos paisajes por lo general nevados después de los últimos temporales de finales de año. Aparecieron por aquellos días helados varios ríos menores de la Meseta Norte y algunas zonas de Teruel y Cuenca.
Además este frío intenso fue acompañado a partir del día 2 por nevadas moderadas que afectaron sobre todo a las dos mesetas, nevó intensamente en Albacete, Cuenca y Guadalajara y Toledo; también lo hizo en Soria, Burgos, León, Salamanca, Vitoria, Avila y Valladolid (Llegó a nevar en algunos puntos del sureste peninsular, así hay registradas este mes de enero de 1871, dos nevadas en Murcia. También nevó en Barcelona, pero de forma débil).
En Madrid el ambiente siberiano al que nos hemos referido ya, se acompañó el segundo día del año con una nevada que dejó unos 8 mm. en el pluviómetro y que llegó a cubrir las calles con unos 5 cms. de espesor, todo ello en medio de un ambiente gélido, no superando la temperatura media de aquel día los -4.9ºC (Algunos datos de Madrid de aquellos primeros días de 1871 son reveladores; heló 8 de los 10 primeros días del mes, en total se registraron 21 días de helada; la temperatura media no superó los 0ºC durante los primeros 7 días, que si se suman a los últimos 3 días de diciembre, dan 10 días seguidos con temperaturas de helada, algo similar a lo ocurrido en enero de 1868, y que no se repetirá hasta 1890-1891; la temperatura media del mese fue de tan sólo 1.6ºC, que es la más baja para el período 1860-1889; igualmente la media de las mínimas fue de -2.4ºC, sólo superada en ese período de 30 años por los -3.6ºC de diciembre de 1889. Todo ello demuestra lo intenso y persistente del frío en aquel mes).
Sin duda, fue una de las olas de frío más intensas y duraderas de los últimos años de la segunda mitad del XIX. No fue excepcional en cuanto a nieve acumulada, pero las temperaturas, muy bajas, persistieron durante muchos días, lo que ayudó a dar la sensación de invierno duro.
Febrero de 1875: Un mes de intensas nevadas principalmente en la Meseta Norte. En algunas capitales castellanas los días de nieve que se registraron este mes fueron de récord, por ejemplo en Salamanca donde nevó 11 días, algunos de forma moderada; en Madrid nevó intensamente durante el día 10, acumulándose unos 10 cms. de espesor en parques y jardines, cayendo al día siguiente una fuerte helada que resultó ser la mínima de aquel mes, con -5.5ºC, lo que hizo que la nieve se mantuviese en las calles durante todo el día, teniendo que ser retirada por empleados municipales.
Las temperaturas habían sido frías desde primeros de mes, en Madrid las temperaturas descendieron durante la mañanas por debajo de los 0ºC desde el día 2 hasta el 12, helando 10 días seguidos, y mientras esto ocurría en la capital el resto de capitales de la Meseta Norte sufrían importantes nevadas, desde Burgos, hasta Avila llegando la nieve también a la Mancha.
Hubo en general nevadas importantes en las dos mesetas, las temperaturas si bien bajas no fueron extremas, el Cantábrico vio poca nieve y en ningún caso bajó hasta la costa, Aragón tampoco sufrió los avatares del temporal, y en igual situación estuvo Cataluña y el arco Mediterráneo. Fue por tanto, una entrada de aire frío que al coincidir con vientos de poniente provocó precipitaciones importantes en las tierras altas del interior pero sin temperaturas demasiado frías.
Invierno 1875-1876: dejó dos episodios de temperaturas muy frías, y de nevadas generales, dándose sobre todo éstas últimas durante los 15 primeros días de enero de 1876.
TEMPERATURAS REGISTRADAS EN ALGUNOS OBSERVATORIOS EN DICIEMBRE DE 1875.
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Albacete Instituto -22.0 12/12/1875
Burgos Instituto -12.0 6/12/1875
Ciudad Real -10.6 12/12/1875
La primera invasión de aire muy frío de origen polar continental, invade la Península a comienzos del mes de diciembre y se deja sentir con especial virulencia en puntos del centro peninsular, de la Meseta Norte y especialmente en algunos lugares de Castilla La Mancha (temperatura extrema en Albacete). El momento álgido de la ola de frío se produce entre el día 11 y el 12 de diciembre, momento en el cual la nieve había cubierto el paisaje fundamentalmente de áreas del centro y Meseta Sur, nevando escasamente en Castilla León y también escasamente en el área cantábrica.
Lo más destacado fue el frío, muy intenso como hemos visto en algunos puntos de la meseta, y son dignos de mención los 9 días de nieve que se registraron en el observatorio de Albacete.
Las temperaturas se recuperan desde el día 15, dando lugar a unas jornadas agradables hasta Navidad, momento a partir del cual el descenso del mercurio vuelve a hacerse presente, con vientos de componente NE que arrastran nuevas masas de aire frío, procedente de latitudes polares.
En esta ocasión el frío irá acompañado de nevadas más generosas, concentradas en el Cantábrico (incluso en la costa), Castilla León, Madrid (con una nevada moderada), Meseta Sur y puntos de Andalucía y Levante. Veámoslo con más detalle.
Como hemos dicho el nuevo enfriamiento comienza a partir del día 25 de diciembre y se hace más acusado durante la primera decena del mes de enero del nuevo año, comenzando a nevar en puntos de Castilla a partir del día 5; cae así una nevada importante en Burgos el día 7, momento en que nieva también en Palencia, Soria, Zaragoza y Oviedo.
Al día siguiente, 8 de enero llega a nevar en la capital aunque de forma débil, haciéndose más extensas las zonas donde caía el blanco elemento, que llega a Huesca, Luego, Segovia y Toledo.
Y es durante la noche del 9 de enero y la mañana del 10 cuando cae una intensa nevada sobre Madrid y buena parte del centro peninsular; para seguir esta situación nada mejor que el detalle proporcionado por el Observatorio Astronómico de Madrid:
Desde las 5 de la tarde del día 9 de enero hasta las 7 de la mañana del 10, ha caído una nevada sin precedentes en Madrid desde el 25 de diciembre de 1864; siendo el espesor medio de la capa de nieve a las 7 de la mañana del día 10 de 20 cms. Esta capa fundida en agua equivaldría a otra cuya altura en milímetros fuera de 16,4.
Este mismo día que nieve en Madrid con intensidad, lo hace en Albacete, Avila, Cáceres, Oviedo, Salamanca, Segovia, Toledo, Zamora, y otros puntos de las dos Castillas, el Cantábrico y Aragón.
La situación se mantiene la jornada del día 11, que vuelve a nevar en Madrid; “el espesor de la capa de nieve formada en la noche precedente ha aumentado la noche del día 11 en 5 cms.” El frío se recrudecía y lo haría aún más al día siguiente cuando en Madrid se iban a alcanzar los -8.9ºC de temperatura mínima.
Los días 12 y 13 la situación mejora ligeramente, con menos precipitación y el frío se mantiene muy intenso en toda España. El 14 vuelve a nevar sobre la capital del Reino siendo “el espesor de la capa caída de 2 cms.”, pero ya a partir de este momento y sobre todo de las jornadas siguientes la situación mejora sensiblemente, las nevadas desaparecen y tan sólo se mantienen las heladas que persisten prácticamente hasta finales de mes ya que los vientos de componente norte seguirán soplando hasta finales de la tercera decena de enero.
Estamos ante una ola de frío de origen polar continental, con vientos que soplaron de forma persistente de componente nordeste, con nevadas generales en el norte y el interior de la Península, copiosas en algunos sitios como Madrid o Toledo, con temperaturas muy bajas y que destacó por la duración del frío (20 días de helada en Madrid) si tenemos además en cuenta que se venía de un mes de diciembre de 1875 con importantes heladas y una reciente invasión de aire continental.
Por lo demás esta década no fue demasiado pródiga en entradas frías. Sí lo serán las dos siguientes.
Enero 1881: entrada fría importante entre los días 1 y 15 de este mes. Origen continental de la misma determina frío intenso y pocas precipitaciones en general.
La temp. desciende a -6.5ºC en Oviedo, -3.6ºC en Bilbao, -11.8ºC en Avila (en este caso se registraron 8 jornadas de nieve), -8.7ºC en Burgos (con 9 días de nevada, -1.5ºC en Santander (2 días de nieve), en Logroño se llegó a -9.0ºC y hubo 6 días de nieve...
Las mínimas en la Meseta Norte se registraron durante los primeros días del mes, hasta el día 5, en cambio en el Cantábrico y Alto Duero las extremas se alcanzaron sobre los días 15 y 16.
Marzo de 1883 Un mes de marzo frío no es nada excepcional en la Península, y éste de 1883 lo fue, sobre todo en las fechas que van del día 7 al 13, cuando los vientos de componente norte dejaron precipitaciones abundantes y nevadas en las comarcas del norte de Galicia, el Cantábrico, norte de Castilla, Alto Ebro, y norte de Aragón y Cataluña.
Esta entrada fría, de origen polar marítimo, de gran recorrido sobre aguas oceánicas, produjo precipitaciones muy importantes en las tierras del tercio norte, pero perdió fuerza a medida que avanzaba hacia el sur y cruzaba los distintos sistemas montañosos, así fue que apenas nevó en Madrid y la meseta sur, aunque sí lo hizo en algunas zonas de Andalucía, registrando Jaén 5 días de nieve, y 3 en Granada capital.
El día 7 nevaba ya en Burgos, Logroño y Pamplona, intensificándose el frío que había comenzado dos días antes. Las nevadas se generalizan a partir de la jornada siguiente, cuando llega a nevar en las costas del Cantábrico de forma abundante, así nieva en Santander y Bilbao, haciendolo también en las tierras castellanas, en Salamanca, Segovia, Soria, Burgos, Palencia y Valladolid. La nieve llegó incluso a la capital donde cayeron apenas 0,5 mm. en forma de nieve.
El día 9 las nevadas se intensifican con especial incidencia en toda la cornisa cantábrica, tanto en el interior como en el litoral, nieva en La Coruña (también nevó en Pontevedra durante dos días seguidos), Gijón, Santander, Bilbao y San Sebastián, lo hace además con cierta intensidad, lo cual se reflejó en la prensa de aquellos días:
A distintas horas de la mañana nevó en Bilbao, granizó y llovió, cubriéndose las calles de una blanca alfombra a eso de las cinco de la tarde (El Noticiero Bilbaíno – 9 de marzo de 1883)
Ayer amaneció Bilbao envuelto en una inmensa capa blanca, pues la nevada que la noche anterior nos regaló la atmósfera fue de aquellas que por lo grandes han dejado memoria en nuestra villa (…) Los barrenderos y otros empleados del ayuntamiento trabajaron activamente con palas y escobas en la limpieza de las calles. (El Noticiero Bilbaíno – 10 de marzo de 1883)
La nevada era general en Asturias, Cantabria y el País Vasco; en Bilbao ya vemos cuál era la situación, pero no difería mucho de la que se encontraban los vecinos de Santander, donde nevaba intensamente, cubriendo jardines y tejados el día 10, o la que se vivía en San Sebastián donde la nevada también muy intensa; las comunicaciones con la meseta se hacían poco menos que imposibles; nevaba también con fuerza en Navarra, Logroño y las provincias norteñas de Castilla y León.
Puede decirse que los peores días del temporal fueron las jornadas del 9, 10 y 11 de marzo, ya vimos cómo las costas y el interior del Cantábrico veían caer la nieve, pero ésta también llegó, aunque con menos intensidad a la ciudad de Barcelona (3 días de nieve), sobre todo el día 9 en que comenzó a nevar a las tres y media de la madrugada, cubriendo la nieve tejados y azoteas y las calles menos expuestas, en los barrios más altos de la ciudad se llegaron a medir más de diez centímetros de espesor ; también nevó en Gerona, y en Albacete, Cuenca y Teruel los días 10 y 11; llegó incluso a registrarse una nevada muy débil el día 11 en Almería capital, también nevó algo más intensamente en Murcia; y sin olvidar que durante todas estas jornadas estuvo nevando intensamente en Burgos, Soria, Logroño, Pamplona, León, Avila y Segovia, Oviedo, etc.
Uno de los elementos más excepcionales de este temporal fueron los 3 días seguidos en que se registró nieve en La Coruña, los días 9, 10 y 11. La ciudad llegó a cubrirse de blanco el segundo de estos días.
En cuanto al frío no fueron unos días de frío excepcional, seguramente como consecuencia que la masa de aire fue de componente marítimo, aunque muy fría no tanto como si se tratase de una invasión de aire siberiano. Aún así se registraron temperaturas muy bajas en todo el interior peninsular, en Madrid concretamente hubo heladas durante 13 días seguidos, desde el 4 hasta el 17, y llegó el mercurio a marcar -8.3ºC el día 11, temperatura sin duda muy fría. También hubo temperaturas por debajo de 0ºC en las costas cantábricas, algo mucho más excepcional, y en general heladas importantes en las tierras altas castellanas y aragonesas.
TABLA XX. TEMPERATURAS MÍNIMAS ALCANZADAS DURANTE LA OLA DE FRÍO DE MARZO DE 1883.
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Albacete Instituto -10.0 11/3/1883
Avila Instituto -11.8 11/3/1883
Bilbao Instituto -2.4 10/3/1883
Barcelona Universid -4.0 11/3/1883
Burgos Instituto -13.0 11/3/1883
Jaén Instituto -2.2 ¿?/3/1883
Huesca Instituto -6.9 11/3/1883
La Coruña -1.4 10/3/1883
Logroño Instituto -5.8 10/3/1883
Madrid Astronómico -8.3 11/3/1883
Molina de Aragón -11.5 10/3/1883
Oviedo Universidad -5.0 ¿?/3/1883
Pamplona Instituto -7.8 10/3/1883
Salamanca Universi -10.4 10/3/1883
San Sebastián Insti -2.0 10/3/1883
Santander Mareógr -0.9 10/3/1883
Segovia Instituto -11.0 10/3/1883
Soria Instituto -14.4 11/3/1883
Teruel Instituto -9.4 11/3/1883
Valladolid Universid -10.0 ¿?/3/1883
Enero 1885: una gran ola de frío siberiano afectó a todo el país durante finales de diciembre de 1884 y enero de 1885. Nos encontramos ante uno de los temporales de frío más intensos de finales del siglo XIX, siendo con seguridad junto con la ola de frío siberiano del invierno 1890-1891, la entrada fría más intensa y general de las dos últimos decenios del siglo.
El frío intenso se inició en toda España durante la tercera decena del mes de diciembre, siendo intenso ya los días de Navidad de 1884. En Madrid se registran -5.6ºC de temperatura mínima el día 25, siendo la mínima absoluta de aquel mes. Pero el frío aunque más intenso estos últimos días de mes, también se había dejado sentir durante todo lo que llevaba transcurrido de diciembre, así en Madrid heló 9 de los 10 primeros días, 8 días de la segunda decena y 8 de la tercera, lo que nos da un total de 25 días de helada; mientras fuertes vientos habían azotado las costas cantábricas desde el día 15, con intensas precipitaciones de lluvia y granizo y el inicio de intensas nevadas en las montañas de acceso de la Meseta, iniciándose los primeros problemas de acceso para los trenes que cubrían los trayectos con Santander y San Sebastián.
En cualquier caso a partir de Navidad, la sensación de frío como hemos dicho, se intensificó y comenzó a nevar en muchos puntos del país. El día 26 nieva en Avila, Cuenca, Gerona, Guadalajara, Salamanca, Teruel, Valladolid y Zaragoza; también lo hizo en la capital del Reino con vientos del NE a partir de las 9 de la noche de este día 26, y se mantuvo nevando hasta el mediodía del día 27, cayendo unos 13 mm de nieve fundida, lo que dejó la ciudad cubierta totalmente por la nevada, aunque no tuviese el manto blanco un espesor ligeramente superior a los 15 cms. más que en parques y jardines.
La tarde del día 28 volvió a nevar en Madrid, acumulándose unos 10 cms. más a la nieve ya caída las jornadas anteriores , mientras las temperaturas se mantenían muy bajas lo que hizo que la nieve se conservase durante estas últimas jornadas del año cubriendo las calles de la capital. Mientras tanto seguía nevando en Avila, Burgos, Cuenca, Guadalajara, Huesca, Logroño, Lugo, Orense, Pamplona, Salamanca, Soria y Zamora; todo el interior peninsular, desde la Meseta Norte hasta La Mancha, pasando por la zona centro peninsular, la nieve hacía acto de presencia, nevando también en el interior de las provincias de Lugo y Orense y comenzaba a hacerlo también intensamente en las regiones cantábricas, llegando hasta las ciudad costeras, leyendo aquellos días;
Ayer (día 27) nevó abundantemente en nuestra villa, en términos de que al cerrar la noche estaban ya cubiertos de nieve los tejados y algunas calles de las menos transitadas (El Noticiero Bilbaíno – 28 de diciembre de 1884)
Mucha nieve cayó en la semana última y mucha persiste en las calles, sostenida por las intensas heladas que han seguido al temporal de nieves. Hasta ayer el frío ha sido tan grandesque se recuerdan pocos años en que se haya sentido tanto, llegando el viernes a bajar el termómetro hasta trece grados bajo cero. (El Ebro – 4 enero 1885)
Para el 29 de diciembre puede afirmarse que buena parte de la Península estaba totalmente cubierta por la nieve, desde las costas cantábricas hasta buena parte del sur peninsular. El final de año fue algo más tranquilo en lo meteorológico, nevaba aún en sitios de la Meseta Norte, como Segovia o Soria, pero las precipitaciones en general habían remitido, aunque el frío se hacía cada vez más intenso a medida que las heladas se agudizaban al encontrarse la atmósfera más despejada; siendo los primeros días de enero de 1885 el frío muy intenso en amplias zonas del país . Durante estas primeras jornadas de 1885 las precipitaciones fueron prácticamente nulas, tan sólo se registraron algunas nevadas débiles y aisladas en zonas de montaña del norte o en las dos mesetas, siendo el ambiente anticiclónico y muy frío.
Sin embargo, y a pesar de esta pequeña mejoría de primeros de año, la situación aún no había alcanzado el momento álgido, y nuevas masas de aire frío continental harían descender las temperaturas de forma excepcional a partir del día 12 de enero, con un régimen de nevadas que se haría general, alcanzando comarcas que hasta entonces habían quedado fuera del régimen nivoso.
Comienza el empeoramiento el día 9, momento en que comienza a nevar en algunas capitales provinciales de Castilla León (Burgos, Avila o Segovia); esta situación se hace cada vez más general y durante la siguiente jornada nieva incluso en Madrid, donde caen 4.6 mm. de nieve fundida, cubriéndose ligeramente el suelo debido sobre todo a las temperaturas gélidas de aquellos días. Nieva también en otras capitales del centro peninsular, en Cuenca, Guadalajara y Toledo.
La situación más intensa no llega hasta el día 13, cuando una masa de aire muy frío entra en la península y genera una caída en las temperaturas muy acusada al menos hasta el día 22 de enero.
El día 13 nieva en Avila, Burgos, Cuenca San Sebastián y Soria; esta lista se irá haciendo más extensa a medida que el frío invada todo el país, llegando al sur y al Levante. El día 14 nieva débilmente en Madrid, y más intensamente en todas las ciudades y pueblos del litoral cantábrico y en las montañas del norte;
Ayer al cerrar la noche dio principio a nevar copiosamente, el cariz de la atmósfera parecía indicar que estamos amenazados de fuertes nevadas (El Noticiero Bilbaíno – 15 enero 1885)
Cuando todavía estaban las calles cubiertas por grandes capas de nieve, petrificada por las heladas, hace unos días que volvió a empezar a nevar, sin haber parado sino a cortos intervalos, de suerte que puede decirse que puede medir el espesor de la nieve más de un metro por igual, habiendo sitios donde el viento ha reunido grandes neveros (El Ebro – 18 de enero de 1885)
Pero este día 14 nevaba también en Avila, Burgos, Cuenca y Guadalajara; y lo más importante, comenzaba a nevar en Lérida y también en la Ciudad Condal, también lo hizo en Castellón. Al día siguiente se mantenían las nevadas en la practica totalidad del país, más intensas en el norte y algo más moderadas en el este y el sur. Nevaba nuevamente en Castellón y también lo hacía en Valencia. Al mismo tiempo el ambiente se hacía cada vez más frío, sobre todo a partir del día 15 y comenzaban a registrarse algunas de las temperaturas más bajas de aquellos años, haciéndose el frío tan intenso que se produjo la congelación total de muchos ríos de la meseta norte y otros ríos menores en otras regiones peninsulares.
TEMPERATURAS MÍNIMAS ALCANZADAS EN LA GRAN OLA DE FRÍO DE ENERO DE 1885.
OBSERVATORIO TEMPERATURA (ºC) FECHA
Albacete Instituto -21.0 16/1/1885
Alicante Instituto -6.2 16/1/1885
Avila Instituto -17.5 18/1/1885
Badajoz Instituto -7.5 17/1/1885
Barcelona Universi -3.8 16/1/1885
Burgos Instituto -21.0 20/1/1885
Cáceres Instituto -6.4 17/1/1885
Cartagena Politécn -0.6 18/1/1885
Coimbra Universida -2.6 17/1/1885
Granada Universid -6.0 17/1/1885
Huesca Instituto -9.0 16/1/1885
Jaca EE. Pías -14.7 17/1/1885
La Coruña Instituto -1.2 17/1/1885
León Instituto -17.0 18/1/1885
Logroño Instituto -10.4 1/1/1885
Lugo Instituto -12.0 19/1/1885
Madrid Astronómico -11.9 17/1/1885
Manresa Jesuitas -9.4 15/1/1885
Molina Aragón EE. -26.8 16/1/1885
Oña PP. Jesuitas -18.3 19/1/1885
Oporto Esc. Medica -0.1 17/1/1885
Pamplona Instituto -18.0 20/1/1885
Pontevedra Institu -3.7 17/1/1885
Salamanca Universi -15.1 19/1/1885
San Sebastián Insti -4.5 15/1/1885
Sevilla Universidad -4.2 17/1/1885
Soria Instituto -18.4 16/1/1885
Tafalla EE. Pías -15.0 ¿5?/1/1885
Teruel Instituto -20.4 16/1/1885
Valencia Universid -7.0 16/1/1885
Valladolid Universid -21.0 19/1/1885
Zaragoza Instituto -7.6 17/1/1885
Nos da una idea de lo que ocurría por aquellas fechas en España, si hacemos un resumen de noticias aparecidas en la prensa española de aquellas fechas:
“Enorme nevada en Vitoria, la mayor en muchos años”
“Ayer amaneció Bilbao cubierto por una inmensa capa de nieve que quedó deshecha, la de las calles, por las mangas de riego y encargados de la limpieza pública” (El Noticiero bilbaíno – 15 de enero de 1885)
“grandes nevadas en la parte alta de Santander, se habla de más de 3 metros de nieve”
“Don Alfonso ha llegado a Málaga, en donde ha nevado mucho” (El Aviso - 16 de enero de 1885)
“Según noticias de Puigcerdá toda aquella comarca se halla incomunicada por causas de las nieves. El pan se ha helado y muchas aves de corral quedaron el lunes con las patas heladas. Los pájaros caen muertos de frío bajando los lobos a los pueblos del llano” (El Noticiero bilbaíno – 21 de enero de 1885)
“Es tan intenso el frío que se siente en Valladolid, que se ha helado el Pisuerga de tal modo que la gente lo atraviesa a pie y sin cuidado alguno, pues el hielo es de gran espesor” (El Noticiero Bilbaíno – 21 de enero de 1885)
“Escribo a ustedes bajo la horrible impresión de una desagradable temperatura ocasionada por las nieves que no cesan desde hace un mes, y cuya capa mide casi tres cuartas por igual. El termómetro ha venido indicando por el día de 10 a 12 grados bajo cero, En la noche del jueves último descendío a 19 el viernes a 15 y en la madrugada de hoy 18 de enero, está a 23. se ha helado en la cocina el agua de los cántaros y tinajas, en los dormitorios, las orinas y en el lavabo, las gotas salpicadas en el mármol se han congelado en el instante como la cera” (carta enviada por un lector burgalés a El Noticiero Bilbaíno)
Los relatos, noticias e informes de aquellos fríos extremos de enero de 1885 son innumerables, igualmente los datos de nevadas enormes con espesores de más de tres metros en los puertos que separan las tierras cantábricas de las castellanas, la aparición de alimañas y lobos en los pueblos, incluso en las cercanías de muchas capitales del norte peninsular; todo ello muestra de un temporal verdaderamente excepcional, con heladas de los ríos no vistas desde los fríos del invierno 1870-1871, y con la nieve en sitios poco frecuentados por el blanco elemento.
Siguió nevando los días 17, 18 y 19 en muchos puntos de España, a partir de ahí el temporal dio muestras de agotamiento, y comenzó a partir del inicio de la tercera decena de enero una recuperación rápida de las temperaturas acompañada por el cambio de los vientos a componente oeste.
TABLA XX. DÍAS DE NIEVE REGISTRADOS EN OBSERVATORIOS PENINSULARES EN LOS QUE NO SUELEN PRODUCIRSE NEVADAS
OBSERVATORIO DÍAS DE NIEVE
Badajoz Instituto 1
Barcelona Universid 2
Valencia Universida 5
Alicnate Instituto 1
Cartagena Politécn 1
Málaga Instituto 1
Caceres Instituto 2
Sevilla Universidad 1
TEMPERATURAS MÍNIMAS Y MEDIAS ACANZADAS EN MADRID ASTRONÓMICO DURANTE LAS JORNADAS DEL 11 AL 20 DE ENERO DE 1885.
FECHA TEMP. MÍNIMA TEMP. MEDIA
11 1.2 4.0
12 0.0 3.1
13 -4.2 1.1
14 -4.2 -0.2
15 -7.6 -2.7
16 -8.5 -4.2
17 -11.9 -3.9
18 -9.7 -2.5
19 -7.3 -0.2
20 -6.5 0.2
Durante esta ola de frío se produjo una gran nevada en Valencia. Artículo sobre este acontecimiento se puede encontrar en el Calendario Meteorológico del año ... (no me acuerdo y ahora mismo no lo encuntro !!)
Febrero de 1887 durante este mes se produjeron nevadas generales que afectaron a buena parte del país y fueron muy intensas en puntos del Cantábrico, meseta norte, la Mancha y Cataluña.
La situación de precipitaciones comenzó sobre el día 9 y fue haciéndose más general en las jornadas siguientes. Las temperaturas fueron frías aunque no tanto como en otras olas de frío de aquella década, aún así en el Observatorio de Madrid capital heló todos los días desde el primero de mes hasta el día 25, un período muy extenso de heladas, siendo algunas de ellas muy fuertes como la caída el día 11 de febrero con -9.0ºC, temperatura que se había alcanzado ya el 3 de enero .
Aunque en esta ocasión lo más destacado de la situación fueron las nevadas, generales e intensas en muchos sitios de la Península, cayendo la nieve de forma persistente durante cinco o seis días seguidos en muchos casos.
Entrando en un análisis más detallado del temporal, es de destacara las nevadas intensas de todo el cordón montañoso del área Cantábrica, con espesores en los puertos que separan la región de Castilla, de más de tres metros de espesor, la nieve llegó a la costa y cuajó en ciudades como Santander o Bilbao, aunque el alto grado de humedad hizo que desapareciese rápidamente; mientras en las dos castillas la nieve fue general y moderada en todos los casos, siendo especialmente persistente en algunas capitales de Castilla y León. Caso a parte merece Cataluña, que sufrió un temporal muy intenso de nieve, con fuerte viento de levante, nevando en Gerona y Barcelona de forma inusualmente intensa. En la Ciudad Condal la nevada superó los 20 centímetros de espesor el día 10, siendo una de las nevadas más grandes de finales del siglo XIX.
Sin embargo en Madrid, en esta ocasión la nieve hizo acto de presencia muy débilmente el día 10, con una precipitación inapreciable, y volvió a caer algo más intensamente los días 14 y 15 en que se recogieron en total 5.7 mm. lo que dejó sobre las calles un espesor de algo más de cinco centímetros del blanco elemento, que salvo en parques, jardines y otras zonas protegidas, desapareció prácticamente al insta