Nuestro querido Vicente Aupí publica la siguiente información en el diario "Levante-EMV":
Un estudio internacional prevé un invierno lluvioso en la Comunidad [Valenciana]
El centro Hadley pronostica un trimestre húmedo y frío por la oscilación atmosférica del Atlántico Norte
Vicente Aupí, Valencia
El centro Hadley, especializado en investigaciones climatológicas internacionales, predice que el trimestre enero-marzo será lluvioso y más húmedo de lo normal en una gran franja de la vertiente mediterránea española, incluida la Comunidad Valenciana. Esta previsión está basada en los informes para 2006 sobre la denominada Oscilación del Atlántico Norte (NAO), relativa a las condiciones atmosféricas en esta parte del océano, que este año se espera negativa.
Aunque quedan muchos aspectos por investigar, desde hace décadas los climatólogos han podido asociar las oscilaciones de la NAO con las condiciones atmosféricas reinantes en cada parte de Europa. Así, está descrito que una NAO negativa, como la de este año, suele dar inviernos más lluviosos de lo habitual en España, mientras que en esta misma situación la estación tiene un comportamiento más seco en la zona norte del continente, debido a que los sistemas frontales de precipitación bajan de latitud.
El centro Hadley, considerado como uno de los de mayor prestigio en la materia, pertenece al Met Office de Gran Bretaña, el organismo que ejerce en aquel país las funciones que realiza en España el Instituto Nacional de Meteorología (INM). Su predicción, en cualquier caso, debe tomarse como una referencia orientativa, ya que se trata de pronósticos aún experimentales, si bien es cierto que para este invierno se da por hecho de forma generalizada que la Oscilación del Atlántico Norte será negativa.
El centro científico prevé, asimismo, que en la zona mediterránea española las temperaturas de este invierno se muevan en torno a los valores normales, aunque para el conjunto de España predice un invierno más frío.
Los índices de la NAO -positivo o negativo- se refieren a las oscilaciones de la masa atmosférica en el Atlántico norte. En una NAO positiva se refuerzan simultáneamente las altas presiones de origen subtropical y las bajas presiones de la zona polar, lo que en Europa se traduce en inviernos húmedos y lluviosos en el norte del continente y en una estación seca y con escasas precipitaciones en la península Ibérica. En esta fase se produce un notable gradiente barométrico, con grandes diferencias de presión entre una zona y otra, que favorece el desarrollo de sistemas frontales en dirección noreste, que afectan a los países septentrionales.
En cambio, si la NAO es negativa, como ocurre este invierno, tanto la baja polar como las altas presiones subtropicales pierden fuerza y disminuye la diferencia de presión entre una zona y otra. Por ello, las perturbaciones bajan de latitud y aumentan las precipitaciones en el sur del continente, como prevé el Hadley este invierno para España.
Para calcular los índices de la NAO se cotejan los valores de presión atmosférica entre observatorios de dos zonas atlánticas de gran importancia: Islandia y las islas Azores, aunque hay centros de investigación que en vez de usar estos últimos compara los datos islandeses con los de Gibraltar.
¿Sequía plurianual?
Estas previsiones, no obstante, llegan en el momento en el que el Instituto Nacional de Meteorología considera que, desde el punto de vista climatológico -no sólo desde el hidrológico-, ya se puede hablar de sequía en el conjunto del Estado. Ha transcurrido más de un año con déficit de precipitaciones en cuencas como las del Júcar y el Segura, y ese tiempo es el margen de referencia para considerar la existencia de una sequía.
Asimismo, como adelantó Levante-EMV el pasado viernes, desde el INM se considera que las precipitaciones de este invierno se moverán en los valores normales -aunque no inferiores- para le época, por lo que no se podrá compensar el déficit de precipitaciones. El Ministerio de Medio Ambiente advirtió días atrás que 2006 puede ser todavía más seco que 2005. Sin embargo, en el seno del INM esa es la gran incertidumbre actual, y los próximos meses serán decisivos al respecto, tanto en invierno como en primavera. Algunos climatólogos consideran que hay claros indicios de que estamos en un ciclo de sequía plurianual, como los que se dieron en la vertiente mediterránea en los periodos 1978-80 y 1993-95, que hicieron bajar a mínimos históricos los caudales en las cuencas del Júcar y el Segura.
Contrastes otoñales
Los periodos de sequía no sólo no siguen una pauta uniforme en los ciclos del clima, sino que además marcan notables contrastes dentro de la Península. En el actual ciclo seco no se trata únicamente de las tradicionales diferencias entre la España seca y la húmeda, sino que se han hecho patentes dentro de la propia vertiente mediterránea. Así, tanto en la Comunidad Valenciana como en Murcia y el resto del litoral sur mediterráneo, las precipitaciones del pasado otoño han estado por debajo de lo que debía haber aportado la que en condiciones normales debe ser la estación más lluviosa del año.
Sin embargo, en gran parte de Cataluña el trimestre septiembre-noviembre -lo que se considera como otoño meteorológico- ha sido muy húmedo, hasta el punto de que en diversas zonas de la provincia de Girona las cantidades recogidas en el trimestre han duplicado los promedios habituales del otoño.