Además de que la mayor/menor proximidad al continente influye en la variabilidad entre inviernos extremos, añado que en febrero, el mes de las grandes olas de frío por excelencia, se notará más este contraste que en diciembre o enero.
Que estés a nivel de mar o a 1700 m no influye en este parámetro de variabilidad.
Yo creo que sí influye:
Un mes invernal dominado por situaciones estables, esto es, aire cálido en altura y altas presiones, será efectivamente cálido en observatorios de montaña, pero en zonas bajas los procesos de irradiación e inversión con régimen de heladas y nieblas puede dar la vuelta a la tortilla y dar un mes con anomalía negativa (eneros de 1989, 1992 ó 2000).
En cambio, una advección fría se nota tanto más cuanto más elevados estemos, de modo que, por ejemplo, en febrero de 1956, la diferencia habitual entre Madrid y el Pto. de Navacerrada se acrecentó.