Es altamente probable que las emisiones antrópicas de CO2 han influido en el clima de los últimos 150 años (desde el comienzo de la revolución industrial) y probablemente también influirán en el clima en el futuro. Pero seguimos sin conocer la respuesta a la pregunta crucial: ¿la influencia antrópica provoca que las alteraciones del clima salgan de sus umbrales de variabilidad natural? ¿En cuánto? ¿Principalmente?
Dado que el 100% del aumento de CO2 atmosférico desde la revolución industrial es de origen antrópico, los divulgadores de la crisis climática concluyen que el 100% del calentamiento global observado es también de origen antrópico. Permítanme que les adelante que esta “regla de dos” es perfectamente absurda.
Y sin embargo esa suposición es la que permite afirmar que todos los fenómenos climáticos extremos de nuestros días son debidos a la acción humana. ¡Qué tontería sin sentido! Como si no hubiera habido extremos climáticos en el siglo XIX, o en los siglos anteriores. En opinión de muchos investigadores incluso claramente más de los que hay hoy en día. No olvidemos que, hasta hace dos días, al siglo XX se le conocía como el “siglo de la bonanza meteorológica”.
¿Qué clima es el óptimo? La historia de la humanidad nos enseña que, salvando pequeñas diferencias locales, las épocas más cálidas han supuesto siempre grandes avances evolutivos y civilizatorios. Por ejemplo, el “Óptimo Climático Romano” o el “Óptimo Climático Medieval” fueron épocas de florecimiento cultural y social. Los enfriamientos intermedios contribuyeron significativamente a la aparición de grandes movimientos migratorios y la “Pequeña Edad de Hielo” se caracteriza por las grandes hambrunas de la época. Hoy, con un grado centígrado más que hace 150 años estamos claramente mejor que en el siglo XIX. ¡Por este calentamiento deberíamos estar agradecidos, sea cual sea la causa!https://disidentia.com/carta-a-los-divulgadores-de-la-crisis-climatica-y-nuestros-jovenes/Por cierto, me gustó este primer comentario:
<<Toda la cháchara sobre el calentamiento ha desbordado la polémica científica y está presidida por la política cratológica, cuyo fundamento último es el miedo. La Ciencia “no es un asunto que se pueda resolver democráticamente”, señala con acierto el autor del artículo. El “consenso científico” significa la apropiación política de la Ciencia. Dejemos los apasionantes asuntos científicos fuera de la política.>>