Y tiene más razón que un santo el hombre, pero bueno, en nada tendremos la tira de comentarios de que es un subvencionado, de que lo que quiere son más fondos y bla bla bla, y al final de todo, lo peor, es que la casa sigue sin barrer. Pero güeno, es que somos "asin", vamos de que nadie nos la dá, y al final solo hacemos el ridículo, muy tipico de la peineta cañí. Está de moda y es cool negar ahora eso, así parece que sabemos más.