Llamativo por lo políticamente incorrecta actuación de la antártida... pero no porque no haya precedentes.
Recordemos, que en la famosa expedición de Shackleton en el Endurance en 1914, estuvo encallado en la banquisa del mar de Weddell dos veranos antárticos. Que no se desheló contra cualquier previsión o expedición anterior por la zona.
Leyendo las historias de las expediciones antárticas desde Ross hasta Shackleton, pasando por las de Scott, se observan grandes fluctuaciones en la banquisa. Y se cuenta como muchísimos kilómetros cuadrados de mar helado hasta el horizonte, desaparecían con una tormenta en una sola noche y de que manera tan significativa afectaban los vientos dominantes y las corrientes sobre el mantenimiento de la misma.
Lo digo porque veo una tendencia a linealizar (y casi diariamente) las fluctuaciones de superficie de ambas banquisas con una correlación directa con temperaturas para concluir en un SÍ/NO cámbio climático.
A menudo, se lee en aquellas expediciones, como igual una ventisca huracanada de mayor tempertura era la que impedía el congelamiento y a veces con otras ventiscas de temperturas extremadamente bajas, según su orientación producían el mismo resultado. Podemos leer también, sobre retrocesos en frentes de graciares de MILLAS entre dos expediciones distantes pocos años.
Quizá hay que dejar respirar más a la naturaleza antes de diagnosticar que está enferma. Aunque hay que estar atentos.