Está claro que tenemos un concepto diferente de la utilidad de los modelos. Es cierto que hay múltiples parámetros que influyen en la temperatura global, pero los importantes no son tantos y se conocen aceptablemente bien. Eso es lo que nos permite saber el porqué y el como reaccionaba el clima en el pasado lejano a escala global ante los diferentes factores principales.
Un modelo no es la realidad, solo es un intento de representación y lo primero es conocer esa realidad, pero no hay ni datos fiables de temperaturas por ejemplo del mar, que es 3/4 partes de la superficie, más allá de unas pocas décadas, y lo mismo de otras variables como corrientes oceánicas, temperaturas a distintas profundidades y alturas, variación de la nubosidad o precipitaciones, etc. Más atrás de esas pocas décadas solo hay datos limitados y en zonas muy limitadas. En la historia del planeta solo es un pequeño destello sobre el que se pretende construir una representación y eso no es conocer algo aceptablemente bien. Es conocer una pequeñísima parte aceptablemente bien y del resto no saber gran cosa.
Lo que si es difícil pronosticar son las anomalías derivadas de la variabilidad caótica. Pero estas son menores en comparación con los forzamientos básicos, entre los cuales actualmente y en las últimas década domina el de las emisiones humanas. Es la única forma de explicar un aumento de la temperatura media global tan marcado en un contexto tardoholocénico de lento enfriamiento, sin cambios astronómicos, con una actividad solar actual en mínimo, una actividad volcánica sin diferencias significativas y ciclos en las temperaturas oceánicas sin efectos conbalances neutros.
Además de conocer la realidad de una forma fiable, habría que conocer todos los factores que hicieron que fuese cambiando, y no limitarse a arreglar un modelo para que coincida con los datos. No se puede saber si los efectos de las variaciones caóticas son mayores o menores que los normales por que las consecuencias de ambos aparecen mezcladas, y no se sabe bien lo que corresponde a cada cual, se asignan esos efectos mediante un artificio a conveniencia. Se está reemplazando lo desconocido con un arreglo a la medida, y existe una probabilidad más o menos remota de que el resultado sea algo totalmente distinto, con lo que cambiaría también el reparto, a lo mejor la situación actual es la más improbable de entre todas las posibles, pero como solo sucede una vez es la que ha tocado.
Si acudimos a las mediciones satelitales (NASA-GMSL) del nivel del mar global, tenemos que desde 1992 (inicio de medidas) hasta la actualidad, la tasa de aumento es de +3.2 mm/año
Con las mediciones de satélite pasa un poco lo mismo, la máxima precisión de los satélites Topex, Poseidon, etc. con los que se ha medido eso es de
4.2 cmEso quiere decir que el nivel medio del mar podría no haberse movido absolutamente nada en esos 26 años desde 1992, cero coma cero milímetros, y con esa precisión de 4,2 cm no habría forma de saberlo.
Y eso, contando alegremente con que las calibraciones con los mareografos sean perfectas y que olas, corrientes, viento, ecos, interferencias atmosféricas, órbitas y ciclos anuales o de cualquier otro tipo no afecten a la precisión, que no va a ser así. Suena a medidas exactas, indiscutibles o algo, pero la realidad es más complicada.