No acabo de ver laderas interminables de Pinus halepensis en el pasado reciente del arco este peninsular, sino más bien un mosaico en el que las quercíneas ocupaban las zonas de mejor suelo y las coníferas colonizaban crestas rocosas, arenales y demás ambientes más duros desde el punto de vista de la fisiología vegetal.
Efectivamente coincido plenamente en este punto, un paisaje en mosaico y también grandes extensiones de bosque mixto de pinos y encinas, de los que hay todavía buenos ejemplos en muchas de nuestras sierras (Sierra de segura por ejemplo).
El problema es que esos buenos suelos y zonas llanas, óptimas para el encinar o el bosque mixto están todas roturadas y dedicadas al cultivo, así que lo que nos queda para repoblar son laderas estériles y expuestas y zonas de suelos muy pobres.
Por otro lado, los estudios más recientes sobre reforestaciones en medios áridos abogan por partir desde la coscoja, nada de pinos ni encinas. Se está cuestionando mucho el papel del pino carrasco como facilitador para otras especies de mayor rango en la sucesión.
Desde luego que en una buena restauración de la vegetación en un lugar completamente degradado, partir de los niveles más básicos de la sucesión ecológica es lo mejor. En este caso que contamos con la ayuda extra del waterbox, intentar introducir directamente la cabeza de la serie no me parece tan mala opción, aunque desde luego habría que reintroducir también muchos elementos que se han perdido: coscojas, espinos o incluso atochas y romeros. Y desde luego no plantar los pinos en hileras (como se aprecia en la foto).
El texto que aporta Black Mirror es interesante desde luego, pero hecho en falta más datos concretos y ejemplos. Y más importante que el efecto del pino en sí como especie yo creo que es la forma de plantarlos, como también dejan entrever en dicho estudio. Si aterrazamos la zona y metemos densidades extratosféricas, lo único que vamos a conseguir es un cultivo de pinos monoespecífico, que además esta compitiendo consigo mismo y por ello no prospera más allá de los 2 metros.
Si introducimos una masa abierta de pinus, sin alterar los matorrales circundantes, no creo que la presencia del pino vaya a dificultar la introducción de otras especies.
Por otro lado hablan de la alteración del perfil hídrico del suelo, y pregunto yo, si se hubieran introducido encinas, robles.... no la alterarían igualmente?
Al igual que masas monoespecíficas de pinos estancadas en esos 2m, también hay extensos chaparrales en condiciones muy parecidas y bajo los cuales crecen pocas plantas.
Y desde luego hay que tener claro que un matorral casi siempre alberga mayor diversidad que un bosque, sea del tipo que sea. Acaso hay muchas cosas bajo nuestros queridos hayedos, o en los encinares más densos?