Bueno, pues este es mi resumen de este episodio.
El sábado por la mañana el aspecto de la Sierra de Guadarrama desde la salida norte de Colmenar Viejo era más que prometedor:
Unas
wenas koliflores habían crecido ya antes de comer, muy buena señal, con lo que tiramos para arriba, con el traje de
KOKAM, yo con un mono de tormenta serrana madrileña que no veas…!
Después de comer en Bustarviejo (muy bien por cierto), salimos a pasear por las cercanías, la cosa se había desinchado un poco, pero de repente empezó a oscurecer y unos gruesos goterones interrumpieron el paseo. El olor era increible, y el fresquito se agradecía. Una tormenta nos alcanzaba desde el SW, siguiendo la ruta habitual. Tuve la oportunidad de cambiar impresiones con algún paisano en el bar donde nos refugiamos, fue muy instructivo...
La tarde se cerró en agua, aunque no fue muy espectacular, varios rayos y poca precipitación por Colmenar Viejo. Lo más destacable, el intenso
olor a tierra mojada, que desde hacía tiempo no disfrutaba.
El día siguiente, de vuelta a Valencia, pudimos disfrutar de otra tarde tormentosa. Por lo menos vimos diez o doce focos distintos a lo largo del camino, dos de los cuales nos pillaron de lleno. Uno cerca de Tarancón y el otro ya llegando a Valencia, en la zona de Requena.
Aquí os enseño uno que pillamos de refilón, con unos contrastes que me gustaron mucho:
Más coliflowers y cortinas de lluvia a troche y moche:
Esta foto está movida, pero me gusta:
Más contraluces ya en la zona de Requena, donde un potente foco dejó bastante agua:
Se puede ver perfectamente la cortina gris de precipitación, sin granizo:
Ya desde la bajada de Buñol empezó a despejar, y dejamos atrás la tormenta. Aquí se puede ver el impresionante Cb. Desde este punto hasta la costa alguna nube y poco más:
Esto es todo, CumulusHumilis.