la cantidad promedio de vapor de agua en la atmósfera se mantiene mas o menos constante gracias a la autoregulación provocada por el ciclo del agua.
No. La cantidad total de vapor de agua y su distribución en superficie, altura y hora del día son diferentes e irrepetibles para cada instante, como puede comprobar cualquiera simplemente mirando hacia arriba. Los ciclos se adaptan a esas condiciones cambiantes también de forma irrepetible, dentro de esa irrepetibilidad aparecen tendencias en cualquier dirección pero nunca hay una cantidad global de vapor de agua constante en la atmósfera, que depende de factores muy complejos como para poder modelizarlos siquiera. Decir que es constante vendría muy bien para justificar tal o cual teoría, pero resulta que no, ni los ciclos son perfectos ni son siempre iguales.
a menor temperatura menor capacidad de la atmósfera para contener vapor de agua
El comportamiento del vapor de agua es más complejo que eso. De bajar la temperatura media se saturaría más el aire y de subir sucedería lo contrario, pero además existen una serie de situaciones más complejas, por ejemplo si al aire saturado se le añade más humedad entonces se forman unas cosas que se llaman nubes, de comportamiento impredecible a medio plazo y que tienen la característica de reflejar aleatoriamente tanto la radiación infrarroja que les llega desde el suelo como la directa que les llega desde arriba en diversas longitudes de onda, y, dada aquella impredecibilidad, realizar un modelo termodinámico global de momento supera a la imaginación.
De esto se deducen varias conclusiones, podemos generar tanto vapor como queramos que la cantidad que quedará en la atmósfera será la misma que si no lo hubiésemos hecho y sus efectos sobre la temperatura media terrestre por ende son despreciables (valga aclarar que estamos hablado de desviaciones, no del valor absoluto).
Esa afirmación es falsa. Si hay una selva enorme y van unos señores y la desertizan, desaparece la humedad que constantemente generaba la vegetación y las temperaturas suaves desaparecen con ella y el calor que por la noche rebotaba en aquel vapor de agua se perderá en el espacio. Y eso hay que contabilizarlo en el total, nos guste o no. La cantidad global de vapor de agua cambia continuamente a otra cantidad distinta, por zonas y globalmente, y muchas veces "antropogénicamente", tanto más cambia cuanto mayores sean las áreas afectadas por plantaciones, desertizaciones, regadíos, canalizaciones, desecaciones, embalsamientos, ciudades, etc. Al que le parezca que el efecto es despreciable, que pruebe a pasar la noche en una selva o en un desierto en la misma latitud, condiciones, etc. y verá como, a lo peor literalmente, se congela de frío por mucho que cuente con el CO2 para protegerse. Así que ese efecto que queremos despreciar resulta que va a ser mucho mayor mismamente que el que queremos medir, por lo tanto vamos muy mal. Vamos mucho mejor si despreciamos el CO2, que al menos es un factor enormemente más pequeño.
en lo que se basan muchas de la predicciones que prevén un aumento de la la temperatura se basan en el feedback (realimentación) positiva por vapor de agua en el sistema climático. Por ejemplo, se pronostica una temperatura media global 2ºC superior a la actual para el 2100, de ese aumento el CO2 es responsable por ejemplo solo de 0.3ºC el resto del aumento estará dado por el aumento de la concentración de vapor de agua en la atmósfera.
En la base de esas predicciones hay algo impredecible por definición (el comportamiento del vapor de agua) y por lo tanto tienen poca fiabilidad. Nadie puede negar seriamente que sería posible lo que pronostican, pero tampoco nadie puede negar seriamente la posibilidad de que suceda justo lo contrario.