Buenos días,
Qué interesante fue la conversa de ayer tarde porque nos mostró varias cosas interesantes en esto del análisis de modelos: lo primero, que todas las principales intervenciones de los compañeros son muy valiosas. Yo admiro a la gente que se esfuerza por escribir bien, comunicar lo que es casi incomunicable (por lo complejo del asunto) y que transmite pasión y emoción por un tema. Son, en este contexto actual de empobrecimiento intelectual, especies en extinción, así que....bravo.
Lo segundo es que, efectivamente, lo escrito puede malinterpretarse y, seguro, sentados en una mesa con una cerveza o refresco, todo sería diferente. Es también "la magia" del foro
Lo tercero, y más personal mío, es que el análisis de modelos y la interpretación de sus sugerencias no puede nunca prescindir de esa componente subjetiva que tiene el ser humano. Es ciencia, de acuerdo. Pero la interpretamos los humanos. Y que haya sesgos subjetivos es lo más normal del mundo. Se ha comentado por aquí más de una vez con acierto. Es, si se me permite, hasta deseable que así sea. Porque un seguimiento exclusivo de lo que marcan los números haría decaer, en mi opinión, una de las esencias de esta pasión: la sorpresa. Y, de hecho, todos estaremos de acuerdo en que una de las frases míticas que todos recordamos como apasionantes es: "menudo salidón se ha sacado el gfs/europeo de la manga" o "tremenda salida, surgida casi de la nada, nos regalan los modelos esta mañana". Son frases reales, fruto de los giros inesperados de guión de la meteo, que se han cumplido después de una manera u otra y que, a mi parecer, crean la auténtica afición.
Los que tenemos ya canas hasta en los lugares más insospechados recordamos siempre que el amor por esta disciplina y todas sus componendas nos viene, precisamente, de algunos eventos históricos jalonados de muchos años de espera paciente. No creo exista afición (o vocación) que se cueza a tan fuego lento como la nuestra. Somos únicos.
Por eso, nunca me cansaré de reivindicar la importancia de no perder jamás la ilusión, aunque años como el 2022 nos curta aun más con esperas inconclusas, anomalías térmicas excesivas o episodios fallidos y antipáticos.
Y, sobre todo, aunque los supeordenadores y su sinfín de cálculos nos provea de avances indiscutibles, que nunca perdamos por favor esa inocencia casi ciega de aquellos niños o jóvenes que miraban ojipláticos a mapas rudimentarios que tanto tardaban en cargarse bajo ruidosas conexiones a internet para descubrir finalmente una configuración atmosférica prometedora...o no.
Sigue, entre tanto, intacta la probabilidad de que entre el domingo y el lunes el flujo húmedo del oeste-noroeste deje adentrarse las lluvias hacia el interior, con acumulados que suelen sorprender en ocasiones en el arco subbético y penibético (tirando también de localismo que para eso soy también humano, jeje).
Las isos disparadas que llegarían después son verdaderamente inquietantes, aunque probablemente (ojalá) sean rebajadas tras las frecuentes exageraciones a las que GFS nos tiene acostumbrados. Después de eso, en los confines de los plazos extendidos...todo sigue siendo posible.
Saludos (y gracias por tanto aprendizaje)