En muchas ocasiones, circulando por la N-120 de Burgos a Logroño y viceversa, he admirado los densos bosques y vallejos de la zona de los Montes de Oca. Este sábado, aprovechando una tarde libre en Burgos con la que no contaba, me acerqué a Villafranca para hacer la ruta del alto Oca, circular y de unos 15 km, que parte desde allí.
Una vez completada la primera subida entre pinos y robles, me llegué hasta un mirador desde el que se observaban, nítidas y cercanas, a la par que inusualmente faltas de nieve para estas fechas (como tanto estamos comentando todos por aquí), algunas de las cumbres más emblemáticas de la Demanda, como el San Lorenzo, el Torocuervo, el Otero, el San Millán, y el Trigaza. Allí fue donde me dí cuenta de que me había dejado la tarjeta de la cámara en el ordenador, por lo que no pude hacer fotos que poneros hoy aquí, y fue una verdadera lástima, porque el paseo fue rico en paisaje y en diversidad botánica. El camino lleva, por masas de pino albar y rebollo, hasta la presa de Alba, cuyo nivel está bastante bajo, allí el terreno cambia, apareciendo imponentes roquedos, entre los cuales fluyen riachuelos formando gargantas y paredes verticales. A esa altura del paseo la vegetación es la propia de otras hoces como las del Ebro, Rudrón, río Lobos, Duratón o Riaza, con sabinas desperdigadas asomadas a los precipicios, agarradas a suelos difíciles. En las zonas de umbría pequeñas manchas de hayedo aprovechan pendientes con suelos más profundos. Tras subir y bajar unas cuantas cuestas, atravesando un par de ríachuelos, y después de atravesar extensos rebollares pródigos en corzos y jabalíes, se llega de nuevo a Villafranca.
A pesar de que sus elevaciones no son destacables cartográficamente, el paisaje ofrece variedad de bosques y vistas estupendas, con los gigantes de la Demanda visibles desde los puntos altos. Le debía una visita a este paraje desde hacía mucho tiempo, y no me ha decepcionado en absoluto, todo lo contrario, me ha sorprendido muy gratamente. Lástima de fotos.
Un saludo