He recibido un correo que me he partido de risa que me ha hecho reflexionar un poco sobre estas discusiones que nos traemos por aquí.
Existe gente que cuando algo socialmente aceptado y legal no le parece bien, vive y deja vivir y se limita a no ejercer ese "algo". Piensa que ya morirá por si mismo, a su debido tiempo.
Pero existe otro tipo de personas, que cuando ese algo no le parece bien, se creen en posesión de una verdad que les empuja a prohibir eso que no les parece bien. Porque se sienten moralmente superiores a los demás.
Creo que todos los debates de toros, caza, armas... que se han dado por aquí parten de esta base.
Que cada cual se de por aludido en sus planteamientos. Yo no cazo pero defiendo el derecho a cazar del que le gusta, me identifico más con el primer grupo. En última instancia y al contrario de lo que pudiera parecer, me parece una postura más tolerante que la de los segundos.