Hola de nuevo,
esto que vais a ver a cotinuación es un TESORO,
me lo manda Aurora una forista de Alcañiz, amante de la meteo, que me tiene totalmente al día de los acontecimientos que ocurren en referencia a los dos episodios de Alcañiz y que desde aquí le agradezco con todo corazón. Se trata de un Romance sobre otro tornado que ocurrió en Valdealgorfa el 11-Julio de 1748. Atentos, no tiene desperdicio. Esto es el extracto del correo de Aurora:
'SUCESO EXTRAÑO EN VALDEALGORFA'
Extracto sacado del Romancero Aragonés (parte 2ª, pag.420, romance nº 348), que trata de un fenómeno ocurrido el 11-07-1748 en Valealgorfa (Teruel).
Citamos textualmente:
"Verdadera relación y curioso romance en que se declara como apareció sobre el lugar de Val de Algorfa, distante dos leguas de la ciudad de Alcañiz, en el Reino de Aragón, una nube que formaba una serpiente...
(1) Concluye el título del inicio (que tiene por cabecera un grabado con una serpiente monstruosa encuadrada en un rectángulo)..."con cabeza, clin y cola cual por todos sus extremos de boca, narices, colas y alas iba arrojando llamas y abrasando cuantas mieses y árboles encontraba y cuyo horrible y espantoso fenómeno se descubrió el día 11 de Julio de este presente año de 1.748, con todo lo demás que verá el curioso".
Oid, escuchad, mortales,
el caso más verdadero
que numeran las historias
en los anales del tiempo.
Detenga sus bellas luces
el joven brillante Febo,
el mar suspenda sus olas,
el fuego sus lucimientos,
la tierra su verde pompa
y sus ráfagas el viento
para referir un caso,
para contar un suceso
que en el Reino de Aragón
año de mil setecientos
cuarenta y ocho ha pasado
el once de julio en un pueblo
que le llaman Val de Algorfa
dos leguas, a lo que entiendo,
de la ciudad de Alcañiz,
abundante, rico, ameno
de cuento puede ofrecerse
para el natural sustento.
Este pues día que explico
!con qué pena lo refiero!
!con lágrimas lo digo!
!y con qué ansias lo siento!
más si es forzoso expresarlo
como previene un discreto
de que el mal comunicado
a veces se siente menos
siendo el objeto que lo oye
para el paciente consuelo.
En el día once de julio
del año a que me refiero,
entre las once y la una
se formó sobre aquel pueblo
una denigrienta nube
cuyo infiel horrible ceño
a todos causó temor,
y ya entregados al miedo
todos a una voz decían
sus malévolos efectos.
Al tiempo pues que engrosaba
la nube, se vio al momento
levantarse de la tierra
un torbellino soberbio,
un denso vapor sulfúreo
que espantó a cuantos lo vieron.
El cual apenas pretende
incorporarse ligero
cuando no lo consintieron
de los encontrados aires
los rápidos movimientos;
pero habiéndole el vapor
introducido muy presto
una exhalación fogosa
recibió un robusto cuerpo
ígneo, denso y renegrido,
y entumecido en efecto
del todo formó excesivo
un gran huracán violento
de fuego y aire, tan cruel,
bárbaro, impetuoso y fiero
que arrancó cuantos nogales,
olivos, plantas, almendros
halló en los alrededores
de aquel infelice pueblo,
las mieses todas segadas
se entregaron al incendio,
que cortadas esperaban
depositarse en sus dueños.
Otras muchas maravillas pasaron, que no refiero,
por no molestar ya más
a auditorio tan discreto.
De los lugares vecinos,
pasado el ahogo postrero,
vinieron a examinar
de tanta causa el incendio,
pues observaron advertidos
la voracidad del fuego
creyeron, sin duda alguna,
no sin algún fundamento,
hallar convertido en Troya
todo el lastimoso pueblo,
pues según todos decían
parecía desde lejos
una caldera encendida
o un bosque abortando incendio.
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Jesús Martínez Fabón
Saludos,
rayo.