Muy bien. Pero la gracia de este proceso es que los abogados defensores de los acusados no plantean ninguna duda sobre la ciencia del cambio climático y el origen antrópico de la subida de tempertaturas . Es decir, aceptan que la subida de temperatura de las últimas décadas se debe a las emisiones derivadas del uso de combustibles fósiles tal.
Hasta Galileo abjuró del modelo heliocéntrico, eso no quiere decir nada. Solo es una estrategia de defensa normal, no se meten en discusiones que en el estado de la técnica no pueden llegar a nada, frente a otros que pueden causarles problemas y con muchos más medios para embrollarlos, además si los otros acaban los medios... obtienen más medios a costa de los suyos.
En todo caso, la duda la plantean en algo que no tiene que ver con la ciencia ni la climatología, sino con políticas y usos de la energía de nuestra civilización. Su postura es que las petroleras solo han satisfecho una demanda creciente de la sociedad de energía y combustibles, y que esta (el consumidor o los poderes públicos que lo permiten) son los responsables en última instancia de que se usen los combustobles fósiles.
En una democracia los "poderes públicos" solo son unos empleados de los ciudadanos, y no pueden imponerles unas políticas contrarias a sus intereses ni ignorarlos. Incluso todos los implicados han usado, están usando y se benefician de alguna forma de productos y servicios que proceden de la utilización del petróleo, y si algún perjuicio procediese por azar de su utilización, por el "calentamiento del planeta" o lo que sea, esa responsabilidad sería compartida por todos, no solo por una parte de los que intervienen. Y no se trata de un vicio, ni de una moda o un capricho, estamos hablando de las necesidades más básicas y completamente legales, como el transporte de personas, de mercancías, la defensa nacional, las explotaciones agrícolas modernas, la fabricación de textiles, de productos químicos, etc. y del resto de la cadena de producción de las sociedades de consumo, que se basan en el intercambio de todas esas cosas para la prosperidad. Por eso, es lo primero que hay que plantear para dejar las cosas claras. Si ya no es así o está en camino de dejar de serlo, hay que saberlo para actuar en consecuencia.
Asumiendo lo que he escrito antes, ninguna de esas dudas parece relevante para los abogados. Veremos que pasa más adelante en nuevos tutoriales o el propio juicio.
Cuando hablo de eventos catastróficos me refiero a fenómenos conocidos (nada de creencias) de muy baja probabilidad, algunos de ellos de millones de años, otros de miles o decenas de miles de años. Entre los primeros un meteorito capaz de transformar nuestra biosfera. Entre los segundos un megavolcán capaz de alterar de forma prolongada (decenas de años o más) la atmósfera y el balance de energía, o una nueva glaciación desencadenada por variaciones orbitales (aunque esto estaría por ver con el cambio atmosférico y climático actual).
Nadie tiene por ahí una tabla de probabilidades fiables de todo lo que puede suceder, ni menos un calendario de eventos de esos para ver cuando son, pero no hace falta llegar a algo tan drástico como meteoritos o volcanes, una simple coincidencia de coincidencias basta para hacer algo parecido, aunque muchas veces no lo queramos ver. A lo mejor muchos comportamientos que nos parecen normales resulta que no lo son tanto y cambian, o efectos que nos parecían extremadamente improbables aparecen, tampoco hay tanto dato para valorarlo. Puede ser un mínimo muy por debajo del Mínimo de Maunder que va y llega, puede ser un comportamiento inesperado de la vegetación, o de las plagas, o cualquier otra cosa, la realidad es una ruleta dentro de otra ruleta, y de otra, y de otra. En cualquier caso, relacionar directamente solo temperatura y emisiones y presentarlo como la única realidad posible, es precisamente una creencia. Todas las creencias humanas se relacionan con la realidad de alguna forma.