La comparación de gasto en calefacción y en aire acondicionado, no me parece del todo acertada.
En lo primero, desde hace siglos, se ha venido gastando dinero en prácticamente cualquier estrato social: desde los campesinos rusos y su samovar a la nobleza y las suntuosas chimeneas, hoy en día la calefacción de gas, de tarifa nocturna ... por muy poco dinero que entrara en un hogar, más o menos calefacción se usaba.
El caso del aire acondicionado, sin embargo, me refiero al incremento de su consumo eléctrico usado como arma arrojadiza, no tiene en cuenta el creciente número de hogares que pueden acceder a un aparato de esos, o varios, y usarlo, cuando antiguamente el sofocante calor de por ejemplo Madrid, que ahora parece que es nuevo, se combatía con toldos y persiana cerrada, limonada y pantalón corto.
No hay más que acercarse al Menaje del Hogar un mes de mayo y ver las ofertas.
Una vez más, tras examinar ciertas afirmaciones en detalle, nos damos cuenta de la fragilidad del establecimiento de algunas relaciones causa efecto: la correlación entre dos variables no implica un mecanismo de conexión entre ellas, la no correlación en cambio sí puede significar que no tengan nada que ver una cosa con la otra.
saludos